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Silent Service (1985)

Tras varios títulos y con la culminación del superventas que fue F-15: Strike Eagle, la compañía liderada por Sid Meier, Microprose, se presentaba como abanderada de los simuladores de vuelo. Sin embargo, en 1985 decidieron expandir esa simulación a otros campos del combate y el propio Meier diseñó un simulador basado en la armada de submarinos de clase Gato utilizados por Estados Unidos en el Pacífico durante la Segunda Guerra Mundial y que contaba con el sobrenombre de Silent Service, que terminó siendo el título del videojuego.

Silent Service contó con un desarrollo de ocho meses en los que Sid Meier trabajó mano a mano con el artista gráfico Michael O. Haire, el cual también es el responsable del mismo campo en F-15: Strike Eagle y se convirtió en uno de los trabajadores indispensables dentro de los futuros juegos de Microprose. Este equipo de trabajo se enfrentó al reto de hacer un videojuego lo suficientemente realista pero que superara las limitaciones técnicas de los microordenadores de 8 bits para los que salió la primera hornada de versiones del juego.

El juego nos presenta tres opciones de juegos principales. En la primera, haremos maniobras de práctica para familiarizarnos con los controles, ya que tendremos cuatro objetivos inmóviles que no nos atacarán. La segunda opción son las «Convoy Actions» una serie de misiones cortas de creciente dificultad con objetivos en concreto a realizar. Por último, la joya de la Corona, «War Patrol» en la cual no tendremos misiones específicas sino que tendremos que patrullar por el Pacífico, buscando convoys japoneses y defendiendo las bases aliadas.

La profundidad de configuración del juego no se limita a las distintas opciones, ya que en cada una de ellas podremos introducir una gran cantidad de variantes. Para empezar, existen distintos niveles dificultad que ajustan la inteligencia artificial de los buques enemigos, lo que influye en su capacidad bélica y en la habilidad para escapar de nuestros ataques. Aparte de esos niveles, se pueden hacer pequeñas personalizaciones: capacidad de zigzagear de los enemigos, posibilidad de torpedos defectuosos, capacidad de los enemigos de ocultarse a nuestro radar…. todo un sinfin de combinaciones que nos dan cientos de partidas distintas.

En cada una de las partidas nos situamos en la torre de mando, desde la cual podemos acceder a distinto instrumental que hace las veces de pantalla de selección. En la zona de instrumental tendremos todo tipo de medidores que nos indican el estado de nuestro submarino tanto en munición y combustible, como del estado en general del mismo. En la zona de mapas podemos ver la situación en tiempo real de nuestro submarino a distintas escalas para localizar a los distintos enemigos. En otro lugar tendremos el informe de daños, con un resumen de los distintos efectos que han tenido en el submarino los ataques enemigos. Por último, nos encontramos la zona del periscopio que, aparte de para ver la situación a distancia del mar, es donde se centra la acción.

Desde la zona del periscopio podemos modificar la velocidad, el rumbo y la profundidad del submarino, aparte de poder apuntar y realizar los ataques. Estos pueden ser de dos tipos: torpedos para hacer ataques a larga distancia con menos posibilidad de ser detectados pero también con menos precisión; y ataques desde la torreta para enemigos que se encuentran en un rango más cercano.

Como hemos comentado anteriormente, el principal escollo para el equipo de desarrollo fue la capacidad de las máquinas de la época. Hay que decir que fue superado con bastante maestría, quedando como única rémora el hecho de no poder lanzar más de cuatro torpedos a la vez, lo cual en algunas momentos puede generar situaciones injustas. Por lo demás, gráficamente tenemos un trabajo esquemático como permitían los 8 bits pero más que suficiente para la simulación que el juego ofrecía. De hecho, en 1989 se lanzó una versión para Commodore Amiga con un importante salto gráfico y sonoro pero con la jugabilidad prácticamente intacta.

En 1985 se lanzaron versiones tanto para microordenadores de 8 bits, PC y Mac, y tuvo un buen tirón en ventas para el género que se trataba. De hecho, llego a liderar las ventas de Commodore 64 en 1987. Este éxito derivó en una versión de NES en 1987 y la ya comentada versión de Amiga, así como una secuela lanzada en 1990.

En este vídeo podéis ver cómo es el juego:

Galería de los Horrores XVII: Crazy Cars (1987)

Seguro que en más de una ocasión os ha ocurrido que estáis disfrutando tanto de un juego que os extraña que un título de tanta calidad no haya tenido secuelas, ya sea porque sus ventas no fueron las esperadas o porque sus creadores no vieron a bien continuarlo. El caso que hoy recogemos es justo el contrario: un videojuego tan pobre que no somos capaces de concebir cómo terminó créandose una trilogía, eso sí, finalizando en un excelente juego como Lamborghini: American Challenge.

Detrás de este videojuego se encuentra una de las compañías francesas más importantes de finales de los 80 y principios de los 90: Titus. Crazy Cars era el primer título de entidad que iba a desarrollar, ya que anteriormente habían desarrollado un clon de Q*Bert llamado Al*berthe para el ordenador galo Alice 32/90. A pesar de su poca experiencia, Titus consiguió un lanzamiento a nivel internacional por todo loalto con versiones para Commodore Amiga, Amstrad CPC, Atari ST, Commodore 64, DOS, Macintosh, MSX, Thomson TO y ZX Spectrum.

