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Dan Dare: Pilot of the Future (1986)

Aunque no tanto para el público general, Dan Dare es uno de los más conocidos cómics británicos de ciencia-ficción. Esta obra de Frank Hampson, tuvo su primera entrega el 14 de abril de 1950 y tuvo como título Dan Dare: Pilot of the Future, homónimo a los videojuegos que hoy nos ocupan. Dichos cómics, considerados una versiónbritánica de Buck Rogers, se caracterizaban por sus complejas historias, ambientadas en la década de los 90, aunque con una estética propia de las películas bélicas de los 50. Rápidamente su éxito fue extendiéndose por toda Europa, llegando a tener incluso dramatizaciones radiofónicas.

Su desembarco en el mundo de los videojuegos llegó en un momento donde la popularidad de su personaje estaba mucho más baja, en 1986, cuando Gang of Five desarrollo tres juegos diferentes para Commodore 64, ZX Spectrum y Amstrad CPC. El primero de ellos contó con distribución de Electronic Arts, mientras que los otros dos fueron distribuidos por Virgin Games.

The Mekon, el archienemigo de Dan Dare, quiere que la Tierra se rinda a sus pies, para lo que no duda en amenazar con un asteroide que destruiría el planeta. Dan en su nave, Anastasia, tendrá que viajar al asteroide y poner a salvo la Tierra.

El sistema de juego varía dependiendo de la plataforma. En el caso de las versiones de ZX Spectrum y Amstrad CPC, nos encontramos con un videojuego de acción bidimensional de desplazamiento lateral. Dan está armado con una pistola láser y tiene que recorrer los distintos niveles en busca de las cinco piezas que conforman un dispositivo explosivo. Dan solo puede cargar con una pieza a la vez y tendrá que buscar la ranura correcta para cada una.

En el caso de Commodore 64, el videojuego está más enfocado hacia la aventura. En esta ocasión, carecemos de arma y tendremos que utilizar las habilidades de Dan en el cuerpo a cuerpo. Tendremos 25 minutos de tiempo real para destruir a The Mekon y huir. Para ello pasaremos por diversos niveles en el que resolver diversos puzles, hasta llegar al enfrentamiento final con The Mekon, con una batalla de granadas de mano.

El juego tuvo una cierta repercusión en Europa, con buenas puntuaciones en las revistas especializadas de la época y fue continuado por dos secuelas, Dan Dare II: Mekon’s Revenge en 1988 y Dan Dare III: The Escape en 1990, con versiones incluidas para Commodore Amiga y Atari ST.

En este vídeo podéis ver cómo es la versión de Commodore 64:

Y en este la de Amstrad CPC.

Toonstruck (1996)

Portada de Toonstruck

Con la popularización de los dispositivos multimedias a mediados de los 90 y la llegada de los CD-Rom a los ordenadores, todo un nuevo abanico de posibilidades se abría para los desarrolladores con el objetivo de dejar boquiabierto a un público ávido de nuevas experiencias multimedias. Así, muchos videojuegos de la época se centraron en la explotación de la parte multimedia, en especial en lo que se refiere al vídeo FMV (Full Motion Video), y no se pensó tanto en la parte jugable. Es por esto que, una vez pasada la vorágine, muchos juegos de la época pasaron al olvido y, ya en su momento, tuvieron una suerte desigual. El problema venía en que el fracaso era más penado debido a la fuerte inversión que requería un producto de estas características.

Es el caso de Toonstruck, una aventura gráfica lo suficientemente sólida por si misma, pero que los componentes audiovisuales que se implementaron dieron más problemas que beneficios. Toonstruck es una aventura gráfica desarrollada por Burst y distribuida por Virgin Interactive en la que se mezcla la animación con actores reales. Para esta tarea, se hicieron con los servicios como actor principal de Christopher Lloyd, el cual ya tenía una larga carrera cinematográfica (Alguien voló sobre el nido del Cuco, Regreso al Futuro, La Familia Addams…) e incluso experiencia a la hora de mezclar su actuación con elementos de animación: ¿Quién engañó a Roger Rabbit?.

El pobre de Cristopher Lloyd siempre tiene problemas con los dibus

El protagonista de la historia es Andrés Truido, un animador de dibujos animados y creador de la popular serie Fluffy Fluffy Bun Bun Show. A pesar de ser el creador de esta obra tan exitosa, no deja de ser un currito que se encuentra permanentemente atemorizado por su jefe. Además, Andrés odia su propia creación y su ilusión es hacer una serie sobre otro personaje de reciente creación: Flux Tarambana. Sin embargo en su empresa, lejos de estar interesada en esta nueva creación, le piden a Andrés que cree más coprotagonistas para el show más popular. Mientras está en plena crisis creativa, el televisor de Andrés lo teletransporta a un universo paralelo de dibujos animados donde se encuentran todas sus creaciones. Allí tendrá que ayudar a Flux a salvar el mundo de dibujos animados antes de volver al mundo real.

Tras una larga introducción de calidad profesional, la aventura se nos presenta como un point & click clásico donde el principal punto a destacar es su estilo cartoon y, evidentemente, la integración del personaje de Lloyd dentro del escenario. Las acciones no son elegibles, sino que se van adaptando según el objeto que vayamos señalando con el puntero, así como las diversas combinaciones con distintos elementos del inventario. De igual manera, para la resolución de ciertos puzles también se podrá hacer uso del personaje de Flux, de una forma similar a como se hacía en Sam & Max: Hit the Road. Las líneas de diálogo tampoco son elegibles sino que tendremos una serie de iconos representativos sobre el tema a tratar.

El apartado artístico de Toonstruck es impresionante

Teniendo en cuenta que las referencias de la época son las aventuras de Lucas Arts y Sierra, hay que decir que en líneas generales estamos ante unos puzles más sencillos que la media de los juegos de esas dos compañías. A pesar de la inspiración en los dibujos animados, los puzles son más lógicos e intuitivos, además de haber un número bastante menor de objetos y elementos interactivos, por lo que es habitual encontrar habitaciones en las que solo hay que interactuar con un objeto de una forma bastante clara. Curiosamente, la dificultad viene aumentada por una serie de minijuegos integrados en la historia con desigual fortuna que pueden llegar a ser desesperantes.

Aunque estamos ante una aventura gráfica más que correcta, es cierto que lastra diversos problemas derivados, en su gran mayoría, por los problemas de desarrollo que tuvo el juego. Toonstruck vio la luz en octubre de 1996, a pesar de que estaba planeado para 1995. Este retraso, que hoy en día no nos extrañaría, fue un gran problema de planificación, ya que principalmente vino dado por el trabajo de animación que se alargaba sin solución. Si a esto le sumamos que el juego tuvo un presupuesto de 8 millones de dólares, el problema cada vez era mayor. Esto hizo también que el juego fuera mutilado respecto a la idea original, dividiéndose en dos partes aunque la segunda nunca llegó a la luz. Podemos percibir esto en algunas ciertas inconsistencias en el guión y en la aparición de ciertos personajes con menos protagonismo del esperado.

Con este portero cualquiera se atreve a intentar entrar en deportivas

No obstante, estos problemas no deben alejarnos de que Toonstruck es una buena aventura. La parte artística es impresionante y, dada la fecha, tenemos una integración de Lloyd en el mundo animado más que loable. A esto hay que añadir un apartado sonoro en el que se cuenta con un doblaje profesional que en la versión original cuenta con actores de renombre como Dan Castellaneta o Tim Curry; y que además fue localizado en cada uno de los países donde fue vendido.

A pesar de que la prensa especializada de la época prestó bastante a este juego, en especial durante sus fases de desarrollo, lo cierto es que fue un sonoro fracaso que acrecentó el problema económico provocado por el retraso en la salida y la gran inversión inicial. Según fuentes de la propia Virgin Interactive, en 1998 apenas habían llegado a las 150.000 copias vendidas en todo el mundo, siendo uno de los fracasos más sonados de la historia de los videojuegos de PC. Esto acabo con toda esperanza de tener esa segunda parte y aunque, una vez que Toonstruck se convirtió en una obra de culto, de forma particular por diversos desarrolladores ha habido intentos de terminar de desarrollarla, aún no ha visto la luz.

En esta lista de vídeos tenéis la solución en castellano:

SuperKarts (1995)

Portada francesa de SuperKarts

En una especie de paralelismo con las competiciones reales, los karts en el mundo de los videojuegos siempre habían sido el «patito feo» dentro del género de carreras. En los albores del videojuego, los títulos basados en karts brillaban por su ausencia y hasta finales de los 80 no empezaban a aparecer videojuegos de forma residual para microordenadores de 8 bits.

Pero en esto llega 1992, Nintendo revoluciona el subgénero con Super Mario Kart y los clones empiezana a aparecer sin parecer tener fin. SuperKarts es uno de los títulos que aparecen en esta estela pero intenta desmarcarse del aspecto absolutamente arcade del título de Nintendo e intenta darle algo más de profundidad. No estamos ante un título original, pero va picando de aquí y de allá, consiguiendo un resultado en conjunto muy divertido y que quedó en la retina de muchos jugadores de PC.

SuperKarts llega al mercado en 1995 para MS-DOS de la mano de Virgin Interactive en un desarrollo llevado acabo por Manic Media Productions, compañía que debutaba con este proyecto y que, en su corta vida, se dedicó exclusivamente a la creación de videojuegos de karts.

¿Quién dijo tópicos?

El título cuenta con 16 pistas (más alguna oculta) repartidas en 8 localizaciones diferentes a lo largo de todo el planeta y se nos ofrecen diversos modos de juego. Aparte de la carrera simple, podemos realizar tres tipos de campeonatos por puntos o contrarreloj, en los que podremos competir en las 16 pistas o bien elegir media temporada entre las 8 primeras y las 8 últimas. En dichas competiciones participan ocho pilotos distintos de diferentes nacionalidades entre los cuales tenemos que elegir el que vamos a manejar.

Si bien las físicas de los karts tienen ciertas similitudes con el manejo de un kart real y suponen la diferencia principal respecto a otros títulos del género de conducción, lo cierto es que SuperKarts sigue siendo un juego eminentemente arcade. Con similitudes con juegos del estilo de Super Off-Road, durante las carreras podemos recoger items que nos pueden dar nitros, aceite de motor para dejarlo a nuestro paso y que los enemigos derrapen; y agarre especial momentáneo para las curvas; así como dinero para mejorar nuestro vehículo entre carrera y carrera en el taller. En dicho taller podremos acumular los items anteriormente mencionados y, además, mejorar la capacidad de nuestro tanque, la de nuestro motor, el agarrede los neumáticos y la resistencia del chasis. Incluso podremos comprar puntos extras en la clasificación general.

Lo bien que nos lo pasamos en un polígono

Todas estas ayudas las podremos utilizar para conseguir la mejor clasificación posible, pero no es lo único a tener en cuenta. Los pilotos a los que nos enfrentamos van a ser agresivos y no dudarán en impactar con nosotros y empeorar el estado de nuestro kart, el cual también puede dañarse con impactos en los distintos obstáculos. Esto es muy importante, puesto que nuestro vehículo puede llegar a detenerse completamente si está muy dañado. El estado de nuestro kart puede recuperarse pasando por la zona de boxes, lo que nos retrasará, y también servirá para reponer combustible, otra de las razones por la que nuestro kart puede detenerse antes del fin de la carrera.

Como hemos indicado anteriormente, el control del juego es arcade pero tiene en cuenta que estamos manejando un vehículo tan particular como son los karts. Esto se nota especialmente en la importancia de hacer un buen trazada y la forma de tomar las curvas, en las que un derrape excesivo hace que nuestro kart prácticamente se detenga. De ahí la importancia de los items que mejoran el grip del vehículo. Por lo demás, un manejo muy fácil y que responde muy bien, aunque con una cierta tendencia a quedarse atascado en las paredes si no se toman las curvas correctamente.

El que hizo este puente no sabe lo que mide un kart

Para el trabajo gráfico, Manic Media utilizó una técnica muy extendidad en los juegos de MS-DOS de mediados de los 90 para dar un aspecto tridimensional pero que pudiese rendir bien en la mayoría de ordenadores. De forma similar a juegos como Wolfenstein 3D o Doom, los circuitos son un entorno tridimensional pero los elementos móviles e interactivos son sprites 2D superpuestos en ese entorno 3D. Esto hace que el rendimiento y la velocidad no se pierda, lo cual es esencial en un título de conducción, y que el resultado sea lo suficientemente vistoso para lo que exigía el mercado en aquella época.

Cabe destacar lo acertado del diseño de la interfaz en la que se nos muestran los datos de carrera. Su ubicación es tan acertadada que no afecta a la experiencia de juego a pesar de que la cantidad de información es ingente: número de vuelta, mapa del circuito, posición de cada uno de los competidores, velocidad, tiempo, daños del kart y niveles de combustible y aceite. Por otro lado, dentro del apartado sonoro destaca el sonido del motor de los karts que está muy conseguido. Por último, también es muy loable que, aparte del clásico modo de pantalla partida para dos jugadores, SuperKarts cuenta con la posibilidad de juego multijugador mediante IPX.

Dos colegas apiñados en el mismo teclado

SuperKarts funcionó tan bien que, solo un año después, se lanzó Manic Karts, un título continuista que conservaba el estilo de juego y control del título primigenio pero que mejoraba el aspecto técnico y corregía muchos bugs. La trilogía de Manic Media se completa en 1997 con Formula Karts que, en esta ocasión fue multiplataforma y llegó para SEGA Saturn, PlayStation y Windows.

En este vídeo podéis ver cómo es el juego:


Spot Goes to Hollywood (1995)

Casi sin pretenderlo, Cool Spot se convertiría en uno de los videojuegos de plataformas más populares de la generación de los 16 bits y uno de los buques insignia de Virgin Interactive. La sorpresa vino en parte por su éxito internacional, ya que aunque Spot era la máscota oficial de 7UP en Norteamérica, en Europa era totalmente desconocida en favor de Fido Dido. Pero a pesar de esto, la calidad del juego hizo que los resultados de ventas en el Viejo Continente también fueran muy buenos.

Es por esto que no es de extrañar que se lanzara una secuela, Spot Goes to Hollywood. Ésta llegaría en 1995, en pleno cambio de generación de consolas, por lo que al título le resultó difícil enmarcarse, ya que contaba con versiones para ambas generaciones con diferencias sensibles entre ellas. La primera versión llegaría para , desarrollada por Eurocom y en 1996 Burst desarrollaría los titulos para Saturn y PlayStation.

Aunque cuentan con diferencias jugables, todas las versiones cuentan con un argumento en común (sobre todo teniendo en cuenta que en la intro de la de Mega Drive no dan demasiadas explicaciones). Spot vive en la máquina de refrescos de una sala de cine y un día decide ser más curioso de la cuenta. Nuestro protagonista se acercará a la sala de proyección y como resultado de su curiosidad y torpeza, termina quedándose atrapado en el proyector, de tal manera que se queda envuelto en las escenas de sus películas favoritas.

La versión de Mega Drive cuenta con un cambio de perspectiva respecto al primer título de la saga que vio la consola, pasando del plataformas bidimensional lateral a una vista isométrica, muy del estilo de juegos de la última hornada de la 16 bits de SEGA, como Sonic 3D. Cada nivel nos llevará a distintos escenarios clásicos del cine: barco pirata, aventura en la jungla, casa encantada, etc… En cada uno de estos escenarios tendremos que completar tres fases, para ello habrá que conseguir un cierto porcentaje de pequeños spots. Éstos no son de fácil acceso, o se encuentran escondidos, o están en zonas inicialmente inaccesibles, o hay que eliminar a algún enemigo para encontrarlos. Para ello contaremos con la capacidad de salto y el ataque de bolas de energía de nuestro protagonista, aunque existirán niveles en los que este sistema varíe un poco, como en aquellas que son submarinas. Una vez recolectado el porcentaje solicitado, tendremos que alcanzar la zona señalizada con una estrella para alcanzar el siguiente nivel.

En las versiones de Saturn y PlayStation se conserva la perspectiva isométrica, pero el sistema de juego varía un poco. En esta ocasión los spots cumplen una misión como los anillos de Sonic o las monedas de Mario: recolección para conseguir vidas extras. Lo que hay que recolectar en estas misiones son cinco estrellas que suelen encontrarse en habitaciones y compartimentos ocultos. Los escenarios son muy similares a los de la versión de 16 bits, pero mucho más extensos y el juego resulta bastante más dinámico, recordando más al Cool Spot original, salvando la distancia de la perspectiva.

A nivel técnico, la versión de Mega Drive tiene muy buen aspecto, aunque hay que tener cuenta que estábamos en el ocaso de la consola y sacarle todo su jugo ya no tenía muchos secretos para los programadores. Las versiones de 32 bits contaban con un salto de calidad a nivel gráfico, con los elementos de los escenarios muy detallados, aunque realmente no se veía un salto de generación y estaba claro que tanto la Saturn como la PlayStation tenían un potencial mucho mayor que el que Spot Goes to Hollywood mostraba. La única diferencia verdaderamente relevante se encontraba en las escenas introductorias, a base de las cinemáticas tridimensionales típicas de la época.

En este vídeo podéis ver la versión de Mega Drive:

En éste podéis ver la versión de PlayStation:

Disney’s The Jungle Book (1993)

A mediados de la década de los 90 fue el apogeo de los videojuegos de platformas basados en una película animada de Disney. Refiriéndose a esa época, se suelen reseñar The Lion King o Aladdin, inspirados en filmes estrenados por aquellos días. Sin embargo, el primero de esos títulos estaba basado en una película de 1967, El Libro de la Selva, que llegaría inicialmente en 1993 para Master System y Game Gear, apareciendo un año más tarde para Mega Drive, Super Nintendo, Game Boy, PC y NES.

La versión original de Master System fue desarrollada por Syrox Developments con distribución de Virgin Interactive. Las posteriores conversiones serían obra de la propia Virgin con la colaboración de Eurocom.

Disney’s The Jungle Book sigue de forma esquemática las escenas más relevantes de la película. Mogwli es un niño salvaje que fue encontrado por la pantera Bagheera y que estuvo al cuidado de los lobos. Una vez que ha crecido, debe volver con los humanos, ya que el tigre Shere Kan quiere acabar con él, aunque no será su único enemigo letal, ya que también tendrá encuentros con Kaa o el rey Louie.

En cada uno de los niveles y dependiendo del nivel de dificultad, Mogwli tendrá que recoger un número determinado de diamantes para pasar al siguiente nivel, que se encuentran en diversas zonas del escenario (podrá contar con la ayuda de la brújula si la encuentra), antes de que se agoten los siete minutos de tiempo. Si además supera una segunda marca, podrá ac

Mogwli tendrá una serie de vidas y una especie de barra de energía representada por su rostro. En cada fase tendremos una variopinta colección de enemigos en forma de distintos animales de la selva, los cuales podrán herirnos por contacto o con el lanzamiento de proyectiles. Mogwli podrá defenderse de estos ataques ya sea esquivándolos, saltando sobre ellos al más puro estilo de Mario o lanzando proyectiles que, inicialmente, serán plátanos pero que más adelante podrán ser mejorados por otros más poderosos.ceder a la fase bonus. Una vez que hayamos recogido el número de diamantes necesario, tendremos que buscar a uno de los amigos de Mogwli (Baloo, Bagheera…) para poder acceder al siguiente nivel.

El sistema de juego es similar en todas las versiones, si bien el diseño de niveles y la disposicion de enemigos se ve afectado por la capacidad del hardware de cada máquina. El apartado artístico está solucionado de forma convincente pero sin ser un destacado de la época. Los personajes se encuentran bien diseñados y son reconocibles (curiosamente el menos reconocible es el propio Mogwli) y se mueven razonablemente bien, aunque la cantidad de elementos en animación simultánea no es muy alto. Por último, el juego se ve acompañado por la banda sonora de la película, con la calidad también afectada por la capacidad de la máquina.

En este vídeo podéis ver cómo es el juego:

Speedball II: Brutal Deluxe (1990)

Tras la buena acogida que tuvo Speedball en 1988, The Bitmap Brothers volvería a la carga con una nueva entrega de la saga que aún sería más exitoso, Speedball II: Brutal Deluxe. Este título llegaría a convertirse en título de culto, hasta tal punto que se realizaria un remake para el servicio XBox Live Arcade. Speedball II: Brutal Deluxe sería desarrollado por un equipo bastante amplio que estaría liderado por Eric Mattheews en el diseño, Robert Trevellyan en el código y Daniel Malone en los gráficos. El juego sería distribuido para diversas plataformas (Acorn 32-bit, Amiga CD32, Amiga, Atari ST, Commodore 64, PC, Game Boy, Game Boy Advance, Mega Drive y Master System), por parte de diversas casa de distribución como Image Works, Krisalis Software o Virgin Games.

El juego retoma el argumento de la primera entrega y no sitúa en el año 2105, cuando la organización de la Speedball League intenta que vuelva a resurgir, ya que se había quedado como una competición clandestina debido a la violencia y la corrupción por la que había quedado manchada. En este nuevo nacimiento de la competición destaca la fundación de un equipo conocido como Brutal Deluxe, el cual será el que tenemos que llevar a la victoria.

La organización ha decidido dar todo un lavado de imagen a su competición, realizando diversos cambios. Para empezar, aparte del tradicional campeonato de liga, se crean dos nuevos torneos de copa, uno con sistema del KO (a un único partido) y otro con sistema de ida y vuelta. Algunas normas del juego también varían, mientras que otras son rescatadas de la competición original. Los equipos pasan de tener cinco a nueve jugadores, consiguiéndose mejoras según vamos avanzando en los partidos consiguiendo dinero y que podremos aplicar al equipo entero, a jugadores individuales o a su equipación.

Con nuestros jugadores podremos pasar la bola, lanzarla a portería o golpear a los enemigos sin miedo a que nos sancionen por esto, además de realizar saltos para alcanzar las bolas que vayan muy altas. Los partidos constan de dos partes de 90 segundos, en los cuales conseguiremos 10 puntos por cada gol, teniendo en cuenta que podemos activar (y el equipo enemigo desactivar) diversos multiplicadores en el campo que pueden cambiar esa cifra por 15 o 20 puntos. De igual manera podremos conseguir esos puntos si lesionamos a un jugador rival, el cuál además podrá ser sustituido por uno de los tres reservas (si se agotan los reservas, juega con sus secuelas). También podremos conseguir dos puntos extras golpenado con la bola activadores en forma de estrella, aunque éstos pueden ser desactivados por el rival, con la consecuente resta de puntos.

El juego conserva e incrementa el estilo dinámico y frenético con el que ya contaba la primera entrega. Los gráficos se basan en las perspectivas del producto original, con una mejora clara del diseño y las animaciones. Cabe destacar que en este aspecto técnico hay un gran trabajo multiplataforma, rindiendo muy bien prácticamente en todas las versiones, intentando realizar las menores diferencias posibles entre unas y otras. De nuevo (y como suele ser seña de identidad de la compañía), la banda sonora es un punto destacado del juego, variando según la versión.

En este vídeo podéis ver cómo es el juego:

David Perry, tres décadas en lo más alto

David Perry nació en Lisburn (Irlanda del Norte) en 1967 y ya desde muy temprana edad se encontraba interesado en el mundo de la informática. Con tan solo 15 años ya escribía libros de programación y creaba sus propios videojuegos para el Sinclair ZX81, que distribuía a través de una revista del sector. Lo que empezó como una colaboración esporádica terminaría siendo un envío constante que le reportaban 3500 libras al año.

Con 17 años cambiaría de isla y acabaría en Londres, donde pudo entrar en contacto con algunas de las más potentes compañías británicas, de tal manera que empezó a colaborar con Elite Systems, Mirrorsoft y Virgin Games, destacando su participación en The Terminator y The Teenage Mutant Ninja Turtles. Así, David Perry se convertía en uno de los diseñadores más precoces y capaces de Europa, algo que no quedó ignorado por las grandes compañías.

Su buen trabajo en los proyectos anteriores le valió un billete para Estados Unidos para trabajar en la división americana de Virgin Games. Allí lideró el desarrollo de algunos de los proyectos más importantes que lanzó la compañía en la década de los 90: Disney’s Aladdin, Global Gladiators y Cool Spot.

Estos títulos convierten a Perry en todo un fenómeno en el mundo de desarrollos de videojuegos y le impulsa a fundar su propia compañía de videojuegos, Shiny Enterntainment (nombre basado en una popular canción de R.E.M.), en 1993 en Long Beach (California). Controlando todo en su propia compañía, David Perry dio rienda suelta a todo su talento y el título debut de Shiny Entertainment terminaría convirtiéndose en el juego más destacado de toda su carrera: Earthworm Jim. La carrera de la compañía seguiría siendo exitosa con el lanzamiento de más entregas de su videojuego más popular, además de revolucionar el mercado de nuevo con MDK.

Shiny Entertainment sería adquirida por Atari en 2002 por 47 millones de dólares quedando, aún así, David Perry como presidente. De esta época destaca la colaboración con los hermanos Wachowski para el desarrollo de Enter the Matrix, un título despreciado por la crítica, pero que tendría un importante volumen de ventas. Sin embargo, hacia 2006, la crisis en Atari le lleva a intentar vender muchos de sus estudios de desarrollo, por lo que David Perry dimite, para abaratar el coste de venta.

Ese mismo año fundaria GameConsultants.com, una empresa de consultaría especializada en el mundo de los videojuegos, y GameInvestors.com, compañia que se dedica a hacer de intermediario en la búsqueda de financiación por parte de las desarrolladoras de los videojuegos. Sin embargo, esto no significa que Perry se desligue del desarrollo, ya que se encuentra muy involucrado en el desarrollo de diversos juegos de rol online desarrollados por Acclaim.

En este vídeo podéis ver una conferencia de David Perry sobre el futuro de los videojuegos:

Viva Football (1999)

Con la vorágine tan reciente del Campeonato Mundial de Fútbol, no podíamos dejar pasar por alto un videojuego basado en esa temática desde el punto de vista más amplio que se ha visto en un videojuego. Casi un año después del Mundial de Francia, Virgin Play lanzaría para PC y PlayStation, Viva Football, un título desarrollado por Crimson. Viva Football pretendía ser una enciclopedia interactiva de los Mundiales de fútbol, con la que poder cambiar el curso de la historia de los distintos campeonatos a lo largo de toda la historia de la competición.

De esta manera, podremos participar en cualquiera de los campeonatos disputados entre 1956 y 1998, con el equipo participante que sea y con las plantillas reales que participaron en dicha edición. En cada uno de los torneos se respeta el sistema de clasificación utilizado en el mismo. En los primeros torneos disputaremos directamente las fases finales y según vamos avanzando en la historia, tendremos también que disputar las rondas clasificatorias para poder competir en el torneo balompédico más importante. En los últimos torneos incluso podremos cambiar la convocatoria oficial de la selección.

A nivel jugable nos encontramos con un título que pretende ser ante todo un simulador. Esto le añade un plus de dificultad al título que no lo hace apto para jugadores que quieran un fútbol directo y con muchos goles. Incluso en los niveles de dificultad más bajos, tanto el control del balón como conseguir disparar a puerta es más difícil que en la media del género, hasta tal punto que el empate a cero es de los resultados más habituales.

En el apartado técnico, Viva Football se encontraba por debajo de otros títulos de fútbol de la época (no en vano en aquella época estaba el apogeo de las sagas de FIFA International Soccer y Actua Soccer), sin embargo tiene algunos aspectos interesantes. Los gráficos son correctos y funcionales, pero tiene el detalle de cambiar el color de la «retransmisión» según la época en la que se dispute el partido. De esta manera, los primero partidos serán en un tono sepia, para pasar al blanco y negro, y terminar definitivamente en la época del color. Igualmente, las distintas épocas se verán reflejadas en el diseño tanto de la indumentaria como del balón utilizado.

Las ventas no acompañaron al título, por un lado debido al poderío de sus competidores y por otro a que la crítica no dio muy buenos análisis, ávidos de gráficos de impresión. Sin embargo, el público que lo llego a probar (sobre todo a raíz de un relanzamiento posterior a un precio muy bajo, rondando los 4 euros), solía darle una buena recepción y estaba muy interesado en su original planteamiento.

En este vídeo podéis ver cómo es el juego:

Cannon Fodder (1993)

Cannon Fodder es el primer título de una saga bélica que debutaria en 1993 para Commodore Amiga, aunque terminaría viendo la luz también para 3DO, Acorn Archimedes, Amiga CD32, Atari Jaguar, Atari ST, Game Boy Color, PC, Mega Drive, Super NES y PlayStation Portable. El videojuego sería desarrollado por Sensible Software (padres del conocido Sensible Soccer) y distribuido por Virgin Play, si bien las versiones para dispositivos más modernos han sido creadas por Codemasters.

Cannon Fodder fue promocionado bajo el eslógan <<War has never been so much fun (La guerra nunca fue tan divertida)>>, y es que sus desarrolladores quisieron realizar un videojuego bélico pero con grandes dosis de humor, que caracterizarían a los dos títulos de la saga.

El videojuego mezcla la acción con la estrategia en tiempo real, dando como resultado un juego muy dinámico y enormemente divertido. Nos encargamos de un escuadrón formado hasta por ocho miembros divididos en tres grupos. Todos ellos cuentan con una ametralladora con munición infinita y tienen la posibilidad de recoger granadas y misiles en los escenarios de la batalla.

La clave de Cannon Fodder está en su simpleza, ya que las misiones serán del tipo «Acaba con todos los enemigos» o «No dejes ni un edificio en pie», sin decir ni quienes son estos enemigos ni porqué. No importa, lo importante es un sistema de juego con una inmediatez de diversión, con un control tan sencillo como es botón izquierdo moverse, botón derecho atacar. Eso no significa que podamos ir «a lo loco» y, sobre todo en misiones avanzadas, habra que hacer un poco de preestrategia antes de atacar, intentando evaluar los pros y contras de tomar una decisión u otra. Esto viene provocado por una inteligencia artificial muy bien implementada para la época de la que hablamos.

A nivel técnico tenemos que diferenciar dos campos. Por un lado, la presentación del videojuego cuenta con una canción muy cuidada por parte de Jon Hare (también diseñador del juego) y Richard Joseph (un clásico en el mundo de la música para videojuegos), todo esto acompañado por imágenes digitalizadas. A la hora de la acción, el apartado gráfico es más simple, pero enormemente funcional para el sistema de juego para el que ha sido desarrollado, dando una interfaz ideal para divertirse con el videojuego.

El juego vino sucedido por Cannon Fodder 2, publicado un año más tarde, muy similar a la primera entrega pero con el apartado gráfico y el sistema de juego más afinado. Paralelamente, de forma gratuita, se adjuntaría, junto al número de Navidad de ese año de la revista Amiga Format, dos niveles extra conocidos como Cannon Soccer, donde los guerreros protagonistas lucharán contra hordas de jugadores de Sensible Soccer. No sería la única relación con el título emblema de la compañía, ya que en la demo Sensible Soccer 92/93 Meets Bulldog Blighty se incluyó un modo en el que los jugadores son sustituidos por soldados, en homenaje al partido entre soldados alemanes e ingleses en 1914.

En este vídeo podeis ver como es el juego:

The Lion King (1994)

En la época en la que Disney tenía practicamente el monopolio de los films de animación, uno de los fenomenos de masas llegaría en 1994 con el estreno de El Rey León, película que rápidamente se convertiría en un clásico de la productora. Siguiendo la política que llevaba en esa época, se lanazaría un videojuego multiplataforma de forma prácticamanete simultánea. El desarrollo del mismo sería llevado a cabo por Westwood Studios Inc. y tendría una distribución por parte de Virgin Play para NES, SNES, Game Boy, SEGA Master System, SEGA Mega Drive, Game Gear, PC, y Commodore Amiga. Tras el éxito que tuvo el videojuego de Aladdin, se repitió la fórmula de hacer un título que mezclara los géneros de plataformas y acción.

El videojuego sigue el desarrollo de la película, comenzando con Simba siendo un cachorro y terminando con el león protagonista ya adulto, enfrentándose a Scar. El juego se nos presenta como un plataformas bidimensional con vista lateral, aunque con algún nivel en el que este sistema de juego difiere un poco (como en el nivel de la estampida de ñus).

El estado de nuestro personaje dependerá de dos barras. Por un lado la típica barra de vida que se reduce cuando Simba es herido y que es recuperada con la ingesta de insectos. Por otro contamos con la barra de rugido que ira mejorando según vaya creciendo. Aparte de manejar a Simba, las fases bonus estarán protagonizadas por Timón y Pumba.

En el apartado técnico destacan los gráficos por su fidelidad al original. De hecho, serían diseñados por los propios estudios de animación de Walt Disney. Por otro lado, la banda sonora son versiones de la del film, lo que ayudó a la identificación con la película. El videojuego contaría con una buena recepción por parte tanto de público como de crítica, aunque se destacaría una excesiva dificultad en un producto que podría ser atractivo para los más pequeños de la casa.

En este vídeo podeis ver como es el juego: