Archivo de la etiqueta: infogrames

V-Rally: 97 Championship Edition (1997)

El juego que hoy nos ocupa es un caso muy relevante sobre la importancia de los títulos en los distintos puntos del planeta. Este videojuego, desarrollado para PlayStation en Francia por Infogrames (por un equipo de 20 trabajadores que en el futuro fundarían Eden Games) entre 1995 y 1997, fue inicialmente distribuido en Europa por la propia compañía francesa en julio de 1997 bajo el título de V-Rally: 97 Championship Edition.

Cuando el título cruzó el charco hacia Norteamérica a finales de año, la distribución pasó a ser obra de Electronic Arts la cual aprovechó las licencias que tenía en cartera para renombrarlo como Need for Speed: V-Rally, a pesar de que no tener nada que ver con la saga Need for Speed. Posteriormente, en 1998 el título llegó a Japón y la distribución pasó a Spike, por lo que no se podía usar el nombre de la conocida saga y se optó por el título original, al que se le tuvo que quitar el guarismo porque ya era «tarde» para el 97, por lo que se quedó en simplemente V-Rally: Championship Edition. Para rematar el jaleo, la versión de PC se llamó V-Rally Multiplayer Championship Edition, la versión de Nintendo 64 se llamó V-Rally Edition 99 y la de Game Boy Color fue denominada V-Rally Championship Edition en Europa y V-Rally Edition 99 en el resto del mundo. Todo un follón de nomenclaturas completamente inútil ya que popularmente se quedó como V-Rally y fue la denominación con la que se quedó en entregas posteriores.

V-Rally contaba con licencias oficiales, por lo que nos encontramos con ocho localizaciones pertenecientes a los campeonatos de 1997, así como las representaciones de los vehículos reales participantes en sus dos categorías: Kit Cars y World Rally Cars. Nos presenta tres modos de juego: Arcade, donde nos enfrentamos contra otros competidores controlados por la IA a lo largo de tres series de etapas con el clásico sistema de checkpoints; Championship, donde se emula el campeonato real a través de 40 etapas por las ocho localizaciones, con un sistema de clasificación por puntos y sin checkpoints; y Time-Trial, con el objetivo de conseguir batir nuestros mejores tiempos contrarreloj. Como novedad respecto a la competencia, todos los modos de juego permitían la participación de dos jugadores humanos simultáneamente en formato de pantalla dividida.

El juego pretendía dar una experiencia realista frente al estilo arcade de otros juegos similares (como Rally Cross que fue lanzado el mismo año), lo que hacía que el proceso de aprendizaje fuese más complicado y es un título con una entrada más difícil para el público general. No obstante, la falta de finura en el acabado final de los controles llevaba a situaciones irreales como saltos imposibles que terminaban haciendo perder el control del vehículo. Por lo demás si nos encontramos con un videojuego de buena factura técnica tanto a nivel gráfico como de audio.

La decisión de buscar un videojuego más realista tuvo un resultado mixto ya que el juego tuvo un gran éxito de crítica y público en Europa, mientras que no funcionó demasiado bien en Estados Unidos. Lo curioso es que fue por el mismo motivo: una experiencia realista que se vio como un pro en el Viejo Continente y una deficiencia en Norteamérica. Esto, que en muchos casos podría ser un handicap, terminó quedando como la insignia de la serie y es una de las opciones elegidas por una gran parte del público cuando está buscando la experiencia más realista posible ante una carrera de rallies. Además abrió el camino a explorar esa experiencia realista que fue continuada al año siguiente con el comienzo de la saga Colin McRae Rally.

En este vídeo podéis ver cómo es el juego:

Puzz Loop (1998)

No son pocas las ocasiones en el mundo de los videojuegos en los que un clon de un videojuego es mucho más popular que el titulo original en el que se inspira (o plagia). El videojuego que hoy nos ocupa es un muy buen ejemplo ya que si bien una gran cantidad de jugadores ha oído hablar de sagas como Zuma o Luxor, son pocos los que recuerdan a Puzz Loop, el título que creo originalmente las mecánicas.

Puzz Loop fue lanzado originalmente para arcades en 1998 por parte de Mitchell Corporation y en los años siguientes aparecieron conversiones para PlayStation, Game Boy Color (con distribución de Capcom en Asia, Infogrames en Norteamérica y THQ en territorio PAL) y Nuon (con distribución de Samsung), bajo el título de Ballistic en los lanzamientos fuera de Asia. También hubo planes para lanzarlo en Neo Geo Pocket que finalmente no llegaron a buen puerto debido a la quiebra de SNK.

La mecánica es fácil de entender, a día de hoy conocida prácticamente por cualquier jugador, y complicada de dominar. En cada nivel, en un camino en espiral van apareciendo bolas de distintos colores que se van dirigiendo hacia el centro de la espiral. En dicho centro se encuentra un cañón que el jugador puede girar sobre si mismo y realizar disparos con nuevas bolas de colores aleatorios. La idea es realizar combinaciones de tres o más bolas del mismo color para que desaparezcan y eliminar todas las bolas pendientes antes de que alguna llegue al final de la espiral, lo que conlleva el final de la partida.

En ocasiones aparecerán distintas bolas en forma de item, no necesariamente en la espiral, que nos darán algún tipo de ventaja como puede ser un deceleración de la velocidad de avance de las bolas o bombas que eliminen todas las bolas de un mismo color independientemente de que se agrupen o no. De igual manera tendremos obstáculos a nuestra tarea como, por ejemplo, los tornados que se mueven a lo largo de la pantalla y que si una bola lanzada impacta con ellos, la bola saldrá despedida.

La versión original arcade consta de 5 fases con 5 subniveles cada una de dificultad creciente. En las versiones domésticas se añadieron nuevos modos de juego como el Panic Mode, que es un modo de juego infinito; o el VS, que nos permite enfrentar dos jugadores que podrán lanzar bolas al contrario según vayan consiguiendo combos.

Como habéis podido intuir, la mecánica no es del todo original ya que se trata de una combinación entre lo que nos ofrece Puzzle Bobble y Puyo Puyo, y hasta cierto punto en el Pang! de la propia Mitchell Corporation. Sin embargo, esta inspiración reinterpretación no tuvo nada que ver con lo que vino después respecto a títulos que se basaron en Puzz Loop que se encontraron más cercanos del posible plagio. Concretamente, en el caso de Zuma, lanzado en 2003 por PopCap Games, el asunto llegó a los juzgados por la demanda que Mitchell Corporation puso en 2005. La defensa de PopCap Games argumentó que no se trataba de un plagio sino de un avance en las mecánicas y finalmente la demanda fue desestimada, por lo que Mitchell no llegó a realizar más denuncias a otros títulos similares.

Respecto a la saga original, en 2001 fue lanzado Puzz Loop 2 en versión arcade exclusivamente y que incluyó el modo Versus que tan popular fue en las consolas domésticas. En 2006 Mitchell Corporation lanzó una versión del juego para Nintendo DS bajo el título de Magnetica y que se rescató para Wii en 2008. Ese mismo año, una versión del juego original fue lanzado en iPhone por parte de Hudson Soft.

En este vídeo podéis ver cómo es el juego:

Prisoner of Ice (1995)

Portada española de Prisoner of Ice

Dos años después del lanzamiento de Shadow of the Comet, Infogrames volvió al mercado con un título enmarcado en la serie que denominó Call of Chtulu y con el que se terminó dicha serie con tan solo dos títulos. De nuevo nos encontramos con una aventura gráfica inspirada en el universo literario de H.P. Lovecraft, concretamente en su obra En las montañas de la locura, publicada en 1931. Si bien podemos considerarlo una secuela de Shadow of the Comet, lo cierto es que los nexos entre ambos títulos son meramente argumentales en ciertos momentos del juego y el protagonista y la localización es totalmente distinta.

La historia nos lleva en 1937, en los momentos previos a la Segunda Guerra Mundial y nos emplaza en las aguas cercanas a la Antártida. Nuestro protagonista es un joven oficial de inteligencia estadounidense, el teniente Ryan, que ha sido asignado a un submarino británico, el HMS Victoria, para una misión especial. Dicho submarino ha rescatado a un noruego que estaba huyendo de una base secreta alemana sita en la Antártida, además de sustraer dos misteriosas cajas a los alemanes, que serán el origen de todo tipo de situaciones paranormales.

El sistema de juego difiere mucho del título precedente, el cual tenía una serie de peculiaridades en su control, y estamos ante una aventura point & click más clásica y simplificada, ya que las acciones serán definidas automáticamente dependiendo del objeto o persona sobre el que estemos actuando.. Esta simplificación también está presente en el desarrollo de los puzzles. Al contrario que en Shadow of the Comet, donde teníamos acceso casi al 100% de los escenarios nada más empezar la partida, Prisoner of Ice tiene varios actos bien diferenciados. Este hecho, unido a que la mayoría de la aventura se desarrolla en interiores, hace que en cada uno de los actos tengamos una cantidad limitadas de localizaciones a las que podemos acceder, por lo que el número de objetos, acciones y combinaciones es mucho más limitada y, por tanto, más fácil dar con la solución. En balance a esto, existen muchos puntos en los que una acción equivocada o demasiado lenta nos pueden hacer perder la partida. De hecho, el propio juego hace grabaciones automáticas de la partida en esos puntos problemáticos.

Desgraciadamente, el nexo entre los puzzles y la historia no termina de funcionar del todo bien, en buena medida porque el desarrollo de la historia tiene demasiados agujeros argumentales. Si bien Shadow of the Comet tenía una historia y un desarrollo que bien podría ser parte de la obra de Lovecraft, en Prisoner of Ice se limita a hacer referencias constantes y forzadas a la obra, pero sin demasiada coherencia. Básicamente nos limitamos a ir avanzando resolviendo puzzles más encaminados a conseguir abrir una puerta o ir a una localización, que al desarrollo de la historia, la cual simplemente enlaza a Lovecraft y a la primera entrega de una forma muy gratuita.

En lo que respecta al apartado técnico, nos encontramos con un clásico juego de mediados de los 90 que quiere abarcar demasiadas tendencias. Desde el punto de vista gráficos, tenemos tres estilos gráficos totalmente distintos. En la intro del juego, tenemos unos gráficos modelados en 3D, tan habituales en aquella época, pero que es un estilo gráfico que no vuelve a aparecer en todo el juego. En las escenas intermedias con planos cortos, si tenemos coherencia con Shadow of the Comet, ya que cuenta con un estilo de dibujo de cómic muy similar. Pero, desgraciadamente, falta aún más coherencia que en la primera entrega entre esas escenas intermedias y lo que es el juego en sí. Tenemos un estilo gráfico radicalmente distinto a la primera parte, en 2D pero con figuras renderizadas que recuerdan al estilo de Donkey Kong Country y que tienen una especial dedicación a la animación suave. De nuevo, el argumento lastra el apartado gráfico, ya que al haber tantas situaciones en interiores (el submarinó, el cuartel general…) no se termina de sacar rendimiento al apartado gráfico.

Respecto al apartado sonoro tenemos un apartado simplemente correcto. La banda sonora es poco memorable y el argumento tampoco da para demasiadas necesidades de efectos de sonido. En el caso de España, el videojuego estuvo totalmente doblado al castellano, siendo el debut en el mundo de los videojuegos de Miguel Peñaranda, Carlos Riera y Luis Soto, que con los años se han ido convirtiendo en clásicos del doblaje de los videojuegos. El trabajo es bueno, pero prácticamente todos los personajes están interpretados por estos tres actores, algo que termina haciéndose demasiado patente según vamos avanzando.

El lanzamiento original de Prisoner of Ice fue en 1995 para MS-DOS y Mac. El juego tuvo una buena acogida de inicio, tanto en Europa (en Francia incluso llegaron a publicarse cómics) como en Norteamérica, lo que provocó un relanzamiento en Japón con versiones para SEGA Saturn y PlayStation. De igual manera, hubo una reedición en 1999 para Windows.

En estos vídeos tenéis la guía del juego:

Welltris (1989)

Aún a riesgo de ser reiterativos, no tenemos más remedio que hablar de nuevo del excepcional éxito que tuvo Tetris a finales de los 80, cómo se expandió por las diferentes plataformas y la gran cantidad de versiones distintas que fueron lanzadas. El desamparo legal con el que contaban los videojuegos en aquella época provocaba que salieran juegos similares como setas, que varias compañías denominaran el juego como suyo y que, incluso salieran diversas secuelas de toda índole.

Sin embargo, si nos ponemos desde el punto de vista del creador, Alexey Pajitnov, la verdadera secuela es este Welltris, ya que era la única que contaba con el diseño del creador del título original. El videojuego fue desarrollado para MS-DOS en 1989 por DOCA, una compañía de software creada por el gobierno soviético para el control de las licencias de los productos desarrollados en su territorio. Posteriormente, se concedieron licencias de distribución a diversas compañías como Infogrames o Spectrum Holobyte para su distribución en el extranjero, permitiéndose también el lanzamiento de conversiones a distintas máquinas: Commodore Amiga, Amstrad CPC, Arcade, Atari ST, Commodore 64, Macintosh, PC-98 y ZX Spectrum.

Welltris da una vuelta de tuerca al concepto original y cambia la perspectiva del mismos. Cambia a una perspectiva cenital para mostrarnos una especie de pozo creado por cuatro paredes en rejilla por donde van cayendo las distintas piezas. Segun caen, pueden moverse lateralmente en una misma pared o incluso cambiar de pared y girarse sobre sí mismas. Una vez que llegan a la base del pozo, se desplazarán en el suelo hacia el otro extremo del pozo hasta que encuentre la arista del mismo u otra pieza. De esta manera, si en el fondo del pozo se completa una línea vertical u horizontal, esta desaparecerá, dejando espacio para nuevas piezas.

Como en el caso del Tetris original, hay que evitar que se nos acumulen piezas en las paredes del pozo que lleguen hasta la parte superior y acabe la partida. Pero hay que añadir una dificultad añadida, si cuando la pieza llega a abajo, no se queda completamente en el fondo, es decir, parte de la pieza queda en el muro, dicho muro quedará inutilizado durante un cierto número de turnos. De esta manera, si inutilizamos dos muros que se encuentren frente a frente, las piezas que caigan no podrán cambiar de muro durante un tiempo. Como podéis suponer, si bloqueamos los cuatro muros, la partida también habrá finalizado.

En lo que se refiere al juego en sí, requiere de un periodo de aprendizaje mayor que el del título original, ya que esta nueva perspectiva hace que los controles sean algo raros al no tener claro como cambiar de muro. De hecho, es tan raro, que el juego permite cambiar el sistema de rotación para adaptarse al jugador. En este sentido, otros títulos con similar perspectiva como Blockout están mejor resueltos.

Pero este hecho no debe restar mérito ni al juego ni al propio Pajnitov que, lejos de hacer pequeñas modificaciones al juego original, hace un cambio sustancial al concepto generando un videojuego totalmente distinto. Este hecho fue destacado por la prensa especializada de la época que no se quedó corta a la hora de elogiar al título que, sin embargo, no terminó de encandilar al público que prefirió otras secuelas menos innovadoras y más fieles al concepto inicial.

En este vídeo podéis ver cómo es el juego:

Jack in the Dark (1993)

Tras el éxito de Alone in the Dark y mientras el equipo de Infogrames desarrollaba la segunda entrega de la saga, dicho equipo de desarrollo preparó lo que podríamos denominar como una pequeña demo técnica de esa segunda iteración de la serie. A modo de «corto cinematográfico», prepararon una pequeña historia de Halloween con el motor gráfico y el control que terminó siendo utilizado en Alone in the Dark 2. Este pequeño minijuego, bajo el título de Jack in the Dark, fue incluido en la versión CD de la primera entrega de la saga, acompañanado de imágenes de la entrega que se encontraba en ese momento en desarrollo y, de igual manera, en la versión de CD de Alone in the Dark 2 a modo de extra.

La historia nos pone en la piel de Grace Saunders, una niña que, como es habitual, ha salido en la noche de Halloween vestida de bruja en busca de camareros. En plena ruta, una tienda de juguetes llama su atención y la niña se acerca, golpea la puerta y ésta se abre. La curiosidad de Grace le puede y decide entrar, cerrándose súbitamente la puerta a sus espaldas. La niña cae en la cuenta de que se ha quedado prisionera en la tienda y que, además, los juguetes están cobrando vida sin buenas intenciones.

Jack in the Dark nos propone una pequeña aventura con un control similar al de Alone in the Dark (si bien ya adelantaba alguna de las novedades en este sentido que venían con la segunda entrega). La principal diferencia estriba en que en este juego no tenemos escenas de combate, lo que no significa que la protagonista no pueda morir, ya que contará con los clásicos 20 puntos de vida que pueden ir menguando con los ataques de los diversos juguetes que encontramos en la habitación. Esto hace que todo se base en los puzzles y la exploración y, dado que las dimensiones de la tienda se limitan a dos habitaciones, no es difícil ir dando con la solución. Sin embargo, esto está equilibrado con el hecho de que en ocasiones tendremos que aplicar los puzzles rápidamente para evitar los ataques enemigos y, de nuevo, las reducidas dimensiones no nos dejan muchos espacios para huir.

A nivel técnico no tenemos una gran evolución respecto a Alone in the Dark, ya que el desarrollo de Alone in the Dark 2 fue poco tiempo después, pero sí hay que decir que, para ser un minijuego promocional, está bastante bien pulido y apenas cuenta con los bugs que tanto aparecían en la entrega original. De todas maneras, no deja de ser curioso el cambio de temática, por lo cual podemos ver el trabajo artístico alejado de lo que se había visto en la primera entrega y adelantaba la mayor variedad de escenarios que iba a dar la segunda. De hecho, al final de la aventura, se nos muestran diversas capturas de pantalla de lo que iba a ser Alone in the Dark 2.

En este vídeo podéis ver cómo es el juego:

La Bella y la Bestia (1992)

Recientemente ha llegado a nuestras carteleras una nueva versión del clásico de los cuentos La Bella y la Bestia que, realmente, debe la mayor parte de su fama a las interpretaciones del relato que ha realizado Disney. Este film reciente cuenta con actores reales, pero no deja de ser una revisión de su largometraje animado de 1991. Dicha película fue toda una revolución para su productora en particular, confirmando la recuperación del esplendor de sus producciones, como para la industria de la animación en general siendo la primera película de estas características que llegaba a ser nominada en la categoría de «Mejor Película» en los Oscars de ese año.

Sea como fuere, lo cierto es que alrededor de dicho film se creo todo un universo de merchandising del que el mundo de los videojuegos no se quedo exento. Aparte de diversas versiones para las videoconsolas de la época, en el mundo de los PCs se desarrolló un videojuego educativo que por un lado mantenía la buena línea de calidad de los productos de entretenimiento electrónico licenciados por Disney y, por otro lado, es un gran ejemplo de cómo un videojuego puede ser educativo sin llegar a ser aburrido.

En este caso, Disney cedió los derechos a Infogrames en un lanzamiento pensado para el mercado europeo. Como hemos indicado, se trata de un videojuego educativo pensado para el público más joven, sin embargo, nada más empezar podremos seleccionar el nivel de dificultad entre «Fácil» y «Chungo», llegando este último a ser incluso un reto para los adultos.

La trama argumental del juego se centra en una escena muy particular de la película, el baile entre Bella y Bestia que han preparado los objetos vivientes de la casa, con el objetivo de que se enamoren y liberar a la Bestia de su hechizo. En el juego tendremos la misión de ayudar a dichos personajes a preparar todo para que el baile sea perfecto.

Una vidriera con diversas escenas nos hará las veces de menú para seleccionar los distintos minijuegos que representan los preparativos de la fiesta y que se localizan en diversas zonas del castillo. Dicho baile tendrá lugar por la noche, por lo que tendremos que finalizar todas las pruebas antes de que el sol se ponga, teniendo un indicador de tiempo en esta propia vidriera. De esta manera, podremos intentar las veces que hagan falta las pruebas, siempre y cuando estemos dentro de este límite de tiempo.

En la lavandería tendremos una versión muy particular del Mastermind, en la que veremos descender retales de distintos colores por el tendedero y tendremos que hacer las combinaciones de colores indicadas en la parte superior de la pantalla, para conseguir crear las distintas piezas del vestido de Bella, antes de que no quepan más retales en el tendedero. En el jardín jugaremos al típico juego de encontrar las parejas, usando las flores que han quedado enterradas bajo la nieve.

Cuando pasamos a la biblioteca, Dingdong tiene que componer la partitura de la música del baile. Para ello ejercita nuestra memoria mostrándonos una combinación de figuras geométricas que nosotros debemos repetir pulsando en el correspondiente libro que se encuentra en las estanterías. En la cocina tenemos que preparar las tartas para el banquete y allí los huevos tienen vida propia, por tanto, tendremos que activar y usar distintos objetos de la cocina para encauzarlos hasta el horno y que no se vayan rompiendo por el camino, en una prueba que combina rapidez, reflejos, memoria y lógica.

Por último, en un sistema de juego más cercano a los plataformas que ninguna de las pruebas anteriores, tenemos que manejar a Lumiére para realizar la coreografía del baile. Para ello movemos a nuestro personaje por encima de una tarta recogiendo las cerezas que aparecen en distintas zonas y tenemos que evitar impactar con otros miembros del equipo de baile o nos caeremos del escenario. Si realizamos todas las pruebas correctamente y en tiempo, podremos pasar al salón de baile y disfrutar de como Bella y Bestia pasan una bella velada nocturna.

Si bien el juego está pensado para los más pequeños, lo cierto es que no se escatimaron esfuerzos en la adaptación para ser fieles al original. Gráficamente tanto los escenarios como los personajes son recreados fielmente y, aunque no hay demasiadas, las animaciones se mueven con mucha fluidez. Además, tenemos una interpretación MIDI de la banda sonora de una calidad bastante alta y que seguro que animaba a los más pequeños a cantar durante la realización de las pruebas.

En definitiva tenemos un videojuego en la buena senda de los productos Disney de la época y que se encuentra muy por encima de la media de los títulos de este subgénero que había en aquel momento en el mercado.

En este vídeo podéis ver cómo es el juego:

7 Colors (1991)

En plena vorágine del éxito de los videojuegos de puzzle como Tetris, Klax o Columns, Infogrames quiso entrar en ese nicho y, para ello, fue siguiendo la fórmula del éxito de los otros títulos intentando asegurar. Como el concepto de Tetris salió de la cabeza de un ruso como Alexey Pajitnov, qué mejor idea que encargar el nuevo juego a una compañía rusa como Gamos y desarrollar una idea fruto de otro matemático soviético, Dmitry Pashkov, lo cual podría ser un apoyo a las ventas.

Lo cierto es que el planteamiento no era erróneo del todo, ya que se acompañó con una campaña de mercadotecnia bastante fuerte por parte de Infogrames, sobre todo para tratarse de este género, empezando por una misteriosa portada que llamaba la atención pero que no desvelaba absolutamente nada de su contenido. De esta manera, 7 Colors vio la luz en 1991 para Commodore Amiga, PC y PC-98.

El concepto de juego seguía la premisa de menos es más y dotar al juego de una mecánica simple de aprender pero difícil de dominar. Sobre un tablero rectangular se representa lo que vendieron como «batalla de colores» en enfrentamientos 1 vs 1 contra el computador u otro jugador humano. La partida se desarrolla por turnos y en el tablero podremos ver una malla de rombos de diferentes colores, teniendo asignado cada jugador de forma inicial el primer diamante de la esquina inferior izquierda y la superior derecha respectivamente.

Ese primer diamante representa el territorio conquistado inicialmente por cada jugador y el objetivo es ir conquistando el resto hasta conseguir más del 50% del territorio y ganar la partida. Para ello, en cada turno, el jugador debe escoger uno de los 7 colores que dan nombre al juego, que se encuentren adyacentes al territorio conquistado. Todas los diamantes del mismo color que se encuentren juntos pasarán a formar parte de nuestro territorio, tomando dicho color. Hay que tener cuenta que no podemos elegir ni el color de nuestro turno anterior ni el que tenga asignado en ese momento el oponente.

A partir de ahí, el juego no tiene más mecánicas, sino simplemente variaciones con el tamaño y número de los diamantes, diamantes negros que sirven como barrera y una combinación de modos de juego con diferencias nimias entre ellos. Además, cuenta con un modo en el que poder crear nuestros propios escenarios. En lo que viene a ser el juego en sí, cumple bien su misión y, sin ser tan mítico como los títulos indicados al inicio, resulta satisfactorio para los amantes del género.

Sin embargo, el acabado podría ser bastante mejor y no estaba de más esperar algo más de una distribuidora como Infogrames. El sistema de menús es bastante engorroso y tiene un aspecto demasiado amateur incluso para la época, con un montón de opciones mal representadas y que no aclaran su efecto en el juego. De igual manera, el aspecto gráfico no termina de convencer, a pesar de las bajas exigencias de un juego de este estilo. 7 Colors arrastra el aspecto funcional que le dio Gamos, muy en la senda de otros juegos rusos por otra parte, y da la sensación de tener a un par de estudiantes detrás en vez de una todopoderosa como era Infogrames en aquellos tiempos. Por salvar algo del aspecto técnico, podemos hablar de la banda sonora con piezas de Bach y Mozart que acompañan bien a la mecánica del juego.

En definitiva, una mecánica bien ideada que no terminó de implementarse como debía. Sin embargo, la idea ha sido rescatada actualmente en infinidad de títulos para dispositivos portátiles.

En este vídeo podéis ver cómo es el juego:

Radikal Bikers (1998)

Según iba entrando la década de los 90, las compañías españolas iban entrando poco a poco en crisis e iban cayendo una a una, debido a sus problemas económicas y de adaptación a las nuevas tecnologías. De hecho, la década prácticamente solo la completaron Dinamic Multimedia y la creadora del juego motivo del análisis de hoy, Gaelco, formada por antiguos miembros de Zigurat y que se haría con un hueco importante dentro del mundo de las máquinas recreativas con títulos como World Rally Championship o Thunder Hoop.

Según fue llegando el final de la década, uno de sus mayores éxitos sería Radikal Bikers, desarrollado en 1998 y que tendría hasta distribución internacional a través de Atari, e incluso una versión para PlayStation (con mucha peor fortuna) desarrollada por Bit Managers y distribuida por Infogrames.

El planteamiento de Radikal Bikers es muy simple, somos un repartidor de pizza que tenemos que llevar nuestro pedido al destino antes que el repartidor de la pizzería rival, por lo que tendremos que hacer uso de una conducción con nuestra motocicleta algo más que temeraria. El juego se divide en el reparto de tres pizzas: Margarita (fácil), Caprichosa (medium) y Diabola (difícil). Ambos motoristas saldrán a la vez y consiguiendo llegar el primero, podremos escoger otro reparto.

Aparte de vencer finalmente al repartidor rival, tendremos que ir pasando una serie de checkpoints dentro de un tiempo establecido. La dificultad se basa principalmente en el caótico tráfico que domina la ciudad, por lo que tendremos que esquivarlo ya sea usando nuestra habilidad al manillar, usando trampolines o incluso atajando por callejones o edificios. Para nuestra ayuda, contaremos con una serie de items que podremos ir recogiendo en el camino: Turbo, Power Kick (que nos permitirá destruir vehículos a patadas durante un cierto periodo de tiempo), Extra Time y Extra Points.

La máquina era la típica «de pie», pero con un manillar incorporado para el control que se adaptaba perfectamente al juego y tenía una gran respuesta. Lo más destacable del juego a nivel técnico son los gráficos, realizados con mucho sentido del humor y con un gran rendimiento, a pesar de la increible cantidad de elementos en la pantalla que aparecen a gran velocidad. Por otro lado, el juego cuenta con una banda sonora muy simpática con un tema titulado Pizza Man y unos efectos sonoros también realizados con mucho humor.

En este vídeo podéis ver cómo es el juego:

Grandes Compañías XXII: Infogrames

Infogrames fue una empresa francesa fundada en Junio de 1983 por Bruno Bonnell y Christophe Sapet. El nombre de la compañía (tras descartar Zboub Système por consejo de sus abogados) sería una mezcla de las palabras «informatique» y «programme», sugerida por una aplicación que utilizaron de mezcla de palabras para este cometido. Su conocido logo del armadillo fue creado cuando se trasladaron a la ciudad gala de Villeurbanne, escogiéndolo por la simbología que representa un animal que aún perdura desde la época del Paleoceno.

En su primera época, Infogrames se centraría en el mercado francés, donde destacaría por lanzar títulos de tipo aventura, como Vera Cruz, salpicado con dosis de humor. Esto le valdría para conseguir valiosas franquicias de cómics del movimiento franco-belga, lanzando títulos como Passengers on the Wind, Iznogoud, Tintin on the Moon o Asterix. Asímismo, también haría las veces de distribuidor para Europa de títulos como Tetris, Disney’s Beauty and the Beast: Be Our Guest o SimCity.

Pero el año de la proyección internacional de Infogrames sería 1992, cuando la compañía ponía las basas del género del «survival horror» al lanzar, Alone in the Dark, para muchos el mejor título de la compañía y uno de los mejores videojuegos de la historia. Llegaríamos al momento de más éxito de la compañía, no solo explotando la saga de Alon in the Dark, sino también con títulos como International Tennis Open, Call of Cthulhu: Shadow of the Comet, North & South, Spirou o Asterix: Caesar’s Challenge.

En 1996, su fundador Bruno Bonnell, comenzaría una política económica de adquisición de compañías en busca de convertirse en la distribuidora más destacada del ocio interactivo a nivel internacional, en una operación que elevaría sus costos hasta los 500 millones de dólares. De esta manera, ese mismo año se adquiriría Ocean Software, cambiando su denominación por la de Infogrames UK. En 1997 se harían con Philips Media BV y en 1998 con la mayoría de acciones de OziSoft, convirtiéndose en Infogrames Australia. Las siguientes en caer serían ABS Multimedia, Arcadia , Gamecity GmbH, Gremlin Interactive, Accolade, Beam Software, GT Interactive (siendo la adquisición más cara de la historia de las compañías de videojuegs) y Paradigm Entertainment. En 2001 se dedicarían al relanzamiento de Atari, así como a la compra de Hasbro Entertainment.

Sin embargo, esta vorágine empresarial se fue de las manos, a pesar de que vino acompañada del lanzamiento de títulos destacados como Unreal Tournament, RollerCoaster Tycoon o la saga Driver. Las pérdidas empezaron a florecer y tuvo que ir cediendo los derechos de las franquicias de Civilization, Unreal, The Transformers, My Little Pony, Connect Four…, así como ir cerrando algunos de los estudios. En 2007 Bruno Bonnell dejaría la compañía tras 24 años de trabajo y comenzaría una restructuración de la empresa que culminaría con la asociación con Namco Bandai, además de la fusión de Infogrames y Atari Group. bajo el nombre de esta última.

En este vídeo podéis ver la intro de Alone in the Dark:

Grandes Compañías XVI: Accolade

La historia de Accolade comienza en 1984, cuando Alan Miller y Bob Whitehead (que habían trabajado en el desarrollo de videojuegos para las consolas de Atari) fundan la compañía, tras dejar Activision, la cual también habían cofundado. Aunque nunca se ha llegado a confirmar a ciencia cierta, se dice que la elección del nombre viene derivada a que está alfabéticamente antes que Activision. Sea como sea, lo cierto es que muchos trabajadores de dicha compañía se unieron a Accolade, por lo que la empresa nacía con un equipo muy experimentado.

Accolade se enfocaría al desarrollo de videojuegos para ordenadores personales, tanto de 8 como de 16 bits, iniciando su carrera con títulos como Law of the West, Psi-5 Trading Company, The Dam Busters, Mean 18 Golf, Test Drive o HardBall!. Estos dos últimos serían clave para el éxito de la compañía e iniciarían dos de sus franquicias más importantes y exitosas. En esta primera época, Accolade publicaba los títulos que ellos mismos desarrollaban, aunque al poco tiempo cambiarían de política y también empezarían a publicar videojuegos desarrollados en otras compañias.

Este giro de pensamiento coincidiría con un cambio de objetivos a la vista de como evolucionaba el mercado a finales de los 80 y principios de los 90. De esta manera, su actividad se enfocaría al desarrollo y distribución de videojuegos para PC y las videoconsolas emergentes (NES, Mega Drive, SNES, etc…). De esta época serían títulos de éxito como The Games: Winter Challenge, The Games: Summer Challenge, Bubsy in: Claws Encounters of the Furred Kind, Elvira: Mistress of Dark, Grand Prix Circuit, The Cycles: International Grand Prix Racing o la saga de aventuras Les Manley. Pero no todo fueron buenas noticias, ya que Accolade se las tuvo que ver en los juzgados con SEGA, acusada de hacer ingeniería inversa para el desarrollo de títulos para Mega Drive, acción judicial que terminaría con el retiro de todos los videojuegos de dicha consola desarrollados por Accolade.

A mediados de los años 90, Accolade se centraría en desarrollar videojuegos deportivos y de acción, consiguiendo grandes resultados con las sagas de Jack Nicklaus, Hardball! y Unnecessary Roughness. Pero esa época coicidiría con la marcha de Alan Miller en 1995, que sería secundada al poco tiempo por Bob Whitehead, asumiendo Peter Harris la dirección de la compañía. Pero a Accolade había quedado totalmente descabezada y muchos trabajadores también se terminarían llendo lo que terminaría acabando con la empresa adquirida por la francesa Infogrames.