Crazy Cars pretendía seguir la estela de éxito que había dejado en los salones arcade Out Run el año anterior, por lo que nos presenta una perspectiva en tercera persona muy similar a la del juego de SEGA. Para ser justos, hay que decir que la presentación del juego si nos hacemos eco de la publicidad de la época y de las captura de pantalla que aparecían en las cajas de los juegos, el aspecto del título a primera vista era inmejorable y parecía que iba a transmitir las sensaciones del juego arcade.

Crazy Cars nos presenta la competición ficticia «American Cross Country Prestige Cars Race» que se desarrolla a lo largo de nueve etapas distintas por distintas localizaciones de Estados Unidos. Inicialmente comenzamos la competición con un Mercedes, pero según vamos avanzando en la competición podemos ir actualizando nuestro vehículos a otro de mejores características hasta terminar conduciendo un Ferrari.

Cada una de las etapas se desarrolla en una carrera contrarreloj, en la que debemos llegar al final de la misma antes de que el contador de tiempo llegue a cero. Nuestra velocidad es notablemente superior a la del resto de vehículos en escena, por lo que tenemos que estar constantemente esquivando coches para evitar impactar, lo que nos provocará un «salto» en el vehículo además de una reducción notable en la velocidad. De igual manera, hay que tenr cuidado con las cuvas para no salirnos de los limites de la carretera que también nos reduce la velocidad y con los cambios de rasante que provocan que nuestro coche pierda el contacto con el suelo y, por tanto, perdamos el control del mismo.

Hasta aquí nada muy diferente de lo que ofrecía por aquella época cualquier clon de Out Run para dispositivos domésticos. La parte negativa con este videojuego viene por dos aspectos. El primero de ellos es el control, cuya respuesta no es inmediata debido a la falta de frames, lo que dificulta el manejo. La caja de impacto de los coches rivales no se limita al vehículo en sí, sino que es una columna vertical infinita que hace que si realizamos un salto lo suficientemente grande como para pasar por encima, esto no sea posible porque colisionaremos con dicha columna invisible. Esa pérdida de velocidad puede volverse un bucle infinito, puesto que en ese momento nos pueden adelantar por detrás y si colisiona el coche con nosotros volveremos a perder velocidad. Además, más allá de la velocidad punta, no hay diferencias notables en el manejo de cada uno de los coches que vamos desbloqueando.

El otro aspecto negativo a destacar es la inteligencia artificial de los vehículos rivales, básicamente porque no existe. Los coches aparecen siempre en la misma posición en un bucle repetitivo de apenas cinco o seis coches y en un patrón que es idéntico en todos los niveles. De esta manera, aprendiendo el patrón, la dificultad se limita a tener cuidado con los cambios de rasante que nos puedan hacer perder el control.

Esos puntos tan básicos son los que realmente arruinan el juego que en el aspecto artístico estaba bastante bien resuelto. A excepción de PC que estaba limitado al uso de tarjeta CGA de 4 colores, todas las versiones aprovechan bastante bien la capacidad de cada máquina para tener un aspecto visual más que aceptable, destacando el gran tamaño de los sprites en las versiones de 16 bits. Por otro lado, aunque los efectos de sonido eran algo básicos, la banda sonora de la pantalla de presentación tiene un sonido digitalizado que hace que, aunque la melodía sea olvidable, sea un punto sorprendente para lo que se podía encontrar en los ordenadores de 16 bits en 1987.

Como hemos indicado al principio, a pesar del desastre el juego terminó convirtiéndose en una trilogía. Crazy Cars tuvo más relevancia de la que probablemente le correspondía, en buena parte por el acuerdo que hizo que el juego estuviese incluido en un pack con la compra del Amiga 500 tanto en Europa como en Oceanía.

En 1988 se lanzó Crazy Cars II, también conocido con el título de F40 Pursuit Simulator donde las mejoras se limitaron a una revisión estética, la inclusión de los cambio de marchas y de obstáculos en la carretera, pero seguía siendo un título mejorable. No sería hasta 1992 cuando llegó un título de calidad a la saga con Crazy Cars III, más conocido como Lamborghini: American Challenge con un cambio radical tanto de desarrollo, estética y profundidad, incluyendo las apuestas ilegales dentro del mismo.

En este vídeo podéis ver cómo es Crazy Cars:

Astérix y el Caldero Mágico (1986)

A pesar del fallecimiento del guionista René Goscinny en 1977 y de que la producción de álbumes de Astérix por parte del dibujante Alberto Uderzo en solitario se redujo durante la década de los 80, la popularidad del personaje no bajo ni un ápice. Tanto es así que en dicha década se lanzaron más videojuegos que cómics basados en los personajes de la aldea gala.

Particularmente en España, Astérix y el Caldero Mágico fue uno de los títulos más populares de aquella época por un doble motivo. Por un lado fue el primer título de la saga lanzado multiplataforma abarcando los tres principales microordenadores de la época (Commodore 64, ZX Spectrum y Amstrad CPC), con el pensamiento puesto en el público europeo, principal nicho de los cómics. Por otro lado, en tierras ibéricas la distribución se hizo a través de ERBE, lo que puso al juego muy presente tanto en las estanterías como en los medios publicitarios, aparte de tener una localización en lo que se refiere a título, carátula, instrucciones, etc…

A pesar de que, como hemos comentado, el personaje francés es particularmente popular en Europa, el videojuego fue desarrollado por la empresa australiana Melbourne House, principal desarrolladora en Oceanía hasta su desaparición en 2007 al ser vendida por Atari.

El videojuego se basa tenuemente en el álbum Astérix y el Caldero, publicado en 1976. Sin embargo, los conocedores del cómic sabrán que esta relación se limita a la portada, el título y a que aparece un caldero, teniendo un argumento diametralmente distinto. Las instrucciones del videojuego nos indican que, como de costumbre, Obelix no es consciente de su fuerza y ha roto el caldero donde Panoramix prepara su poción mágica en diversos trozos que Astérix tendrá que buscar en distintas localizaciones hasta conseguir componerlo de nuevo.

El juego comienza en la aldea gala y podremos desplazarnos por los distintos puntos cardinales hacia otras pantallas en busca de los distintos trozos del caldero. La cantidad, disposición y número de pantallas será distinta en cada plataforma, pero a grandes rasgos la aventura nos llevará a diferentes zonas de la aldea gala, el bosque, los campamentos romanos y, ocasionalmente a Roma. Aunque aparezcan tanto Astérix y Obelix al movernos para la pantalla, solamente el primero es controlable, ya que Obelix se limitará a seguirnos (y a veces estorbarnos), sin realizar ningún tipo de acción con influencia directa en el desarrollo del juego.

La interfaz nos muestra en la parte superior el número de vidas que le quedan a Astérix, la puntuación (así como el récord en el ordenador), el número de trozos de caldero recogidos, el número de jabalíes y si poseemos la poción mágica. Respecto a los jabalíes, representan el hambre de nuestra pareja protagonista que se va reduciendo según pasa el tiempo. Si nos quedamos sin jabalíes, Obelix desaparecera y esa será la señal de que en breve Astérix perderá una de sus vidas, para evitar esto, podemos tanto recoger alimentos que nos encontremos en las distintas pantallas como atacar jabalíes que se encuentren pululando en el bosque.

Aparte de a los jabalíes, eventualmente podremos tambier enfrentarnos a los soldados romanos. Cuando alguno de los dos eventos ocurran, dentro de la pantalla aparecerá una viñeta y el juego de exploración pasará a ser de acción, con barras de energia tanto para Astérix como para el enemigo y, haciendo uso del botón de acción y los cursores, podremos realizar diversos ataques. Nuestro poder de ataque será mayor si hacemos uso de la poción mágica, pero hay que tener en cuenta que solo podremos hacerlo una vez durante la partida, por lo que conviene reservarlo para los momentos finales del juego.

La idea de mezclar la exploración y la aventura con secuencias de acción suena mejor que el resultado de su ejecución final. La parte de exploración no tiene tanto problema, a pesar de que en ocasiones no queden claros los caminos posibles a tomar y que a veces Obelix haga que nos atoremos en esquinas sin necesidad. Sin embargo, la parte de acción peca de simple y el control es bastante tosco, hasta tal punto que al final el jugador prácticamente se limita a aporrear el botón de acción sin tener muy claro qué está haciendo. Por otro lado, también se echa de menos aprovechar mejor a los distintos personajes con sus particularidades, siendo una simple excusa para un videojuego que podría ser de Astérix o de cualquier otro tipo de personaje (probablemente por desconocimiento de los personajes por parte del equipo desarrollador).

Más allá de los problemas comentados con el control, técnicamente es un juego disfrutable. En las tres versiones los gráficos reprensentan fielmente (con las limitaciones de cada uno de las máquinas) los personajes de Uderzo. Es un detalle interesante que las acciones especiales, coger objetos y luchar, se representen en una viñeta evocando al cómic de donde provienen los personajes. Los escenarios también están bien resueltos, destacando especialmente las calles de Roma. Si es cierto que el aspecto sonoro es muy escaso y limitado, pero debido a su escasa influencia jugable, se queda en mera anécdota.

Astérix y el Caldero Mágico es un videojuego que termina con un aprobado, pero que tenía potencial para haber sido un videojuego más profundo y pulido, algo demasiado común en los videojuegos basados en licencias de la época.

En este vídeo podéis ver cómo es el juego:

River Raid (1982)

Portada de River Raid

Si algo caracteriza al catálogo de Atari 2600 es su totalmente sobredimensionado tamaño, algo que en términos económicos acabo desembocando en la crisis del videojuego de 1983, y que desde el punto de vista exclusivamente jugable nos dejó una infinidad de videojuegos mediocres. Las limitaciones de la consola, la falta de experiencia de ciertos programadores y unas fechas de entrega exageradamente cortas, hacen que un porcentaje demasiado alto del catálogo de la consola de Atari no merezca la pena. Sin embargo, ciertos títulos demuestran que no era un problema implícito de la Atari 2600 y que los juegos que fueron desarrollados con mimo y tiempo tienen cabida por méritos propios en el mundo de los videojuegos.

Es el caso del videojuego que hoy nos ocupa, River Raid, y de prácticamente de toda la obra de su creadora, Carol Shaw. Esta desarrolladora, considerada la primera mujer diseñadora de videojuegos de la historia, cuenta en su haber con una corta pero destacable lista de videojuegos. Su trabajo empezó con el desarrollo de versiones electrónicas de clásicos juegos de mesa, en los que demostró un dominio de la, todavía, rudimentaria inteligencia artificial, y River Raid supuso su salto al mundo de los videojuegos de acción.

El río con un tráfico que ni la M-30 por las mañanas

River Raid es un shooter vertical que fue lanzado para Atari 2600 bajo el sello de Activision y que su éxito hizo que tuviese conversiones para Atari 5200, Atari 8-bit, ColecoVision, Commodore 64, Intellivision, MSX y ZX Spectrum; además de diversas apariciones en máquinas posteriores a través de recopilatorios. De igual manera, hubo una secuela en 1988 pero ya sin la participación de Shaw. En River Raid manejamos un caza militar que sobrevuela un río en el cual tendremos que ir acabando con los enemigos que nos salgan al paso, eliminar obstáculos que se nos pongan enfrente y todo esto echándole de forma permanente un ojo a nuestro tanque de combustible.

En el juego en sí, decir «sobrevolar» es exagerar un poquito, ya que vamos a estar limitados al lecho del río, de tal manera que si nos salimos del cauce de este, nuestra aeronave explotará. Podremos mover a la misma de forma horizontal y, si bien, no podemos movernos verticalmente, si podemos acelerar y desacelerar el ritmo de movimiento del scroll. Para acabar con los enemigos contamos con una munición infinita de balas que podremos utilizar independientemente de la supuesta altura en la que se encuentren nuestros enemigos. Estos serán barcos, aviones, helicopteros, etc… los cuales nos proporcionarán una puntuación variable dependiendo de la dificultad de los mismos.

Balas con el tamaño de un helicóptero, así se ganan las guerras

De igual manera, nos vamos a encontrar puentes en nuestro camino que debemos destruir con nuestra munición para evitar el impacto con ellos. Dichos puentes nos dan la máxima puntuación, 500 puntos y, además, hacen las veces de puntos de guardado. Por último, hay que tener en cuenta nuestros indicadores de combustible, que podrán recargarse sobrevolando bidones con la palabra «FUEL» escrita en ellos.

River Raid destaca dentro del catálogo de Atari 2600 a nivel técnico por varios motivos. Primeramente, los movimientos de los enemigos no siguen un patrón fijo sino que realizan movimientos según los realice el jugador en busca de enfrentarse con él, en una implementación de inteligencia artificial tosca pero efectiva. Los gráficos, dentro de las limitaciones de la máquina, nos dejan diferenciar los distintos elementos claramente y cabe destacar la suavidad del scroll, cuya fluidez no se ve afectada con la aceleración y desaceleración del avión. Por otro lado, los puntos de guardado, el continuado sonido del motor o el hecho de que el videojuego no se bloquee cuando se llega al límite máximo de puntuación, son factores que demuestran que este videojuego fue realizado con más dedicación que la media del catálogo de la consola de Atari.

En este vídeo podéis ver cómo es el juego:


Jungle Hunt (1982)

Portada de Atari 2600

Cuando asociamos saltos en lianas y pensamos en el cine. sin duda alguna, nos viene a la cabeza cualquier película de Tarzán – o en su caso el homenaje realizado en Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal –. Si hacemos el mismo ejercicio pero desde el punto de vista de los videojuegos, fácilmente nos vienen dos títulos a la mente: Pitfall!, del que ya hablamos en su momento y el juego que hoy nos ocupa, Jungle Hunt. Curiosamente, ambos fueron lanzados en el mismo año, 1982, pero antes de entrar en conspiranoias sobre plagios y demás, hay que decir que fueron lanzados para plataformas distintas y, probablemente, desarrollados simultáneamente en el tiempo, así que podemos decir, a falta de mayor información que se trata más de una casualidad que de otra cosa.

Curiosamente, si existe una relación directa entre Tarzán y Jungle Hunt. Taito originalmente lanzó el videojuego para máquinas arcade bajo el nombre de Jungle King y el protagonista era un personaje de estética muy similar al protagonista de las novelas de Edgar Rice Burroughs y aunque no había una referencia directa, estaba claro al personaje al que se refería. Incluso, se oía el clásico grito cinematográfico de Tarzán durante el transcurso de videojuego. Sin embargo, problemas en cuestión de derechos hicieron que la compañía nipona tuviera que reprogramar el juego para cambiar el aspecto visual del juego y el nombre del mismo. De esta manera, el protagonista pasaba a ser un explorador con un aspecto similar al del protagonista de Livingstone Supongo, cuya misión es la de rescatar a su amada de manos de los caníbales.

Haciendo el Tarzán

Jungle Hunt es un videojuego de loops formado por cuatro niveles que van aumentando de dificultad en cada loop. En el primer nivel nos encontramos la icónica escena de las lianas (en este caso cuerdas para evitar las acusaciones de plagio) y en la que tenemos que ir saltando por ellas por encima de la selva hasta poder alcanzar el río y zambullirnos en él. Las cuerdas realizan movimientos pendulares a distintos ritmos por lo que hay que coordinar bien el salto para ir de una a otra. Hay que tener en cuenta que según aumente la dificultad puede haber monos en las cuerdas que nos tiren, por lo que también hay que acertar la altura correcta en la que alcanzamos la siguiente cuerda.

En el segundo nivel nos encontramos en el río que está infestado de cocodrilos. Podemos atacarlos con nuestro cuchillo pero siempre y cuando estos no tengan la boca abierta, ya que nos devorarán y perderemos una vida. Debido a esto, en muchas ocasiones es preferible esquivarlos, para lo cual podemos bucear teniendo en cuenta nuestra limitada barra de respiración, la cual nos obligará a subir a la superficie cada cierto tiempo. Por último, nos encontraremos en diversos lugares de la ruta columnas de tortugas que nos limitarán el movimiento, con el consiguiente peligro de ser devorados por los cocodrilos, y nos obligarán a ir a la superficie.

Johnny Weissmüller estaría orgulloso de nosotros

El volcán es la localización del tercer nivel, en el cual tendremos que ir subiendo hacia el cráter, esquivando y saltando las rocas de fuego que el volcán va escupiendo. Una vez arriba, en el último nivel, nos encontraremos a una serie de caníbales a los que habrá que ir saltando hasta alcanzar y rescatar a nuestra amada, la cual se encuentra suspendida con una cuerda sobre una olla hirviedo.

A nivel visual, teniendo en cuenta su año de lanzamiento, el aspecto de Jungle Hunt es magnífico, destacando lo colorido y lo detallista de sus escenarios, así como unas animaciones muy solventes. A nivel jugable no hablamos de un videojuego perfecto (las físicas en el primer nivel son raras al no tener en cuenta las inercias), pero si de una gran variedad en los planteamientos de cada nivel, lo cual lo hace uno de los títulos más divertidos de la época. Como también pasara con Pitfall!, el videojuego tuvo la suficiente influencia como para que juegos futuros rescataran muchas de las ideas implementadas en este.

A estos caníbales no les falta ni un cliché

Gracias al éxito que tuvo en los salones recreativos, salieron conversiones a todo tipo de máquinas durante el año siguiente: Apple II, Atari 2600, Atari 5200, Atari 8-bit, ColecoVision, Commodore 64, PC, TI-99/4A y VIC-20. La simplicidad del sistema de juego de Jungle Hunt hizo que todas las conversiones fueran muy fieles a nivel jugable, existiendo las principales diferencias a nivel visual y sonoro. Como curiosidad hay que indicar que, a pesar de la variedad de plataformas, todas las conversiones fueron desarrolladas por la división de software de Atari: Atarisoft, no limitándoses a las máquinas de la compañía madre.

En este vídeo podéis ver la versión de Commodore 64:


La Guerra de las Vajillas (1988)

Al hacerse referencia a las aventuras conversacionales dentro de la industria española, se suele evocar la gran obra de Andrés Samudio dirigiendo los proyectos realizados por Aventuras AD. Sin embargo, no es oro todo lo que reluce y entre varios títulos de culto de este género, podemos encontrarnos varias aventuras que apenas se salen de la definición de amateur y que se colaron en el mercado a través de compañías de renombre gracias a la facilidad y economía de su desarrollo.

Este puede ser el caso de La Guerra de las Vajillas, una aventura conversacional que pretendía ser una parodia de la, por entonces, trilogía de La Guerra de las Galaxias de George Lucas. Este título, desarrollado por Rafael Hernández con el Graphic Adventure Creator y publicado por Dinamic a través de su sello Aventuras AD en 1988 para Amstrad CPC, Commodore 64 y ZX Spectrum. Como era habitual en las publicaciones de la compañía española, el juego cuenta con dos cargas, obteniéndose la contraseña de la segunda al conseguir completar la primera.

Al más puro estilo de Spaceballs de Mel Brooks, La Guerra de las Vajillas es una parodia «a la española» del mítico film. De esta manera tendremos los nombres de los protagonistas ligeramente cambiados: Martín Luke (en referencia a Martín Luque, el dirigente de Detergentes Colón que tenía un spot publicitario muy conocido en la época), Juan Solo, el Caballero Heavy Obi Juan Que-No-Ve, Darth Water, etc…

Este planteamiento humorístico inicial es bastante correcto y el experimento comienza con gracia. Sin embargo, el desarrollo de la historia no termina de funcionar y la parodia prácticamente se limita a realizar cambios a las denominaciones de objetos y escenarios en una broma que no pasa del humor escolar. A esto hay que unir la falta de equilibrio en los desafios propuesto pasando de algunos muy evidentes y fáciles a otros que nos llevan a un errático y sin sentido «prueba y error» contínuo, alejándose de ese punto de dificultad intermedia. Esos puntos de dificultad excesivamente alta se empeoran con el hecho de que el intérprete de comandos no está pulido del todo y le cuesta bastante entendernos. Resulta bastante frustante el perder más tiempo en que el juego nos entienda que en resolver los puzzles en sí.

Los gráficos que acompañan los textos realizan su función sin grandes alardes. Es cierto que es un aspecto decorativo y secundario en este tipo de juegos, pero también es verdad que en otros títulos similares nos encontramos trabajos más solventes. Destaca y extraña en este punto el hecho de que la versión de CPC cuente con menos gráficos que las demás, siendo la más recomendable la de Commodore 64 en este aspecto.

A pesar de las deficencias comentadas anteriormente, este título tiene una gran importancia dentro del género dentro de la Edad de Oro del Soft Español. Probablemente gracias al film al que parodiaba, lo cierto es que el juego funcionó razonablemente bien en lo que respecta a ventas y ayudó al inicio de la verdadera eclosión del género en nuestro país, dando paso a las grandes joyas de Samudio. Por desgracia, este «boom» fue bastante tardío respecto al resto de Europa y la inminente llegada de las máquinas de 16 bits en lo que se refiere a hardware y de las aventuras gráficas del estilo de las de Lucasfilm, mataría al género conversacional en poco tiempo.

En este vídeo podéis ver cómo es el juego:

President Elect (1981)

president-elect-coverEn una época en la que los videojuegos aún estaban en pañales, la mayoría de los títulos se enmarcaban en el género arcade y de acción, quedando tan solo un pequeño reducto de estrategia y gestión en los emergentes microordenadores personales. Por un lado, estas máquinas estaban enfocadas a un perfil más serio y profesional que las videoconsolas, por lo que se podía atacar una temática más profunda. Por otro, para programadores más amateurs de la época, era más fácil de programar un título de gestión basado en algoritmos matemáticos que un título de acción, eliminando los problemas de optimización gráfica que tenián estos primeros ordenadores personales.

Un buen ejemplo de esto es President Elect, un título publicado bajo el sello de Strategic Simulations pero que realmente contaba con el trabajo exclusivo de programación de Nelson G. Hernández. El título nos propone una simulación de las campañas electorales presidenciales de Estados Unidos para los comicios desde 1960 hasta los, por entonces, futuros de 1984, poniéndonos en la piel de uno o varios candidatos.

president-elect-screenshot-01Inicialmente tendremos que elegir los comicios en los que deseamos participar indicando el año correspondiente. Si son elecciones ya pasadas, el programa nos da la opción de elegir si queremos hacer la partida en modo histórica. Esto significa que jugaremos con los candidatos reales de aquel año y con las condiciones de desempleo e inflación con la que comenzaba dicha campaña. En caso de no jugar histórico o jugar a futuro, tendremos que elegir los candidatos que representarán a cada partido. Esto se podrá hacer eligiendo entre senadores reales de la época, o bien, creando nuevos personajes a los que agregaremos parámetros de popularidad, carisma, etc… De igual manera, tendremos que introducir los parámetros iniciales de desempleo e inflación, así como las situación bélica del país.

president-elect-screenshot-02La partida se desarrolla por turnos de semanas desde comienzos del mes de Septiembre hasta el día de las elecciones. En el turno inicial se nos muestra una encuesta de intención de voto previa y tenemos que elegir si nuestro candidato o su vicepresidente deben realizar un viaje al extranjero durante la campaña, ya sea a un país aliado como enemigo. Antes de cada turno, se nos harán un resumen de las noticias económicas e internacionales que pueden influir en el devenir de la campaña. Tras esto, tendremos que decidir los gastos de campaña para dicha semana en tres ámbitos: nacional, regional y local, de tal manera que tendremos que administrar el presupuesto de campaña y decidir que localidades se visitan.

president-elect-screenshot-04Posteriormente pasamos a una de las partes más interesantes del programa con los debates televisados. Al final de cada turno podemos decidir si aceptamos el debate y, si alguno de los demás candidatos también acepta, pasaremos a una ronda de preguntas sobre algún tema de interés. La respuesta a la pregunta no se hará de forma concreta, sino que tendremos que asignar porcentajes a las distintas formas de adoptarlo: decir cosas coherentes, cambiar de tema, atacar al adversario, etc… y, de igual manera, al hacer los turnos de replica. Al final del debate se nos mostrará quien ha sido el ganador del mismo.

president-elect-screenshot-03Al final de cada semana se nos muestra como ha cambiado la intención de voto, qué candidatos han cometido ciertos errores, así como una imagen del mapa de Estados Unidos mostrando qué partido está influenciando en una mayor medida cada estado. Una vez que se acaban toda la campaña pasamos a la noche electoral, donde se nos va mostrando la evolución del escrutinio hasta llegar finalmente al resultado definitivo con el candidato ganador y acabando la partida.

President Elect es un videojuego diseñado de forma casi exclusiva por algoritmos matemáticos que van haciendo cálculos de las decisiones que cada candidato va tomando y de las diferentes circustancias, a lo que suma un componente aleatorio al introducir un número entre 0 y 1000 al comienzo de la partida. Evidentemente, quitando el mapa, todo está hecho en modo texto, algo que para la época y dada la temática del juego no está mal. Sin embargo, las versiones posterior de 1984 y 1987, a pesar de ser lanzadas también en máquinas más potentes, contaban con la misma programación y modo texto, lo que para esas fechas ya le daba ese aspecto desfasado que observamos actualmente.

En este vídeo podéis ver cómo es el juego:

The Real Ghostbusters (1987)

The real ghostbusters coverAunque la saga de Los Cazafantasmas haya vuelto a la primera plana por la futura tercera entrega que se estrena inminentemente, la verdadera popularidad de la saga fílmica se centra en la década de los 80, donde fue un fenómeno que no es comparable con la relativa expectación que está provocando ahora.

Tras la exitosa primera película de 1984, todo tipo de productos paralelos se fueron produciendo, entre los que destacan distintos videojuegos. Pero el que nos compete en esta ocasión no deriva directamente de al película, sino de la serie que se hizo basada en el film que empezó a emitirse en 1986.

The real ghostbusters machineAntes de entrar en el análisis del juego, hay que darle sentido al título tanto del videojuego como de la serie de animación, al añadirle la palabra «Real» en el mismo. Mucho antes del estreno de la película, concretamente en 1975, los estudios Filmation lanzaron una serie bajo el título de The Ghostbusters y que no tiene relación con la película de 1984 aunque, de hecho, Columbia Pictures tuvo que pagar por poder utilizar dicho título. El éxito de la película, hizo que lanzase una serie de animación basada en la serie original y no en la película, pero utilizando tan ansiado título. Casi simultáneamente, Columbia Pictures lanzó su propia serie de animación basada en la película, pero a la que le tuvo que cambiar el nombre por el conflicto con la de Filmation.

The real ghostbusters screenshot 01Lío legal aparte, podemos decir por tanto, que el juego de Data East está basado en la serie de animación que, a su vez, está inspirado en la película de 1984. Lanzado originalmente en 1987 para máquinas recreativas, tuvo conversiones posteriores para Commodore Amiga, Amstrad CPC, Atari ST, Commodore 64 y ZX Spectrum.

El juego cuenta con un total de 10 niveles que pueden jugarse en modos de uno, dos y tres jugadores, según la versión del arcade, y hasta dos en las versiones domésticas. Como curiosidad, hay que decir que visualmente los personajes solo se distinguen unos de otros por el color de su ropa y no por el aspecto (que, por otro lado, recuerda al de los protagonistas de Cabal).

The real ghostbusters screenshot 02Con una perspectiva que nos recuerda poderosamente a Alien Syndrome, cada uno de los niveles están plagados de todo tipo de enemigos, los cuales podemos derrotar con un arma estándar y sus espíritus recogerlos con la pistola de protones, la cual tiene una barra de energía que hay que estar permanentemente vigilando, que nos permite aumentar la cantidad de fantasmas atrapados. De la misma manera, diversas trampas aparecen a lo largo un camino, que sin ser totalmente laberíntico, no sigue un diseño lineal. Muchas de esas trampas guardan mejoras tanto para nuestro armamento, como para la barra de energía de la pistola de protones, así como la aparición de Moquete para echarnos una mano. Al final de cada nivel, un monstruo de mayor nivel nos espera.

The real ghostbusters screenshot 03El principal interés del juego se encuentra en la propia licencia, ya que como arcade no destaca especialmente, lo que no significa que sea lo suficientemente divertido como para aguantar bien las distintas partidas. Bien es cierto que, aparte de los divertidos diseños de los fantasmas, gráficamente ya se encontraba superado por aquella época. Desde el punto de vista sonoro, solo cabe destacar una versión del tema central de Ray Parker Jr. bastante acelerada y psicodélica.

En este vídeo podéis ver cómo es el juego:

 

Star Trek: Strategic Operations Simulator (1982)

Star trek coverCon el reciente fallecimiento de Leonard Nimoy, actor que interpretaba al señor Spock en la serie original y en las primeras películas, me han venido a la memoria videojuegos basados en tan famosa saga. Sin embargo, el número de éstos es bastante más bajo que lo que podría suponerse de una serie tan popular. Probablemente, el hecho de que las aventuras interplanetarias de la Enterprise se basaran más en la exploración que en la acción directa, provocó que el número de lanzamientos fuera bastante menor y que la mayoría se enfocaran hacia el género de la aventura.

No obstante, hoy analizamos una de las honrosas excepciones a esta regla, ya que nos encontramos con un videojuego principalmente de acción. Aún así, SEGA quiso dotarle de un componente estratégico que hay que analizar con perspectiva dado su contexto temporal, 1982, y la plataforma original de lanzamiento, arcade. De hecho, la compañía nipona quería destacar esta característica y el videojuego llegó a los salones recreativos bajo el nombre de Star Trek: Strategic Operations Simulator, siendo una licencia oficial de Paramount que, por aquellas fechas, estaba estrenando la segunda entrega cinematográfica, Star Trek II: La ira de Khan.

Star trek screenshot 01Básicamente, el juego nos presenta una serie de niveles en los que encontramos ráfagas de enemigos que intentan destruir una base espacial y la Enterprise tendrá como misión defenderla. De esta manera, y aumentando la dificultad, nos encontraremos con una serie de naves Klingon atacando a la base y otro tanto a la propia Enterprise, pudiendo pasar al siguiente nivel al acabar con todos los enemigos de la pantalla. La acción se presenta en dos perspectivas, una cenital y otra en primera persona, de tal manera que utilizaremos la cenital para situarnos respecto al resto de elementos y la de primera persona con su correspondiente punto de mira para disparar contra los enemigos.

Star trek screenshot 02Como apoyo tendremos un escudo que protege la Enterprise de los primeros impactos y la posibilidad de realizar un escape por velocidad utilizando unos dispositvos especiales (y escasos). A pesar del objetivo argumental, no es necesario salvar la base para pasar de nivel, siendo más importante conservar a la Enterprise aunque, evidentemente, la cantidad de puntos conseguidos será mucho menor que si hubiésemos salvado la base. Como contrapunto a este desarrollo lineal, cada cierto número de niveles nos encontraremos con una fase diferente, como la de el dispositivo que va colocando minas.

Star trek screenshot 03El original planteamiento para la época del juego se complementaba con un desarrollo técnico muy destacado. Star Trek: Strategic Operations Simulator hace uso de gráficos vectoriales lo que facilitó en coste la simulación de una perspectiva tridimensional y que se adaptaba muy bien al sistema de juego que el título requería. Este hecho también facilitó la conversión a dispositivos domésticos que se realizó entre ese mismo año 1982 y el siguiente, algo a destacar, ya que el salto técnico hacía poco probable sacar en las mismas fechas el videojuego arcade y las versiones domésticas. Por otro lado, el videojuego se completaba con una serie de voces sintetizadas que, a buen seguro, hicieron las delicias de los jugadores en 1982. Como complemento final a la ambientación, SEGA lanzó algunas máquinas especiales con un asiento que simulaba los del puente de mando de la Enterprise.

En este vídeo podéis ver cómo es el juego:

Special Delivery: Santa’s Christmas Chaos (1984)

special delivery coverAunque pudiese parecer un tema más que recurrente lo cierto es que la Navidad, a pesar de que cuenta con una cierta cantidad de títulos, no ha sido explotado en el mundo de los videojuegos de forma masiva. La mayoría de las ocasiones se han quedado en desarrollos más bien de estilo amateur o bien en desarrollos por encargo de alguna compañía. Sin embargo, contamos con una serie de excepciones y, en esta ocasión, vamos a echar un vistazo a uno de los primeros títulos que tomó este tema en el mundo de los videojuegos.

Special Delivery: Santa’s Christmas Chaos es un videojuego que fue desarrollado por Dalali Software, una compañía que por aquellas fechas estaba empezando y que no tendría muchos éxitos en su dilatada carrera en el tiempo, ya que mantendría sus actividades hasta 1990. La distribución fue llevada a cabo por Creative Sparks para Atari 8-Bit, Commodore 64 y ZX Spectrum. Con un abanico tan pequeño de plataformas y una distribuidora tan poca poderosa, os podéis imaginar que es más que normal si no habéis oído hablar nunca del juego. Una pena, porque dentro de su contexto se trata de un título bastante interesante.

special delivery screenshot 01La premisa principal del juego no puede ser más simple: Santa debe repartir todos los regalos en la noche de Navidad. Para ello, el videojuego se divide en tres niveles básicos. Durante el primero manejamos el trineo por el cielo y tenemos que ir recogiendo los regalos que nos van lanzando los elfos, sin perder la vista sobre montañas y nubes que nos harán perder la vida si colisionamos.

special delivery screenshot 02Una vez que hemos recolectado suficientes regalos, podremos pasar a descender por la chimenea. La perspectiva del título cambia y nos encontramos con tres escaleras por las que podemos descender, evitando los obstáculos que aparecen en nuestro camino, principalmente brasas que ascienden por la chimenea y bolas de nieve que caen.

Por último, una vez en la casa, tenemos que conseguir dejar los regalos en el árbol de navidad. Para ello, tenemos que movernos por las distintas habitaciones de la casa intentando evitar ser vistos por los habitantes de la misma. De igual manera, tenemos que conseguir encontrar la llave que nos permita tener acceso al exterior por la puerta.

special delivery screenshot 03Como podéis suponer, el videojuego tiene un planteamiento simple, pero la variedad de sus situaciones lo hace bastante entretenido, sobre todo teniendo en cuenta que en 1984 la mayoría de videojuegos se limitaba a un único tipo de sistema de juego. Por otro lado, la ambientación del título está muy lograda y, a pesar de las limitaciones técnicas del hardware para el que se programó, el resultado es bastante bueno, con elementos muy reconocibles y que no entorpecen para nada en el control del juego. De igual manera, la banda sonora nos dará un tema navideño que se adaptará perfectamente a la ambientación.

En este vídeo podéis ver cómo es el juego: