Livingstone Supongo (1986)

Y ha llegado el momento de analizar uno de los grandes clásicos de la Edad de Oro del Software Español. En este caso se trata de Livingstone Supongo, una de las grandes joyas de Opera Soft. La calidad y originalidad de su videojuegos era la seña de identidad de la compañía, y Livingstone Supongo no es una excepción. Todo lo contrario, tenía muchos detalles que le daban originalidad a este juego y que terminarían siendo la clave del tremendo éxito del producto. En una época donde las desarrolladoras de videojuegos españolas se dedicaban, en muchos casos, en hacer títulos basados en éxitos anglosajones, nos encontramos con un título realmente original y uno de los más destacados de la compañía.

En el juego interpretamos el papel de sir H. Morton Stanley. Este personaje existió realmente, se trataba de un periodista del New York Herald al que se le encargó la misión de encontrar y entrevistar al misionero escocés David Livingstone, del que se le había perdido la pista en África oriental. Lo consiguió encontrar en 1874 diciéndole la famosa frase de «El doctor Livingstone, ¿supongo?. Pues bién, nuestra misión en el juego consiste en emular a Stanley.

Para encontrar al doctor tenemos que pasar por todo tipo de variopintos escenarios: junglas, minas, rios, templos… Para ayudarnos en nuestra misión disponemos de cuatro objetos distintos: Un boomerang, que nos permite atacar a los enemigos con tiros con efecto; un cuchillo, para realizar lanzamientos directos; granadas, ideales para ataques desde lo alto; y una pértiga, para conseguir llegar a lugares de dificil acceso. En nuestro recorrido encontraremos multitud de trampas como arenas movedizas y enemigos como cocodrilos, monos lanzadores de cocos, nativos, plantas carnívoras, etc… Por si fuera poco nos tenmos que ocupar de tener siempre víveres y agua para realizar nuestra aventura.

El juego está dividido en dos partes. En la primera hay que acceder al templo, para lo que primero se tendrán que recolectar 5 gemas para que la diosa nos deje pasar. La segunda parte es más lineal, limitándonos a encontrar a Livingstone. El juego era bastante largo y dificil, siendo necesario combinar sabiamente las distintas armas para llegar al final, y aún así requerirá grandes dosis de habilidad y suerte encontrar al doctor. Esta dificultad era una tónica habitual en los juegos de Opera Soft, lo que le hizo ganarse muchos enemigos entre algunos consumidores, que buscaban juegos de un corte relativamente más sencillo como los de Dinamic.

Su calidad y su gran originalidad (sobre todo en el uso de las armas, en especial el boomerang) hizo que el juego fuera un éxito no solo en España, llegando a cotas más que importantes en la dura lista de ventas inglesa. Se hicieron conversiones para todos los ordenadores de 8 bits de la época, así como para Atari ST y PC. El éxito fue tal que en 1989 se lanzó la segunda parte, con una calidad gráfica superior y con mayor número de puzzles, pero preservando el espíritu original.

En este video podeis ver el videojuego en su versión para PC:

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