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Radikal Bikers (1998)

Según iba entrando la década de los 90, las compañías españolas iban entrando poco a poco en crisis e iban cayendo una a una, debido a sus problemas económicas y de adaptación a las nuevas tecnologías. De hecho, la década prácticamente solo la completaron Dinamic Multimedia y la creadora del juego motivo del análisis de hoy, Gaelco, formada por antiguos miembros de Zigurat y que se haría con un hueco importante dentro del mundo de las máquinas recreativas con títulos como World Rally Championship o Thunder Hoop.

Según fue llegando el final de la década, uno de sus mayores éxitos sería Radikal Bikers, desarrollado en 1998 y que tendría hasta distribución internacional a través de Atari, e incluso una versión para PlayStation (con mucha peor fortuna) desarrollada por Bit Managers y distribuida por Infogrames.

El planteamiento de Radikal Bikers es muy simple, somos un repartidor de pizza que tenemos que llevar nuestro pedido al destino antes que el repartidor de la pizzería rival, por lo que tendremos que hacer uso de una conducción con nuestra motocicleta algo más que temeraria. El juego se divide en el reparto de tres pizzas: Margarita (fácil), Caprichosa (medium) y Diabola (difícil). Ambos motoristas saldrán a la vez y consiguiendo llegar el primero, podremos escoger otro reparto.

Aparte de vencer finalmente al repartidor rival, tendremos que ir pasando una serie de checkpoints dentro de un tiempo establecido. La dificultad se basa principalmente en el caótico tráfico que domina la ciudad, por lo que tendremos que esquivarlo ya sea usando nuestra habilidad al manillar, usando trampolines o incluso atajando por callejones o edificios. Para nuestra ayuda, contaremos con una serie de items que podremos ir recogiendo en el camino: Turbo, Power Kick (que nos permitirá destruir vehículos a patadas durante un cierto periodo de tiempo), Extra Time y Extra Points.

La máquina era la típica «de pie», pero con un manillar incorporado para el control que se adaptaba perfectamente al juego y tenía una gran respuesta. Lo más destacable del juego a nivel técnico son los gráficos, realizados con mucho sentido del humor y con un gran rendimiento, a pesar de la increible cantidad de elementos en la pantalla que aparecen a gran velocidad. Por otro lado, el juego cuenta con una banda sonora muy simpática con un tema titulado Pizza Man y unos efectos sonoros también realizados con mucho humor.

En este vídeo podéis ver cómo es el juego:

Nolan Bushnell, creador del mercado del videojuego

El personaje destacado de hoy es muy especial, ya que se trata del hombre que consiguió el primer éxito comercial de un videojuego con Pong: Nolan Bushnell. Este oriundo de Clearfield, Utah, nacería el 5 de Febrero de 1943 y, ya desde joven tendría altos intereses en el mundo de la electrónica. En 1968 conseguiría su título de Ingeniería Eléctrica por la Universidad de Utah y durante todo su periplo universitario demostraría su interés en el emergente campo de la informática. Basándose en las copias de Spacewar que había en los mainframes de su Universidad, en 1971 junto a su compañero Ted Badney diseñaría un clon de dicho juego al que titularon Computer Space. Conseguirían la distribución por parte de Nutting Associates de máquinas recreativas con dicho programa, pero el experimento resultó todo un fracaso comercial. Sin embargo, se ha convertido en un videojuego de culto, ya que establecería las bases de lo que sería un juego arcade, incluyendo el diseño de la máquina, y podemos considerarlo como el primer título comercial de la historia.

A pesar del fracaso de este primer intento, Bushnell estaba convencido de las posibilidades potenciales del ocio electrónico, por lo que se dedicaría a intentar idear un juego que pudiera ser atrayente para el público. La bombilla se le encendió durante su visita en 1972 a la Feria de Informática de Burlingame, California, donde pudo ver por primera vez una Magnavox Odissey y el videojuego de ping-pong diseñado por Ralph H. Baer. Bushnell se dio cuenta rápidamente que el concepto del juego era muy atractivo pero que era mejorable y se puso manos a la obra, creando Pong para Atari, compañía que fundaría.

Evidentemente, esto le costó a Nolan Bushnell una demanda por parte de Magnavox, pero el proceso iniciado no tendría forma de pararse. Baer era el origen del juego, pero Bushnell conseguiría mostrárselo al mundo con una estrategia de márketing y distribución mejor ideada que la de Magnavox, convirtiendo al ocio electrónico en algo cada vez más popular. Esto haría saltar la conocida como «Locura de Pong», con una infinidad de clones de diversas compañías que impidió que ninguna monipolizara el sector arcade. Eso provocó que Bushnell se centrara en el mercado doméstico donde Atari empezó a conseguir un buen ritmo de ventas en 1975 y despegando definitivamente en 1977 con la salida de la Atari 2600. Sin embargo, no todo serían buenas noticias para Nolan Bushnell, ya que la compra de Atari por parte de Warner Communications en 1976 chocaría con sus intereses y terminaría siendo forzado a abandonar la compañía en 1978.

Tras su periplo en Atari se centró en los Pizza Time, unos curiosos locales creados por Atari donde se vendían pizzas y se podían jugar a los videojuegos. Bushnell se haría con el control de la franquicia al comprar la licencia a Warner Communications en 1977, cuando aún estaba en Atari. Durante esa época diseñó diversos robots que tocaban música en los locales, creando a la mascota Chuck E. Cheese, que fue un homenaje de Bushnell a Disney (donde siempre quiso trabajar), cambiando el nombre de la cadena a Pizza Time Theatres (actualmente se llaman Chuck E. Cheese’s Pizza Time Theaters). También colaboraría con sus diseños de robots con la empresa Androbot Inc.

Su vuelta a los videojuegos llegaría en 1984 cuando funda Sente Games, consiguiendo la distribución de sus títulos por parte de Midway Games, de los cuales destaca el juego de hockey conocido como Hat Trick y diversas versiones de Trivial Pursuit. En 1987 Sente Games cerraría sus puertas, pero no la actividad de Bushnell, que ha llegado a crear en toda su carrera una veintena de empresas. En 1991 participó activamente en la promoción del Commodore CDTV, un dispositivo doméstico que incluía CD-Rom. A mediados de los 90 entraría a participar como consultor en Play Net, empresa dedicada al desarrollo de máquinas arcade táctiles y que cerraría en 1997, poco antes de la crisis de las punto com., Bushnell volvería años más tarde a este mercado con la empresa uWink. Actualmente colabora con Anti-Aging Games, LLC creando videojuegos orientados a personas de más de 35 años, con títulos de habilidad y concentración.

En este vídeo podéis ver una reciente entrevista a Nolan Bushnell:

Doom II: Hell on Earth (1994)

El meteórico éxito de Doom provocaría que tan solo diez meses después una secuela saliera a la venta. Se trataba de Doom II: Hell on Earth, título que saldría para PC el 10 de Octubre de 1994. De nuevo, sería iD Software la desarrolladora capitaneada por John Carmack y John Romero, la que diera vida a este FPS. La distribución del título variaría dependiendo de la plataforma en la que se lanzara, siendo todo un abanico de compañías las encargadas de esta tarea: GT Interactive, Virgin Interactive, Activision, y Tapwave. Bethesda Softworks se ha encargado de la versión más reciente para XBox Live Arcade.

La historia continúa los hechos con los que finalizaba la primera entrega, volviendo a tomar el rol de un marine espacial, que es teletransportado de nuevo y, en esta ocasión, aparece en la Tierra. Una vez allí se da cuenta que el planeta se encuentra bajo el yugo de una invasión infernal. De esta manera, nuestro protagonista tendrá que volver a enfrentarse a las hordas infernales a lo largo de los 32 niveles que componen el juego (dos de esos niveles son secretos y un homenaje a Wolfenstein 3D, con unos escenarios basados en dicho videojuego).

Como podéis comprobar, la historia no es de una excesiva profundidad y es que Doom II se basa en las mismas premisas que la primera entrega, una acción directa. Eso no quiere decir que el juego sea estrictamente lineal, ya que en la mayoría de los niveles tendremos que ir realizando diferentes operaciones antes de terminarlo, como puede ser encontrar diversas llaves para poder tener acceso a la salida. El sistema de control no tuvo cambios relevantes (algo razonable teniendo en cuenta la poca diferencia temporal entre ambos desarrollos), de tal manera que la principal novedad fue la inclusión de un catálogo de enemigos el doble de extenso que en la primera entrega, así como la inclusión de la escopeta de doble cañón como nuevo arma.

A nivel gráfico nos encontramos con un motor idéntico al de la primera parte, donde se pueden destacar las animaciones realizadas para los nuevos enemigos, así como los diseños para los nuevos niveles. De esta manera, a nivel técnico las principales mejoras se encuentran en el modo multijugador, donde destaca la inclusión de la conexión por LAN.

La primera expansión llegaría en Diciembre de 1995 con Master Levels of Doom II, que incluía 21 nuevos niveles. Ese mismo año también aparecería D! Zone, una colección con cientos de niveles para los dos juegos de la saga, pero de una calidad más que dudosa. En 1996 se publicaría Final Doom con dos nuevos episodios de 32 niveles cada uno. La última expansión vendría para la reciente versión de XBox Live Arcade bajo el título de No Rest for the Living.

En este vídeo podéis ver cómo es el juego:

A Toda Máquina XXI: Atari ST

Aunque su principal actividad estaba centrada en el mundo de las videoconsolas y los videojuegos, Atari tenía una división dedicada al desarrollo de ordenadores personales, lanzando sucesivamente una serie de computadores con escaso éxito (Atari 400, Atari 800, Atari 1200XL, Atari 65XE y Atari 130XE). A pesar de sus resultados discretos, Jay Miner (uno de los diseñadores del hardware de la Atari 2600 y Atari 8-bit) insistió en la necesidad de hacer una inversión importante en esta parte del mercado y crear un nuevo chipset. La idea sería rechazada y Miner dejaría la compañía para desarrollar su proyecto en la futura Amiga Corp., que sería la semilla del futuro Commodore Amiga, ya que Amiga Corp. sería comprada por Jack Tramiel (fundador de Commodore). Sin embargo, Tramiel dejaría Commodore, fundaría Tramel Technologies y compraría la Consumers Division de Atari. De toda esta carambola daría como resultado que en la Feria de Electrónica de Consumo de 1985, el Atari ST fuese presentado, siendo el principal competidor tanto del propio Commodore Amiga, como de los Apple Macintosh.

El nombre de la máquina deriva de las características de ésta, ya que ST es la abreviación de Sixteen/Thirty-two (procesador Motorola 68000 y buses externos de 16 bits). El resto de características de Atari ST eran muy novedosas, ya que buscaban el potencial multimedia de los Macintosh pero a un precio mucho más reducido. Atari ST contaba con dos puertos MIDI, puerto ACSI (para disqueteras externas e impresoras láser), puerto de impresora Cetronics, puerto serie, puerto de monitor de trece pines, puerto de disquetera y puerto de cartuchos. Durante la década de los 80 se fabricarían modelos de 16 bits, dando el salto a los 32 bits en la década de los 90, hasta la cancelación de la producción en 1993, cuando Atari se quiso centrar en el desarrollo de Atari Jaguar.

El sistema operativo de la máquina fue inicialmente negociado con Microsoft para que fuera Windows, pero el lanzamiento del producto de Bill Gates estaba previsto para una fecha demasiado tardía para los intereses de Tramiel. Por esto, y rechazando la posibilidad de crear un nuevo sistema operativo desde cero, se optó por la opción del Graphical Enviroment Manager (GEM) de Digital Research, una interfaz gráfica de usuario que operaba sobre el sistema operativo CP/M (aunque versiones posteriores funcionarían también sobre DOS). GEM era un sistema de ventanas de un aspecto similar al que tenían los Macintosh de la época.

Dentro del mundo de los videojuegos, Atari ST tuvo una cierta popularidad gracias a sus excelentes características de hardware, por lo que el catálogo de videojuegos de la máquina destacó por su gran calidad gráfica y sonora. Además, la gran cantidad de puertos con la que contaba, facilitaba el uso de joysticks y otro tipo de periféricos. En cuanto a calidad técnica, se ha puesto a la altura del Amiga, sin embargo, no llegaría a tener la popularidad de la máquina de Commodore.

En este vídeo podéis ver cómo es el Atari ST:

Haunted House (1981)

En varias ocasiones hemos hablado en el blog de juegos que se enmarcan dentro del subgénero del «survival horror» como Silent Hill, Alone in the Dark, Dino Crisis o Resident Evil. En el caso del juego que vamos a analizar, Haunted House (no confundir con la aventura conversacional homónima para TRS-80 publicada en 1980), no podemos hablar de un «survival horror» tal y como lo conocemos hoy en día, pero sería uno de los primeros títulos que empezarían a acercarse a este tipo de argumentos. El título estaría desarrollado por James Andreasen para Atari, que distribuiría Haunted House en exclusiva para la consola estrella en aquel momento: Atari 2600.

En esta misteriosa casa encantada se encuentran tres piezas de una urna mágica que tendremos que encontrar antes de que perdamos todas nuestras vidas. De esta manera, la mansión estará compuesta por tres plantas, en cada una de las cuales habrá una pieza distinta de la urna.

El juego nos presenta una especie de vista cenital en la que solo podremos ver los ojos del protagonista brillar en la oscuridad. Cada una de las plantas de la mansión esta repleta de habitaciones diferentes que tendremos que recorrer en busca de las piezas, pero teniendo cuidado con las diferentes criaturas que la habitan. El problema radica en que en la completa oscuridad no somos capaces de ver lo que hay en las distintas habitaciones. Así, tendremos la ayuda de una caja de cerillas infinita que nos iluminará momentáneamente un área alrededor nuestra, aunque no faltarán las ráfagas de viento provocadas por las criaturas que terminarán apagándola.

Pero las cerillas no serán los únicos objetos que utilizaremos, ya que contaremos también con las llaves y el cetro. Con las llaves podremos ir abriendo las diferentes puertas que nos vayan cerrando el paso y con el cetro seremos inmunes a las criaturas que nos acechan. Por desgracia, nuestro protagonista no puede llevar los dos objetos a la vez y tendrá que soltar uno para poder coger el otro, por lo que se añade un componente estratégico a la hora de afrontar cada nivel. Dicha restricción también incluye a las distintas piezas de la urna, por lo que si cogemos una, no podremos llevar ninguno de los otros dos objetos.

A nivel técnico tenemos las limitaciones propias de la consola de Atari, con unos gráficos muy funcionales (eso sí, con un scroll muy suave) pero que son suplidos por la originalidad del planteamiento (algo de lo que escaseaba bastante el catálogo de la consola). Igualmente, el sonido es muy básico, incluyendo tan solo los efectos del personaje caminando y algún que otro sonido más.

El título permaneció en exclusiva para Atari 2600 durante muchos años pero fue rescatado recientemente para la aplicación Game Room de XBox Live, que permite crear salones recreativos virtuales con videojuegos clásicos. También se espera por parte de Atari para finales de 2010, el lanzamiento de una versión actualizada para PC, Wii y XBox Live Arcade.

En este vídeo podéis ver cómo es el juego:

Primal Rage (1994)

A mediados de la década de los 90, era difícil darle un toque de originalidad a un videojuego de lucha, debido a la gran cantidad de títulos diversos que aparecerían a partir de Street Fighter II. Sin embargo, desde Atari Games apostaron por un planteamiento diferente, sustituyendo los típicos luchadores por criaturas similares a los dinosaurios (y de paso aprovechar el tirón que por aquella época tenía Parque Jurásico). Del desarrollo de la versión original para máquinas recreativas se ocuparía la propia Atari, mientras que sería Probe la encargada de las versiones domésticas (PlayStation, 3DO Interactive Multiplayer, Sega 32X, Atari Jaguar CD, Sega Saturn, Commodore Amiga, SEGA Mega Drive, Super Nintendo, SEGA Game Gear, Game Boy y PC).

Un meteorito ha caido en la Tierra devastándolo todo y llevando a la civilización a un retraso tal, que los seres humanos que quedan vuelven a reunirse en tribus, con un nivel de avance tecnológico similar a la Edad de Piedra. El impacto también ha provocado cambios en la morfología y características del planeta, por lo que nuevas especies emergen y evolucionan. Dichas especies tienen características sobrenaturales, hasta ser considerados dioses de un diferente aspecto de la naturaleza. Dichos dioses, lucharan por la supremacía en la Tierra.

El planteamiento del videojuego es el clásico de un título de lucha bidimensional, pero con los peculiares protagonistas que hemos comentado. Dichas criaturas se dividen en dos tipos, por un lado nos encontramos con las bestias virtuosas (Sauron, Armandon, Blizzard y Talon), que son dioses de los aspectos de la bondad. Las de la maldad serían las bestias destructivas (Chaos, Diablo y Vertigo).

Aparte de las características de juego para dos jugadores confrontados, Primal Rage cuenta con un modo campaña para un jugador en el que nos vamos enfrentando a cada uno de las demás bestias, con un nivel de dificultad con crecimiento paulatino. Quizá por la escasez de personajes, se implementaría una fase final en la que nos enfrentaremos a todos. Para ello tendremos una barra de vida más grande de lo normal que definiremos con un minijuego antes de la batalla final.

Como es tradicional en los títulos de lucha, cada uno de los personajes tienen sus propias características de lucha. La forma de ejecutar los golpes difiere de otros títulos similares, ya que no se basan en el movimiento del joystick y luego pulsar un botón sino, de forma inversa, pulsar los botones pertinentes y entonces realizar el movimiento. En posteriores revisiones de la máquina se volvería al método tradicional. En el escenario podremos ver varias tribus de seres humanos adorando a su Dios, que podrán ser devorados para recuperar energía.

A nivel técnico destacan la calidad de sus gráficos de corte realista. Las distintas bestias tienen un modelado muy detallado y cuentan con un «efecto 3D» bastante efectivo y que encaja perfectamente con los escenarios. Las animaciones de las bestias son bastante suaves, lo que ayuda también a una experiencia realista, combinado con unos escenarios muy dinámicos. A nivel sonoro también nos encontramos un trabajo correcto, sobre todo en lo que se refiere a los efectos en la lucha.

Atari puso bastante empeño en la promoción de Primal Rage e incluso se lanzó una línea de figuras de acción. De cualquier forma, lo cierto es que la máquina funcionó bastante bien y se proyecto para 1996 una secuela bajo el nombre de Primal Rage II. Sin embargo, dicho videojuego nunca vería la luz. El juego tendría personajes con apariencia humana que serían llamados The Avatars (por razones muy similares a las de la película de James Cameron). Aunque el juego no sería lanzado, si existiría un libro (Primal Rage: The Avatars) basado en el argumento y escrito por John Vornholt.

En este vídeo podéis ver cómo es el juego:

Galería de los horrores II: E.T. the Extra-Terrestrial

Hoy vamos a revisar un videojuego que tuvo buena parte de culpa de la crisis del videojuego de 1983 y que sería una valiosa lección para las distribuidoras, enseñando que una buena franquicia no es para nada sinónimo de un buen videojuego y, sobre todo, sinónimo de éxito e ingresos.

Nos situamos en 1982, cuando el fenómeno de la película E.T: El extraterrestre se encuentra en plena ebullición y eso no pasó desapercibido para los directivos de Atari. Steve Ross, CEO de la Warner Communications (compañía de la que era subsidaria Atari) por aquellos días, se puso en contacto con Universal Pictures y el propio Steven Spielberg para hacerse con los derechos a nivel mundial de la explotación de la película en un videojuego. A finales de Julio de 1982, Warner anunciaba que se había hecho con los derechos y, aunque nunca se llegó a saber de manera oficial, se calcula que el acuerdo tenía que rondar la mareante cifra de 20 millones de dólares.

Como habréis observado, la historia hasta aquí solo trata de derechos y dinero, siendo a la larga el principal problema, ya que se negociaba sobre un videojuego, pero nadie estaba pensando en el videojuego en sí. De hecho, cuando Ross comunicó a Atari la necesidad de desarrollarlo, el responsable de la subsidaria, Ray Kassar, describió el asunto como una idea estúpida. Pero el mal (y el pago) ya estaba hecho, por lo que se continuó con el proyecto.

A petición del propio Spielberg, contento con la adaptación de Raiders of the Lost Ark, el desarrollo de E.T. The Extra-Terrestrial sería encargado a Howard Scott Warshaw. Pero tras las duras negociaciones, Warner no estaba dispuesta a esperar mucho para el lanzamiento del título (su intención era llegar a la campaña de Navidad), poniendo el 1 de Septiembre de 1982 como fecha límite de entrega del producto. Eso implicaba que sólo quedaban cinco semanas para realizar un encargo que, en circustancias normales, hubiese llevado un mínimo de seis meses de trabajo. Aún así, tuvieron que darle una buena oferta a Warshaw ya que aceptó el trabajo y se puso manos a la obra.

Warshaw tenía la idea original de crear un videojuego que siguiera de alguna manera el argumento de la película, pero en vista de la cercanía de la entrega, poco a poco iría desechando muchas de sus ideas simplificando cada vez más el título. El juego fue entregado en la fecha fijada y las prisas de Atari, hizo que ni siquiera realizara las pruebas de aceptación entre el público, que se suelen hacer a este tipo de productos previo al lanzamiento. A pesar de ello, Atari tuvo un optimismo desaforado y encargaría cuatro millones de copias. De éstas, tan solo se vendieron un millón y medio, lo que provocó que, a pesar de ser el octavo juego de mayor venta de la historia de la compañía, acumulara unas pérdidas de 536 millones de dólares en 1983, lo que derivaría en la división de Atari en 1984. A partir de ahí se inició una de las leyendas urbanas más conocidas de los videojuegos, cuando se afirma que los cartuchos sobrantes fueron enterrados en un vertedero de Nuevo Mexico, cerca de El Paso, y que serían cubiertos por una capa de hormigón.

¿Y el juego en sí? Pues lo que se puede esperar de un juego realizado en cinco semanas, una chapuza injugable. La idea original de su autor, se quedo limitada a la búsqueda de tres piezas que componen un teléfono intergaláctico. Se cuenta con una barra de energía que se reduce con el paso del tiempo, pero que se recupera si comemos cacahuetes. Cuando el nivel se recupera lo suficiente, E.T. puede llamar a Elliot y pedirle una nueva pieza del teléfono. Cuando el teléfono está completo, tendremos que ir a la «zona de llamada», contactar con la nave y montarnos en ella. El título resulta bastante injugable y, por qué no decirlo, cutre. Los distintos escenarios pecan de excesivamente simples, con poca variedad de colores y diseños irreconocibles. Y sobre todo, lo más importante, es tremendamente aburrido, lo que hace que suela ser calificado como uno de los peores videojuegos de la historia.

En este vídeo podéis ver cómo es el juego:

Pac-Mania (1987)

Decir que Pac-Man es todo un icono de los videojuegos es una obviedad, sin embargo, intentar relanzar la franquicia ocho años después de su aparición inicial requería una renovación profunda del título, y eso es lo que se intentó con Pac-Mania. La propia Namco sería la encargada de su desarrollo, si bien la distribución en Estados Unidos y Europa sería llevada a cabo por Atari Games. Pac-Mania no es más que una reinterpretación del clásico pseudotridimensional (más bien, con perspectiva isométrica), manteniendo los pilares esenciales de su jugabilidad. El título aparecería originalmente para máquinas recreativas aunque no tardarían en aparecer versiones para Amiga, Atari ST, Commodore 64, SEGA Mega Drive, Nintendo Entertainment System, SEGA Master System, Sharp X68000, ZX Spectrum, MSX y Acorn Archimedes.

El objetivo principal es el mismo, el personaje protagonista tendra que recorrer los laberínticos escenarios comiéndose todas las bolas de cada nivel. En nuestra contra tendremos una serie de fantasmas que procurarán alcanzarnos para que no podamos conseguir nuestro objetivos, si bien podremos comerlos durante un corto periodo de tiempo al comer una bola especial.

Sin embargo, Pac-Mania contiene una serie de diferencias respecto al original. La más destacada de todas es su perspectiva isométrica, que no se queda en un simple cambio de vista, ya que permite la implementación del salto de nuestro personaje, que podrá ser usado para evitar a los fantasmas. A los cuatro fantasmas originales (Blinky, Pinky, Inky y Clyde), se unen uno púrpura (Sue), otro verde (Funky) y uno gris (Spunky), el más peligroso ya que saltará a la vez que Pac-Man, lo que hará imposible saltarlo.

A nivel visual existen más mejoras aparte del cambio de perspectiva. Nos encontramos con cuatro niveles distintos (Block Town, Pac-Man Park, Sandbox Land y Jungle Steps), con diferentes motivos en los escenarios, más un quinto nivel oculto, Coin Town, que se desbloquea si terminamos Block Town sin utilizar ninguna bola especial.

De esta versión en concreto no existe una secuela clara (de hecho, posteriormente solamente encontramos la rareza de Pac-Man VR en 1996), pero si que inspiró variaciones para los múltiples clones de la saga, siendo un buen ejemplo Mad Mix Game 2: En el castillo de los fantasmas de Topo Soft.

En este vídeo podéis ver como es el juego:

The Adventures of Major Havoc (1983)

De nuevo toca revisar uno de los títulos que desarrollaría Atari a principios de los 89 con la técnica de gráficos vectoriales para la simulación tridimensional y que ya pudimos comprobar en títulos como Star Wars o Battlezone. En esta ocasión se trata de The Adventures of Major Havoc, un videojuego de acción diseñado por Owen Rubin en 1983. Se trata de un título que pretendía explotar las posibilidades de la actualización que Atari estaba introduciendo en las máquinas basadas en gráficos vectoriales, lo que hizo que el título viniese acompañado por un kit de conversión para las nuevas necesidades.

El argumento nos indica como el Imperio Vaxxiano domina la galaxia desde hace tiempo. Muchos seres humanos han sido abducidos y llevados a su planeta, y solo unos pocos científicos consiguen escapar. Tiempo después, la civilización Vaxxiana desaparece, pero sus estaciones siguen vigiladas por robots que tienen programadas las ordenes de defensa originales de cuando fueron creados. Para conseguir el control de dichas estaciones, los científicos humanos crean un clon humano conocido como Major Havoc, el cual, a bordo de su Catastrofighter tendrá que liderar un ejercito de clones.

The Adventures of Major Havoc cuenta con distintos niveles en los que el sistema de control difiere. Antes que nada, tendremos un minijuego similar a Breakout que definirá los distintos bonus (e incluso «wrap zones») que tendrá nuestra nave. En el primer nivel, a modo de «shoot’em up», manejaremos el Catastrofighter por el espacio de camino hacia la estación, teniendo que ir destruyendo las naves enemigas que nos vayan apareciendo. En el siguiente nivel, convertido el juego en un plataformas, el Catastrofighter llega a la primera estación controlada por los robots y el Major Havoc tendrá que recorrerla para encontrar el núcleo del reactor de la misma y sabotearlo, saltando los distintos obstáculos que se encuentre en el camino, ayudándose un poco por la disminución de fuerza de gravedad. Posteriormente, este ciclo de «viaje con la nave / incursión en la estación» se repetirá aumentando la dificultad paulatinamente.

En el juego vemos una mejora importante en la calidad de los gráficos vectoriales, sobre todo en la fluidez con la que estos se mueven en comparación con los primeros títulos que usaban esta técnica. De esta manera, los niveles de manejo de la nave son espectaculares, con una naves enemigas que se mueven a una velocidad verteginosa. Sin embargo, esta característica queda desaprovechada en las fases de plataformas, ya que se desarrollan en 2D y se perdía la ventaja que daban los gráficos vectoriales, quedando superados por títulos que usasen la típica técnica de «sprites».

En este vídeo podéis ver cómo es el juego:

Road Blasters (1987)

Road Blasters es un videojuego que se enmarca dentro del subgénero conocido como «Racing shoot’em up» que aúna las carreras de coches con la acción de disparar a enemigos. Road Blasters sería desarrollado y publicado por Atari en 1987 para máquinas recreativas. Su buena acogida provocaría el lanzamiento de versiones para Amiga, Amstrad CPC, Atari ST, Commodore 64, Mega Drive, Atari Lynx, NES y ZX Spectrum, publicadas por US Gold. En el momento de lanzamiento se utilizó una técnica curiosa para promocionarlo, ya que si se conseguía terminar el juego, se podía enviar la puntuación a Atari, para conseguir de premio una camiseta.

El videojuego carece de un argumento en sí, más allá de notarse que se ambienta en un tiempo futuro. El objetivo del juego es terminar los 50 niveles de los que consta el juego sin que nuestro vehículo se quede sin combustible. Hay que señalar que el combustible es el único factor que determina la duración del juego, teniendo coches «infinitos» mientras no se termine (si bien la colisión del vehículo provoca una disminución sensible del contenido del tanque de combustible).

La cantidad de combustible aumentará según vayamos pasando por checkpoints o si recogemos power ups al efecto (verdes que encontraremos en el asfalto y rojos que nos aparecerán de vez en cuando al destruir enemigos). Aparte de las particularidades de las vías por donde circulemos, tendremos que tener buen cuidado de los otros vehículos que circulan por la carretera. Para ello tendremos a nuestra disposición de una metralleta (y armas más potentes que podemos conseguir por el camino) que podremos usar para destruirlos y hacer diversas combinaciones de puntuación que, al finalizar cada nivel, se canjeará por combustible extra.

A nivel técnico nos encontramos con un trabajo correcto. Gráficamente tenemos unos modelados y escenarios algo simples para potenciar el dinamismo del juego, lo cual se agradece ya que nos encontramos ante un juego de velocidad trepidante. La banda sonora no destaca especialmente, si bien su ritmo rápido colabora en la sensación de dinamismo del conjunto. Para el control se utilizaron cabinas con volante y pedales, tanto en el formato tradicional vertical como en máquinas de asiento simulando el vehículo.

En este vídeo podéis ver como es el juego: