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Jai Alai (1991)

La pelota vasca es un deporte tradicional que tiene su origen en la zona norte de España y el suroeste de Francia, siendo popular en ambos países y en diversas localizaciones de América. Este deporte, jugado en frontón o trinquete, tiene diversas modalidades siendo quizá la más popular la de mano, pero una serie de circunstancias curiosas hizo que la modalidad de cesta-punta ganara popularidad a finales de los 80 y principios de los 90. Por un lado, la inclusión de esta modalidad como deporte de exhibición en los Juegos Olímpicos de Barcelona en 1992 y por otra, la cabecera de la serie norteamericana Corrupción en Miami, en la que por unos segundos aparecían unos jugadores practicando dicha modalidad.

No sabemos hasta que punto la serie protagonizada por Don Johnson influyó en los programadores de Opera Soft, pero lo cierto es que si ya era un riesgo hacer un videojuego sobre la pelota vasca, más aún lo era en esta modalidad. La cesta-punta se practica con una cesta de mimbre con la cual se coge la pelota, se toma impulso y se lanza hacia el frontón. A esta modalidad también se la conoce popularmente como Jai Alai («fiesta alegre» en euskera) y fue el título que se le concedió al juego.

Jai Alai fue lanzado en 1991 por Opera Soft con versiones para ZX Spectrum, Commodore 64, Amstrad CPC, Amstrad PCW, MSX, Commodore Amiga, Atari ST y PC. De la parte de la programación se ocuparon Daniel Gutiérrez González, que ya participó en Emilio Butrageño ¡Fútbol!, y José Antonio Morales Ortega, todo un clásico de los últimos lanzamientos de Opera Soft con títulos como La Colmena, Mutan Zone o Sirwood.

Captura de la versión de PC

El juego nos plantea partidos simples o campeonatos en dos frontones a elegir: el Miami Arena (con clara alusión a la serie de televisión) o el Euskal Jai (situado en Pamplona), sin mayor influencia que la de diferencias estéticas. Además, el juego nos permite indicar el número de tantos necesarios para terminar el partido, así como el tipo de árbitro o la dificultad de los jugadores manejados por la computadora.

Dentro de las limitaciones, Jai Alai intenta traer todo el reglamento del deporte en el que se inspira. El objetivo fundamental del juego consiste en recoger la pelota lanzada por el equipo contrario y lanzarla contra el frontis. Si la pelota bota dos veces o más antes de ser recibida se considera que el equipo receptor ha cometido falta. Hay que tener en cuenta que la pelota siempre tiene que tocar la pared frontal (frontis) antes de botar en el suelo aunque también podrá botar en la pared lateral, considerándose bote ilegal si da en el suelo antes que en el frontis y rebote ilegal si da en la zona baja del frontis. Por último, si la pelota bota fuera de los límites el equipo que lanza habrá incurrido en falta y en el saque ha de botar necesariamente y en su primer bote, entre las líneas de falta y pasa.

Captura de la versión de Amstrad PCW

Todo esta normativa que hace el deporte muy dinámico había que implementarlo en un videojuego, por lo que el momento de la recepción se vuelve más lento que en la realidad para poder realizar las operaciones necesarias. Para ello, contamos con marcadores de fuerza y ángulo de los tiros. La dirección lateral la seleccionamos moviendo el joystick derecha e izquierda, la altura la seleccionamos el joystick verticalmente de forma invertida y el botón de acción da la fuerza del tiro indicado en los marcadores correspondientes. para dar la fuerza del tiro. Además, cuando una pelota quede lejos de nuestro alcance, nuestros pelotaris podrán saltar tanto vertical como horizontalmente para intentar alcanzar dicha pelota lejana.

Esta compleja implementación del control hacía perder cierto dinamismo a la partida, pero los programadores le dieron una vuelta de tuerca introduciendo el Modo Armas, que más bien es un modo con items que pueden encontrarse en la pista y posteriormente utilizarse. Dichas armas están representadas con iconos de tal manera que la letra M es un imán, la letra I provoca invisibilidad a la pelota, la letra E proporciona superfuerza, la letra C provoca cambio de turno, la calavera hace las veces de patata caliente y provoca la pérdida del punto de quien tenga la pelota tras un tiempo determinado, y la letra D hace de antídoto ante un ataque de arma por parte del rival.

Captura de la versión de ZX Spectrum

A nivel técnico y jugable, prácticamente todas las versiones son iguales. Las diferencias se encontraban en la cantidad de detalles gráficos que se implementaban en cada máquina, a fin de exprimirlas al máximo sin perder rendimiento. Esto hace que los gráficos diseñados por Adolfo Gutiérrez González y Carlos A. Díaz de Castro tengan un salto de calidad en las versiones de 16 bits, pero contamos con una experiencia jugable similar en todas las versiones.

El juego era todo un esfuerzo técnico de los últimos años de Opera Soft, pero en 1991 estaba ya en plena crisis con el salto a los 16 bits y la popularización de las consolas. De esta manera, aunque el juego fuera loable, no tuvo una temática lo suficientemente atractiva como para que pudiera ser el salvavidas que la compañía necesitaba.

En este vídeo podéis ver cómo es el juego:

V-Rally: 97 Championship Edition (1997)

El juego que hoy nos ocupa es un caso muy relevante sobre la importancia de los títulos en los distintos puntos del planeta. Este videojuego, desarrollado para PlayStation en Francia por Infogrames (por un equipo de 20 trabajadores que en el futuro fundarían Eden Games) entre 1995 y 1997, fue inicialmente distribuido en Europa por la propia compañía francesa en julio de 1997 bajo el título de V-Rally: 97 Championship Edition.

Cuando el título cruzó el charco hacia Norteamérica a finales de año, la distribución pasó a ser obra de Electronic Arts la cual aprovechó las licencias que tenía en cartera para renombrarlo como Need for Speed: V-Rally, a pesar de que no tener nada que ver con la saga Need for Speed. Posteriormente, en 1998 el título llegó a Japón y la distribución pasó a Spike, por lo que no se podía usar el nombre de la conocida saga y se optó por el título original, al que se le tuvo que quitar el guarismo porque ya era «tarde» para el 97, por lo que se quedó en simplemente V-Rally: Championship Edition. Para rematar el jaleo, la versión de PC se llamó V-Rally Multiplayer Championship Edition, la versión de Nintendo 64 se llamó V-Rally Edition 99 y la de Game Boy Color fue denominada V-Rally Championship Edition en Europa y V-Rally Edition 99 en el resto del mundo. Todo un follón de nomenclaturas completamente inútil ya que popularmente se quedó como V-Rally y fue la denominación con la que se quedó en entregas posteriores.

V-Rally contaba con licencias oficiales, por lo que nos encontramos con ocho localizaciones pertenecientes a los campeonatos de 1997, así como las representaciones de los vehículos reales participantes en sus dos categorías: Kit Cars y World Rally Cars. Nos presenta tres modos de juego: Arcade, donde nos enfrentamos contra otros competidores controlados por la IA a lo largo de tres series de etapas con el clásico sistema de checkpoints; Championship, donde se emula el campeonato real a través de 40 etapas por las ocho localizaciones, con un sistema de clasificación por puntos y sin checkpoints; y Time-Trial, con el objetivo de conseguir batir nuestros mejores tiempos contrarreloj. Como novedad respecto a la competencia, todos los modos de juego permitían la participación de dos jugadores humanos simultáneamente en formato de pantalla dividida.

El juego pretendía dar una experiencia realista frente al estilo arcade de otros juegos similares (como Rally Cross que fue lanzado el mismo año), lo que hacía que el proceso de aprendizaje fuese más complicado y es un título con una entrada más difícil para el público general. No obstante, la falta de finura en el acabado final de los controles llevaba a situaciones irreales como saltos imposibles que terminaban haciendo perder el control del vehículo. Por lo demás si nos encontramos con un videojuego de buena factura técnica tanto a nivel gráfico como de audio.

La decisión de buscar un videojuego más realista tuvo un resultado mixto ya que el juego tuvo un gran éxito de crítica y público en Europa, mientras que no funcionó demasiado bien en Estados Unidos. Lo curioso es que fue por el mismo motivo: una experiencia realista que se vio como un pro en el Viejo Continente y una deficiencia en Norteamérica. Esto, que en muchos casos podría ser un handicap, terminó quedando como la insignia de la serie y es una de las opciones elegidas por una gran parte del público cuando está buscando la experiencia más realista posible ante una carrera de rallies. Además abrió el camino a explorar esa experiencia realista que fue continuada al año siguiente con el comienzo de la saga Colin McRae Rally.

En este vídeo podéis ver cómo es el juego:

Disney’s Hercules (1997)

Cuando hablamos de videojuegos basados en las peliculas de animación de Disney, enseguida nos vienen a la cabeza infinidad de títulos de plataformas de la era de los 16 bits como Aladdin, The Jungle Book o The Lion King. Videojuegos muy cuidados a nivel técnico y artístico, fieles al producto original y con una gran jugabilidad que terminó prácticamente convirtiendo a estos títulos en un subgénero en sí mismos, y que representan muchos de los mejores videojuegos de plataformas de la década de los 90.

No obstante, a finales de dicha época el salto de los 16 a los 32 bits y, consecuentemente, del 2D a entornos tridimensionales iba a afectar directamente a este tipo de lanzamientos y a la estrategia de Disney en lo que a lanzamientos de videojuegos se refiere. Paralelamente, las películas de animación clásica de Disney empezaban a perder adeptos frente a las nuevas producciones tridimensionales lideradas por Pixar (que terminó siendo propiedad de la propia Disney), por lo que el atractivo de los personajes de las películas cada vez era menor para basar un videojuego en los mismos.

Es por todo esto que mucha gente considera a Disney’s Hercules como el último gran juego de plataformas bidimensional con el sello de Disney. Un título que aunque fue lanzado en plena era de los 32 bits conservaba el espíritu dejado por los juegos anteriores.

Con cambios nimios, el juego sigue la sinopsis de la película de 1997. El hijo de Zeus, Hércules, ha sido despojado de su divinidad y es enviado a la Tierra para demostrar que es un verdadero héroe y, por tanto, volver a recuperarla. La aventura se desarrollará a través de una serie de pruebas hasta el enfrentamiento final con Hades.

El juego se nos presenta con tres niveles de dificultad, fácil (con dos niveles menos), media y hercúlea, siendo principalmente un plataformas bidimensional de desplazamiento lateral. No obstante, el juego hace uso de la potencia superior de las máquinas en las que fue lanzado (PlayStation y PC) y en ocasiones mete elementos tridimensionales con cambios de plano y perspectiva, lo que ayuda a mejorar la variedad del juego.

El arma principal de Hércules es una espada que, además de un uso normal, permite utilizar el «Don de los Dioses» para realizar ataques especiales: bolas de fuego, bombas de sonido y rayos, siempre y cuando encontremos los power ups correspondientes. De igual manera, podemos encontrar figuras de Hércules que le permitirán recuperar su barra de vida y cascos que le concederán invencibilidad durante unos segundos. Otros elementos a encontrar son las letras que componen el nombre de Hércules y que, de hacerlo, permiten pasar directamente al siguiente nivel y unos jarrones que esconden el password para ir directamente al nivel actual desde el menú principal en futuras partidas. Al final de cada nivel nos encontraremos con un jefe final que tendrá un patrón especial para ser derrotado.

Gráficamente, el juego mezcla los sprites 2D con elementos 3D construidos a base de polígonos, lo que permitía aumentar las posibilidades sin perder el espíritu de los plataformas clásicos de Disney. Esto le da un estilo visual muy particular a este juego que sorprendió mucho en su época pero que a día de hoy envejece peor que un juego realizado íntegramente de forma bidimensional.

Esta dualidad fue la que más polémica generó en su momento en la prensa especializada. Si bien muchos críticos aplaudieron la conservación del espíritu de los videojuegos de Disney precedentes, no fueron pocos los que consideraban que el cambio de generación requería de una renovación dentro del género y un mayor aprovechamiento de las posibilidades 3D de las máquinas. No obstante, la recepción del público fue positiva de forma general y en 1998 llevaba 15 millones de copias vendidas en la Unión Europea.

En este vídeo podéis ver cómo es el juego:

NBA Live 95 (1994)

Como ya comentamos en su momento, Lakers vs Celtics and the NBA Playoffs, fue el comienzo de la relación de Electronic Arts con la licencia oficial de la NBA. Dicha jugosa licencia hacía suponer que la relación sería larga y que nos encaminaba hacia una saga de caracter anual. Sin embargo, el comportamiento con la licencia fue un tanto errático por parte de la compañía norteamericana. A este título inicial le siguieron Bulls vs Lakers and the NBA Playoffs y Bulls vs Blazers and the NBA Playoffs (entre medias estaría Team USA Basketball con la selección estadounidense de protagonista), con una cierta falta de coherencia entre distintas versiones respecto a fechas de lanzamiento y actualización de plantillas. En 1993 se lanzó NBA Showdown que incluía por primera vez la liga al completo y que definía el camino a seguir.

A todo esto se suma que en 1991 Electronic Arts crea EA Sports, con sede en Canadá, para gestionar los títulos deportivos de la compañía e intentar seguir una hoja de ruta en común para todos los juegos del género de la compañía, que tenía en los deportes unos de sus principales objetivos de crecimiento. De esta manera, la quinta entrega de la saga fue NBA Live 95, nomenclatura que ya quedaría fijada para casi la totalidad de los títulos que vinieron posteriormente.

El título fue lanzado para Super Nintendo, Mega Drive y PC con apenas algunas diferencias estéticas entre las distintas versiones, definidas por las distintas paletas de colores y los distintos chips de audio utilizados. De nuevo, el tema de las plantillas seguía sin estar unificado por las distintas fechas de lanzamiento: la versión de PC era la más actualizada al tener los rosters 1994/95 y los rookies de ese año; la de Mega Drive también estaba actualizada a dicha temporada pero no tenía los novatos al día; y la de Super Nintendo tenía las plantillas de la temporada anterior.

El juego nos permite jugar tanto partidos de Exhibición, temporadas completas o simplemente los playoffs, con la totalidad de los equipos de la liga de aquella temporada, aparte de las selecciones de All-Star. Como novedad, el juego permite realizar cambios en las plantillas gracias a un sistema de gestión que permite intercambiar jugadores, así como la posibilidad de crear equipos personalizados.

En los partidos en sí es patente la intención de EA Sports de tener una línea única a seguir en todos sus lanzamientos. Fue el primer juego de baloncesto de EA que cambió su perspectiva lateral a una isométrica que quedó como la estándar para los títulos de 16 bits. Esto es debido, principalmente, a que el motor utilizado en el desarrollo no es ni más ni menos que una modificación del que se implementó para FIFA International Soccer el año anterior.

Aparte del cambio de perspectiva, hubo otra serie de novedades sobre los juegos anteriores que terminaron por quedarse en futuras revisiones de la saga. Se incluyó el botón de turbo para poder modificar la velocidad de los jugadores mientras les quedara energía y se estableció el sistema de la cruz para los lanzamientos de tiros libres. No obstante, si se recogieron algunas de las bondades de los primeros títulos de EA sobre baloncesto, como es la gran variedad de animaciones (en especial en los mates) y un diseño de los jugadores que, a pesar de las limitaciones técnicas permitía diferenciar unos de otro por características físicas: altura, raza y estilo de peinado.

La crítica de la época destacó el salto de calidad que suponía este nuevo juego y a los buenos resultados en ventas le acompañaron diversos premios. Además, esta situación junto al éxito de FIFA International Soccer, supuso un efecto contagio al resto del lanzamientos de la compañía y tanto Madden NFL ’95 como Triple Play Baseball fueron líderes de ventas en sus respectivas disciplinas, lo que animó a EA Sports a expandirse a otros deportes.

Respecto a la propia saga NBA Live, mantuvo el liderazgo durante muchos años hasta que NBA 2K terminó por alcanzarla y superarla. La denominación se mantuvo inalterable hasta 2010, cuando intentando relanzar la saga respecto al producto de 2K se rebautizó como NBA Elite 11 con escaso éxito. No hubo edición para 2012 y se rescató desde NBA Live 13 hasta NBA Live 19, siempre por debajo de NBA 2K para terminar siendo cancelada la serie definitivamente en 2019.

En este vídeo podéis ver la versión de Mega Drive:

En éste la versión de Super Nintendo:

Y en este último la de PC:

Simon the Sorcerer’s Pinball (1998)

Tras el éxito de las dos primeras entregas de Simon the Sorcerer, superando el medio millón de copias vendidas en ambos casos, no eran pocos los que esperaban con cierta expectación la llegada del título que culminara la trilogía. Sin embargo, tras la segunda entrega en 1995 se dieron en el mercado una serie de circustancias que terminaron por retrasar una y otra vez el lanzamiento.

Por un lado teníamos la llegada de Windows como plataforma de videojuegos, la cual se impuso con una mayor velocidad de lo esperado a finales de los 90 y que llevó a las compañías desarrolladoras a tener que reciclarse e incluso modificar proyectos a mitad de desarrollo. Por otro, las aventuras gráficas empezaban a pasar de ser uno de los géneros líderes en el mercado de los ordenadores personales a ser un género totalmente de nicho con dificultades para encontrar distribuidoras que los publicaran. Por último, en el caso en concreto de la tercera entrega de Simon the Sorcerer, hubo un problema añadido ya que el comienzo del desarrollo por parte de Adventure Soft iba a ser continuista respecto a las entregas anteriores con una aventura en 2D, pero eso añadía aún más dificultad para encontrar un publisher, ya que solo estaban interesados en productos en entornos 3D como demandaba el mercado. Esto provocó innumerables retrasos que llegó a la salida de Simon the Sorcerer 3D a 2002, siete años después de la segunda entrega.

En todo este proceso, desde Adventure Soft sabían que estaban desaprovechando una propiedad intelectual bastante potente y que existía el peligro de que el personaje cayera en el olvido. Es por esto, que en 1998 hubo un doble lanzamiento para Windows y con un público objetivo más casual: Simon the Sorcerer’s Puzzle Pack y el juego que hoy nos ocupa Simon the Sorcerer’s Pinball.

El juego nos da lo que esperamos: un videojuego de pinball con una única mesa inspirada en los dos primeros títulos de la saga y con la aparición de diversos personajes de la misma. De hecho, el objetivo de la máquina es rescatar a varios personajes de las garras de Sórdido, teniendo en cuenta que se asume que Simon es quien maneja el pinball en primera persona. En la parte superior del tablero podemos ver el castillo de Sórdido donde se encuentran prisioneros los personajes y para conseguir rescatarlos habrá que pasar por tres fases: encontrar al prisionero, desbloquear su celda y rescatarlo. Para cada una de las fases tendremos que mandar la bola por la rampa de la Mazmorra de forma correcta y evitar perderla, ya que habría que recomenzar el proceso. Por cada uno de los prisioneros rescatados, vamos consiguiendo diferentes bonus y mejoras.

Por otro lado, tendremos diversas zonas como el Círculo Mágico de Simon para conseguir «multibolas», la Fábrica de Swampy donde podemos conseguir multiplicar la puntuación, el Sombrero de Simon, una zona para poder robarle items a Sórdido y todo tipo de rampas, bumpers y pulsadores para conseguir todo tipo de mejoras.

A pesar de la temática mágica, lo cierto es que en el diseño se ha buscado una representación realista de lo que sería una máquina real de pinball, con su marcador electrónico y con los diferentes artilugios simulando movimientos y acciones que podría haberse conseguido de forma mecánica. Desgraciadamente, el tema de las físicas no funciona igual de bien y aunque en general la bola se mueve de forma decente, tiene demasiados problemas y comportamientos extraños en sus interaccioens con los flippers. Por otro lado, a nivel de diseño, más allá de su integración en el universo de Simon, lo cierto es que nos encontramos con una disposición de los elementos poco arriesgada y que podría ser sobre Simon the Sorcerer o sobre cualquier otra temática.

Donde sí funciona mejor la inmersión es en el apartado sonoro, ya que contamos con remezclas de los temas de la banda sonora de las aventuras y las voces que se utilizaron en el doblaje original. A esto sumamos un catálogo correcto de efectos sonoros de pinball que dejan un apartado sonoro destacado en un juego que no destaca en líneas generales.

Respecto a la recepción del juego, lo cierto es que tras tres años de espera, la comunidad y la prensa esperaba algo más, sobre todo porque tampoco había previsiones del lanzamiento de una aventura a corto plazo. La crítica de la época no tuvo piedad y apenas le dieron el aprobado unas cuantas revistas, ya que en todos los artículos pesó más la franquicia que el análisis de un juego de pinball en sí. A esto acompañaron unas ventas discretas dejando a Adventure Soft a la espera de la llegada de épocas mejores para Simon que nunca llegaron.

En este vídeo podéis ver cómo es el juego:

Street Racer (1994)

Si en una coctelera virtual metiésemos el Super Mario Kart, Road Rush y la serie de dibujos animados Los Autos Locos, lo que nos saldría como resultado probablemente fuese muy parecido al juego que hoy nos ocupa: Street Racer. Este título, lanzado originalmente por Ubisoft para Super Nintendo en 1994, entra dentro de la ingente cantidad de videojuegos de karts que salieron a principios de los 90 intentando seguir la estela del juego de Nintendo, y al que cada compañía intentaba aportar una mecánica diferenciadora. En este caso, el videojuego desarrollado por Vivid Image nos da una versión más pendenciera y menos amigable que el juego protagonizado por Mario y compañía.

Street Racer nos presenta a ocho corredores distintos extraordinariamente esterotipados y con un vehículo acorde a dicho estereotipo. Cada uno de ellos tendrán distintos atributos de velocidad, aceleración, manejo, ataque y defensa, siendo un juego en el que las diferencias de estos atributos si quedan muy patentes en la carrera.

Durante la carrera, al estilo de Road Rush, podremos golpear a izquierda y derecha para intentar impactar a los coches rivales (siendo en este punto donde son fundamentales los atributos de ataque y defensa). A esto se incluye también un ataque frontal para atacar a los corredores que tengamos delante. Aparte tenemos la posibilidad de utilizar turbos, que se van incrementando cada vez que finalizamos una vuelta y que también podemos encontrar en forma de item en el circuito y que nos dan una aceleración extra durante un cierto periodo de tiempo. Otro de los items a recoger es el kit de reparación, esencial cuando por ataques de enemigos la resistencia de nuestro vehículo esté baja. Por último, cada uno de los personajes tiene un tipo de movimiento especial (velocidad extra, ralentización de enemigos, volar…). En nuestra contra tendremos las minas que pueden aparecer en el circuito y bombas con temporizador, las cuales podremos pasar a otro corredor impactando con el mismo.

En cuanto a modos de juego, es un título excepcionalmente variado. Tenemos un modo Campeonato con tres niveles de dificultad (bronce, plata y oro) con multitud de circuitos que además se pueden configurar en un campeonato personalizado. Dicha competición se realiza por puntos, los cuales no solo están definidos por las posiciones, sino que hay posibilidades de conseguir puntos extras recogiendo estrellas por el circuito o consiguiendo la vuelta rápida. En el modo Head-to-Head hacemos una competición 1 vs 1, muy interesante en las opciones multijugador. Aparte tenemos dos modos especiales: Soccer, donde se deben jugar partidos de fútbol conduciendo; y Rumble, donde el objetivo es echar de la pista al resto de corredores.

A nivel técnico, nos encontramos con un juego muy destacado en todas sus versiones. En la versión original de Super Nintendo vemos un buen trabajo de aprovechamiento de la máquina y un excelente uso del Modo 7. Cabe destacar el gran trabajo artístico realizado con los fondos, muy variados y llenos d detalles. Como no podía ser de otra manera en la 16 bits de Nintendo, el audio va con todo el esplendor posible de la época.

Evidentemente no podemos hablar de un videojuego que rebose originalidad, pero picando de aquí y de allá terminó un juego bastante solvente y muy divertido, mejorando en algunos puntos a sus inspiradores. Esto fue recibido así por parte de crítica y público, y provocó muchas más conversiones de lo que originalmente se había pensado: Mega Drive, SEGA Saturn, Game Boy, PC, Commodore Amiga y Sony PlayStation.

En este vídeo podéis ver la versión de PlayStation:

Leisure Suit Larry Goes Looking for Love (in Several Wrong Places) (1988)

La primera entrega de Leisure Suite Larry tuvo un efecto curioso. Aunque fue un éxito de ventas, su fama de ser un juego «lascivo» no llegó a copar las expectativas, ya que las revistas de la época reforzaron este concepto y probablemente ayudó a sus buenos números. El caso es que el videojuego se quedó con la fama de prometer más de lo que daba en este sentido, quedando su verdadero objetivo cómico en segundo plano. Probablemente, debido a este hecho, Sierra tomó nota y decidió ser cauto con una de sus videojuegos de éxito y solicitó a Al Lowe, creador del mismo, que rebajara el tono. Finalmente, Leisure Suit Larry Goes Looking for Love (in Several Wrong Places) apareció en el mercado en 1988 para PC y en 1989 para Atari ST y Commodore Amiga.

A pesar del relajamiento del tono, el argumento de esta entrega empieza por donde lo dejó la anterior. Nos encontramos a un Larry cortando el césped en el apartamento de Eve, la pareja con la que acababa la primera entrega, pero rápidamente nos damos cuenta de que Larry ha vuelto a tener pájaros en la cabeza pensando que era su pareja estable, ya que aparece Eve sin acordarse de quién es él, dejando más que claro que no fue más que una aventura de una noche. Larry se encuentra compuesto y sin novia, y empieza a deambular por la ciudad, comenzando una aventura que mezclará premios de la lotería, viajes en crucero y agentes de la KGB.

Leisure Suit Larry Goes Looking for Love (in Several Wrong Places) fue el segundo videojuego, tras King’s Quest IV: The Perils of Rosella, en utilizar el SCI (Sierra’s Creative Interpreter) como motor en el desarrollo de videojuego. Aunque aún se encontraba en sus fases más tempranas, era un salto de calidad respecto al AGI (Adventure Game Interpreter) utilizado en la entrega anterior, en el que únicamente se podían utilizar comandos de textos. El SCI integraba el uso del ratón y de una serie de verbos predefinidos, en un sistema similar al SCUMM de Lucasfilm Games, que databa de un año antes y que terminó por poner las bases de las aventuras gráficas tal y como las conocemos actualmente.

Como hemos dicho Al Lowe, por imposición de la propia Sierra, bajó el tono sexual del juego. Esto no lo hace un videojuego para niños ni mucho menos, pero el sexo deja de ser el hilo conductor del desarrollo de la historia y, aunque hay alguna imagen pixelada más o menos explicita, el nivel se bajó lo suficiente como para eliminar el test de verificación edad de principio del juego que tan famoso se volvió en su primera entrega. El humor de Lowe sigue ahí y tenemos ciertas secuencia realmente hilarantes que nos arrancarán alguna sonrisa, pero es cierto que en todo momento se encuentra lastrado por esa propia autocensura. Esto provoca que la historia se encuentre a medio camino entre el humor (algo pusilánime en algún momento) y el intento de desarrollar una historia con una estructura narrativa más compleja (y más estándar). Esto provocó una serie de críticas en el juego que hizo que no compensara el rebaje de tono y se volvió al espíritu inicial de la saga en la tercera entrega, Leisure Suit Larry III: Passionate Patti in Pursuit of the Pulsating Pectorals que se lanzó en 1989.

El cambio de tono también afecto al apartado artístico, con un corte realista más cercano a la saga King’s Quest que a la primera entrega. Esto se hace más notable en el diseño del propio Larry, siendo el resultado menos caricaturesco de toda la saga. En la parte positiva, al encontrarnos en una aventura más grandiosa, nos encontramos con una gran variedad de escenarios diversos: la ciudad, la isla, el barco, etc… que mejoraba el prestigio a nivel de gran aventura de la saga. Por lo demás, a nivel técnico tiene todas las características propias de la primera versión del motor, con gráficos con una resolución de 320×200 a un máximo de 16 colores y soporte para tarjetas de sonido, lo que también dio un gran salto de calidad.

No queda del todo claro lo exitoso o no que fue el experimento, sobre todo teniendo en cuenta que en la tercera entrega la saga volvió al redil. Además, los datos de ventas de los juegos de Larry casi siempre se han dado en conjunto por parte de Sierra. El propio Al Lowe llegó a declarar que las primeras dos entregas llegaron a vender 250.000 copias y Sierra en 1996 dijo que la saga llevaba 1.4 millones, pero sin llegar a desglosar la cantidad de la que era responsable en cada entrega. Más allá de las ventas, lo que sí hubo es una buena acogida por parte de la crítica especializada de la época.

En esta serie de vídeos tenéis la guía del juego:

Mundial de Fútbol (1990)

En el ocaso de Opera Soft, en un intento de reflotar la mala situación que estaba atravesando, la compañía española intentó crear un subsello especializado en títulos deportivos, Opera Sport, que intentaban ser impactantes y que consiguieran ventas rápidas. Por un lado se buscaron licencias jugosas como con Poli Díaz o Angel Nieto Pole 500, por otro la inclusión novedosa de ciertas disciplinas olvidadas por el mundo del videojuego con Jai Alai, y por último, en el caso que nos ocupa, aprovecharse de la celebración de un gran evento como puede ser el Mundial (eso sí, sin licencias oficiales), que por 1990 iba a celebrarse en Italia.

Todo sonaba muy bonito pero, como hemos indicado al principio, la situación de Opera Soft no era nada buena y necesitaba lanzar muchos juegos con muy poco personal. Esto provocó múltiples retrasos que acabaron con la cancelación de las versiones de Atari ST, Commodore 64 y Commodore Amiga; y con un lanzamiento que tuvo que hacerse meses después de la celebración del Mundial, por lo que la fecha no era propicia. Aparte, concretamente Italia 90 tuvo más de una decena de lanzamientos de diversas compañias y para diferentes plataformas (ya fuese con licencia oficial de la FIFA o no), por lo que se llegaba tarde y con un mercado saturado. Finalmente, Mundial de Fútbol salió a finales de 1990 para PC, Amstrad CPC, ZX Spectrum, MSX y Amstrad PCW.

Mundial de Fútbol nos da tres opciones de juego: Práctica, con la aparición de un único equipo para tomar manejo de los controles; Premundial, que nos permite realizar un partido amistoso entre dos selecciones; y Mundial, que respetaba el calendario oficial de Italia 90. Por la carencia de licencias, los jugadores de los distintos equipos no tienen nombre, pero están identificados por su dorsal, cada uno con sus propias características definidas en nueve atributos distintos. Aparte, también se pueden elegir entre tres formaciones tácticas, lo que nos da un resultado bastante completo para la época en lo que a configuración táctica se refiere.

Los partidos, con duración configurable entre 5, 10 y 15 minutos, nos presentan una perspectiva cenital que nos recuerda poderosamente a juegos como Tehkan World Cup o Kick Off. De hecho, los programadores del mismo, Carlos Díaz de Castro y Ángel Zarazaga, declararon que en su momento se jugaba mucho a este último en las oficinas de Opera Soft. Herencia de esto es una experiencia de juego muy vertiginosa, en especial en la versión de PC, y que acercaba la experiencia al terreno arcade. No obstante y a pesar de las dificultades en su desarrollo, nos encontramos con un juego hecho con mimo y dedicación, con muchos elementos que se obviaban en otros títulos coetáneos como las tarjetas, el cansancio, las sustituciones… y una gran variedad de movimientos (cabezazos, entradas, tiros con efecto…) a pesar de contar con un único botón de acción.

A nivel técnico nos encontramos con un título más que correcto, muy destacado en las versiones de 8 bits (en especial en la de CPC) y más normalito en la de PC, que no dejaba de ser una conversión, aunque contaba con la posibilidad de utilizar tarjeta gráfica VGA de 256 y evitar la condena del CGA habitual de los videojuegos para MS-DOS de la Edad de Oro del Soft Español. Por otro lado, detalles como escenas cinemáticas introductorias o la inclusión de los himnos nacionales, dan buena cuenta del trabajo profesional que se hizo a pesar de las dificultades.

Mundial de Fútbol probablemente fue uno de los mejores videojuegos de fútbol hechos en España hasta la fecha y no quedaba en una posición baja en términos de calidad en la orgía de títulos que se lanzaron en 1990. Sin embargo, su lanzamiento tardío fue su condena y ni siquiera la excelente portadada de Alfonso Azpiri pudo evitar un batacazo en ventas al que se le unió a final de año el de Poli Díaz, agravando la situación económica de Opera Soft que, junto a la marcha de varios miembros destacados, abocaba a la empresa a un cierre que llegó en poco tiempo.

En este vídeo podéis ver cómo es el juego:

La Aventura Original (1989)

Hace prácticamente un año, revisábamos en el blog el videojuego que es considerado como el más influyente y el pionero dentro del campo de las aventuras conversacionales: Colossal Cave Adventure. Tal fue su capacidad de inspiración, que no solo abrió el camino para un género con historias de todo tipo, sino que el argumento original se rescataba para reinventarlo en diversas ocasiones. Casi tres lustros después, en España fue lanzado el que es considerado por muchos expertos como el mejor videojuego basado en el título original de William Crowther y Don Woods; y que además sería el primero lanzado en castellano: La Aventura Original.

Estamos a finales de los 80 y Andrés Samudio, un pediatra aficionado a las aventuras, había entregado Cozumel a la gente de Dinamic, aparte de indicar que tenía el guión preparado para La Aventura Original. Con ambos proyectos, los hermanos Ruiz se dieron que se habían dado cuenta del potencial de Samudio y la buena fortuna quiso que coincidiera en el tiempo con la contratación de Tim Gilberts, creador del parser PAWS. Dicho parser era el más avanzado de la época y Dinamic no escatimó en esfuerzo económico para poder utilizarlo. Hasta ese momento, Dinamic había publicado varias aventuras de distintos origenes bajo el subsello de Aventuras Dinamic como La Guerra de las Vajillas o Megacorp; pero buscaban tener un proyecto más estable y eficiente, para lo cual la aparición de Samudio y la posibilidad de usar el PAWS parecía un buen punto de partida.

Se creó el sello Aventuras AD, PAWS fue evolucionado y se creó un parser propio conocido como DAAD (Diseñador de Aventuras AD) y se puso a Samudio al frente con La Aventura Original como primero proyecto. De hecho, en distintas versiones aparecen Aventuras Dinamic y Aventuras AD como sello indistintamente.

Como era habitual en los videojuegos de la época, La Aventura Original está dividida en dos partes, coincidentes con las dos caras de la cinta en las versiones de cassette. Samudio se había basado en el juego original pero había reescrito el argumento. En esta ocasión, tenemos que adentrarnos en La Gran Caverna, donde tenemos que conseguir 14 tesoros y escapar con vida. La primera parte comprende la búsqueda de la caverna y la forma de acceder a la misma; mientras que la segunda es dentro de la misma donde tenemos que encontrar los tesoros y escapar.

De la aventura destaca un complejo mapeado con 100 localizaciones, que no siempre se enlazaban entre ellas de la forma más lógica, habiendo atajos y partes laberínticas que hacía prácticamente esencial dibujar un mapa para no perderse. Además, la clave de la segunda parte variaba dependiendo de los objetos que teníamos en la primera al llegar a la caverna, por lo que el desarrollo de las aventuras en la segunda parte difería ligeramente.

A nivel técnico, más allá de las limitaciones del propio género como la ausencia de sonido, no se escatimó en el esfuerzo. De las 100 localizaciones, 77 tenía gráficos que, en general, eran de una calidad superior a la media de lo que había en el mercado. Por otro lado, la versatilidad del DAAD no solo daba una mejor experiencia de juego, sino que permitió que el juego fuese lanzado para ZX Spectrum, Amstrad CPC, MSX, Commodore 64, Atari ST, Commodore Amiga y PC.

Tras este lanzamiento, Aventuras AD siguió lanzando títulos hasta 1992, manteniendo un buen nivel de calidad pero muy por debajo de los niveles de productividad y beneficios de los esperados. El cierre de Dinamic arrastró consigo a Aventuras AD y oficialmente en 1993 dejó su actividad. Andrés Samudio dejó los videojuegos y volvió a la pediatría, pero no se olvidó de La Aventura Original y en 2012 desarrolló completamente la historia en forma de novela bajo el título de La Aventura Original: La Gran Caverna. En 2022, Hades Software lanzó una versión del juego online basado tanto en el título original como en la novela, con una importante mejora gráfica y sonora, con el título de La Aventura Casi Original y que se puede jugar actualmente.

En estos vídeos podéis ver la guía del juego:

TV Sports: Basketball (1989)

Tras la buena acogida de TV Sports: Football, Cinemaware continuó un año más tarde con la serie TV Sports pasando al deporte que la evolución lógica indicaba, dentro de los grandes eventos deportivos de Estados Unidos: el baloncesto. La filosofía detrás de TV Sports: Basketball era la misma, acompañar a la parte jugable del título con una capa artística que lo acercara a las sensaciones de una retransmisión deportiva. En esta ocasión, el videojuego salió al mercado con versiones para PC, Commodore Amiga y Turbografx, quedando fuera respecto a la anterior entrega la versión de 8 bits para Commodore 64 y, más sorprendentemente, Atari ST de la «liga» de las máquinas de 16 bits.

Nada más arrancar el juego nos encontramos con toda una declaración de intenciones respecto a la tendencia continuista respecto al título anterior, ya que directamente nos lleva a un menu principal totalmente identico al de TV Sports: Football. Vamos a tener tres opciones: Exhibition, League Play y Clipboard; lo que supone una opción menos respecto a la primera entrega al retirar el modo Práctica. Aunque esto en principio no es especialmente grave, si nos va dejando ya de primeras una sensación que nos va acompañar durante toda nuestra experiencia con el juego: TV Sports: Basketball es como TV Sports: Football pero un poquito peor.

El juego nos ofrece 28 equipos divididos en dos conferencias y cuatro divisiones, en un sistema organizativo similar al de la competición real de la NBA aunque con alguna diferencia. TV Sports: Basketball carecía de licencia oficial de la NBA, por lo que no pudo hacer uso de los nombres oficiales de equipos ni de los jugadores. Para solventar esto, los equipos quedaron denominados únicamente por el nombre de la ciudad. Esto provocaba ciertos problemas, ya que en Los Angeles hay dos equipos, Lakers y Clippers, y en el juego solo hay un equipo de Los Angeles y el segundo fue sustituido por San Diego que no tiene equipo NBA. Además, en la temporada 1989/90 la NBA contaba con 27 equipos, por lo que hay uno de más en el juego que, en vez de ser denominado con otra ciudad se le llamó como la empresa desarrolladora: Cinemaware.

Con dichos equipos, podemos realizar tanto un partido de exhibición como un campeonato de liga donde los dos mejores equipos de cada división se clasifican para los playoffs que serán en rondas al mejor de tres a excepción de las finales, que serán al mejor de 5. La principal característica a destacar en este modo League Play es la posibilidad de incluir hasta 28 jugadores, cada uno controlando un equipo. Evidentemente, esto hace que la partida pueda alargarse de forma infinita, así que tenemos opciones de guardado en cualquier momento tras un partido. Por otro lado, todos los datos estadísticos tanto de equipos como de jugadores es consultable en todo momento a través de la opción Clipboard.

Pero la verdadera experiencia que nos recuerda a una retransmisión televisiva es cuando vamos a participar en uno de los encuentros. En ese momento empiezan una serie de escenas cinemáticas que hicieron las delicias de los poseedores de ordenadores personales de la época, al igual que ya pasara en la primera entrega. En la pantalla aparece una cabecera de programa de retransmisión deportiva, incluyendo los créditos del propio desarrollo del juego y que incluso tienen cortes publicitarios de marcas inventadas. Todo ello para dar paso al presentador que nos indica diversos datos estadísticos sobre los equipos en contienda y que se parece, casualidad o no, al periodista de la NBA David Aldridge que por aquellos tiempos realizaba sus primeros pinitos en el periodismo deportivo. Otro parecido razonable sospechoso lo encontramos en la aportada con el no reconocido retrato de Michael Jordan.

Por desgracia, la parte jugable no acompaña de la misma manera y es otro de los aspectos que estaba mejor resuelto en TV Sports: Football. El primer punto negativo lo encontramos en la perspectiva elegida, ya que nos encontramos con un videojuego de baloncesto que opta por tener una visión vertical. Esta perspectiva es válida para prácticamente cualquier deporte, pero en el baloncesto nos encontramos con el problema de la canasta, que en la parte inferior parte de la cancha es tapada por su soporte. En vez de hacerla invisible como ocurre en los videojuegos actuales o hacer uso de otra perspectiva, se optó porque la canasta estuviese siempre en la parte superior y que, al pasar por la línea de medio campo, se pase a una perspectiva horizontal que no es jugable y que solo sirve de transición. Esto provoca que sea muy confuso, ya que para bajar a la defensa empezaremos a movernos hacia abajo, pasaremos a la parte no interactiva y luego abría que cambiar el movimiento hacia arriba.

Esta confusión es aumentada en TV Sports: Basketball con los controles al incluir únicamente un botón de acción. En el juego de fútbol americano podría ser suficiente, pero en este caso el hecho de que tanto el pase como el tiro se realice con el mismo botón, e igualmente en el caso de la defensa con el robo y el salto. El que el jugador realice una acción u otra va a depender de distintos factores que estén ocurriendo en el juego en ese momento y hace que se pierda bastante control sobre lo que está pasando sobre la pista. Por último, la parte táctica está mucho más limitada que en TV Sports: Football (donde teníamos un extenso libro de jugadas), ya que apenas nos limitaremos a hacer cambios de jugadores.

Desde el punto de vista gráfico, aunque objetivamente son mejores que en TV Sports: Football, en la práctica son menos efectivos. Debido a las dimensiones de la cancha, el plano en un juego de baloncesto es mucho más cercano y, por tanto, se tiene un mayor detalle de la morfología de los jugadores. Sin embargo, la única diferencia entre unos jugadores y otros se encuentra en la altura, pero no tenemos rasgos característicos diferenciados como puede ser el color de pelo o de la piel. De esta manera tenemos un equipo formado por clones que prácticamente solo podemos diferenciar unos de otros por su dorsal.

En definitiva, nos encontramos con un juego que visto de forma independiente está correcto pero que se podía esperar una mejora gracias a la experiencia del título anterior. Si era el primer título con el que te acercabas a la saga no había ningún problema, pero si habías jugado al anterior había cierta sensación agridulce. No obstante, esto no fue impedimento para que en 1991 hubiese un triple lanzamiento con TV Sports: Hockey, TV Sports: Baseball y TV Sports: Boxing.

En este vídeo podéis ver cómo es el juego: