En el ocaso de Opera Soft, en un intento de reflotar la mala situación que estaba atravesando, la compañía española intentó crear un subsello especializado en títulos deportivos, Opera Sport, que intentaban ser impactantes y que consiguieran ventas rápidas. Por un lado se buscaron licencias jugosas como con Poli Díaz o Angel Nieto Pole 500, por otro la inclusión novedosa de ciertas disciplinas olvidadas por el mundo del videojuego con Jai Alai, y por último, en el caso que nos ocupa, aprovecharse de la celebración de un gran evento como puede ser el Mundial (eso sí, sin licencias oficiales), que por 1990 iba a celebrarse en Italia.
Todo sonaba muy bonito pero, como hemos indicado al principio, la situación de Opera Soft no era nada buena y necesitaba lanzar muchos juegos con muy poco personal. Esto provocó múltiples retrasos que acabaron con la cancelación de las versiones de Atari ST, Commodore 64 y Commodore Amiga; y con un lanzamiento que tuvo que hacerse meses después de la celebración del Mundial, por lo que la fecha no era propicia. Aparte, concretamente Italia 90 tuvo más de una decena de lanzamientos de diversas compañias y para diferentes plataformas (ya fuese con licencia oficial de la FIFA o no), por lo que se llegaba tarde y con un mercado saturado. Finalmente, Mundial de Fútbol salió a finales de 1990 para PC, Amstrad CPC, ZX Spectrum, MSX y Amstrad PCW.

Mundial de Fútbol nos da tres opciones de juego: Práctica, con la aparición de un único equipo para tomar manejo de los controles; Premundial, que nos permite realizar un partido amistoso entre dos selecciones; y Mundial, que respetaba el calendario oficial de Italia 90. Por la carencia de licencias, los jugadores de los distintos equipos no tienen nombre, pero están identificados por su dorsal, cada uno con sus propias características definidas en nueve atributos distintos. Aparte, también se pueden elegir entre tres formaciones tácticas, lo que nos da un resultado bastante completo para la época en lo que a configuración táctica se refiere.
Los partidos, con duración configurable entre 5, 10 y 15 minutos, nos presentan una perspectiva cenital que nos recuerda poderosamente a juegos como Tehkan World Cup o Kick Off. De hecho, los programadores del mismo, Carlos Díaz de Castro y Ángel Zarazaga, declararon que en su momento se jugaba mucho a este último en las oficinas de Opera Soft. Herencia de esto es una experiencia de juego muy vertiginosa, en especial en la versión de PC, y que acercaba la experiencia al terreno arcade. No obstante y a pesar de las dificultades en su desarrollo, nos encontramos con un juego hecho con mimo y dedicación, con muchos elementos que se obviaban en otros títulos coetáneos como las tarjetas, el cansancio, las sustituciones… y una gran variedad de movimientos (cabezazos, entradas, tiros con efecto…) a pesar de contar con un único botón de acción.

A nivel técnico nos encontramos con un título más que correcto, muy destacado en las versiones de 8 bits (en especial en la de CPC) y más normalito en la de PC, que no dejaba de ser una conversión, aunque contaba con la posibilidad de utilizar tarjeta gráfica VGA de 256 y evitar la condena del CGA habitual de los videojuegos para MS-DOS de la Edad de Oro del Soft Español. Por otro lado, detalles como escenas cinemáticas introductorias o la inclusión de los himnos nacionales, dan buena cuenta del trabajo profesional que se hizo a pesar de las dificultades.
Mundial de Fútbol probablemente fue uno de los mejores videojuegos de fútbol hechos en España hasta la fecha y no quedaba en una posición baja en términos de calidad en la orgía de títulos que se lanzaron en 1990. Sin embargo, su lanzamiento tardío fue su condena y ni siquiera la excelente portadada de Alfonso Azpiri pudo evitar un batacazo en ventas al que se le unió a final de año el de Poli Díaz, agravando la situación económica de Opera Soft que, junto a la marcha de varios miembros destacados, abocaba a la empresa a un cierre que llegó en poco tiempo.
En este vídeo podéis ver cómo es el juego:












En los albores de este blog, se hizo una serie sobre la consabida
Dicho esto, la mayoría de la información que se tenía de aquella época era más un ejercicio de memoria y de filtrado de leyendas urbanas, más propio del boca a boca que de fuentes realmente certeras. Ocho Quilates, el libro que hoy nos ocupa y que ya ha cumplido su primer año en la calle, da luz a toda aquella época y es, sin duda, el texto más extenso y completo de los que se han recogido sobre tan controvertida historia.
Ocho Quilates es un libro en dos volúmenes que repasa toda la historia del software de entretenimiento español desde 1983 a 1992. Su autor es
El primero de los vólumenes tuvo su primera edición en Junio de 2012 a través de
Podemos decir que esta primera parte es el relato de cómo una serie de jóvenes apasionados de la microinformática empezaron a jugar a crear sus propios juegos en sus casas y como poco a poco aquello terminaría siendo un negocio. En ese momento en el que se le veía una salida rentable al mercado, llegaría Paco Pastor y crearía ERBE para crear un mercado de videojuegos real en España que diera salida a los productos españoles y canalizara las importaciones.
La clave en el relato de Jaume Esteve está en un trabajo de mucho tiempo que le llevó a recorrer diversos rincones de la geografía española para poder entrevistarse con prácticamente todos los protagonistas de la historia, teniendo declaraciones de primera mano y la posibilidad de desmentir o confirmar la mayoría de las leyendas asociadas a esa época. De esta manera, podemos encontrar citas en el libro de los hermanos Ruíz de Dinamic, de Charly Granados de Made in Spain, de «Gonzo» Suárez de Opera Soft y el propio Paco Pastor, entre otros muchos.
El segundo volúmen, que consiguió ver la luz gracias al apoyo popular de la comunidad internauta a través de una acertada estrategia de crowdfunding, prácticamente duplica el contenido de la primera entrega. En esta ocasión, el repaso va desde el zénit de la Edad de Oro con la venta masiva y la creación de Topo Soft por parte de ERBE, hasta el ocaso de la industria española con la llegada de los 16 bits y la popularización de las videoconsolas a principios de los 90.
Esta parte es un exhaustivo recorrido por todo los títulos que se sacaron en la época de mayor producción de videojuegos en España, poniendo especial énfasis en los distintos envites (algunos con bastante éxito) que se realizaron al mercado británico. También plantea un interesante debate sobre lo acertado o no de la famosa bajada de precios de ERBE para evitar la piratería y que rompió el mercado, aumentando el número de ventas pero bajando el beneficio de cada unidad vendida. Por último, el relato triste de como el mercado no supo adaptarse a los nuevos tiempos con la llegada de las máquinas de 16 bits, que requerían una mayor inversión de la que pudieron ejercer las principales compañías.
Como os he comentado, en el libro está muy bien balanceado la cantidad ingente de información que nos proporciona Ocho Quilates y lo ameno de su lectura. Sus más de 600 páginas me duraron pocas sesiones de lectura, ya que no se limita a soltar datos fríamente, sino que el relato del nacimiento, vida y ocaso de la Edad de Oro, así como las interesantes declaraciones de sus protagonistas, me resultaron una lectura apasionante.
Que nadie se confunda, a pesar del título y de su origen español, no tiene nada que ver con la novela de Camilo José Cela, ni mucho menos. La Colmena fue una especie de experimento a la desesperada por parte de
El título se encuentra altamente influenciado por el juego de tablero La Pirámide del Amor, que fue bastante popular en los 80, no tanto por la calidad del juego en sí, como por el morbo y el tabú que suponía. De esta manera, La Colmena está concebida para jugarse con más de dos personas. Tendremos un tablero en forma de colmena por el que nuestras correspondientes fichas tendrán que desplazarse por las distintas casillas. En cada turno, el juego nos planteará una pregunta y tres posibles respuestas, de tal manera que si la acertamos seguiremos avanzando pero, si fallamos, tendremos que realizar el reto que el ordenador nos proponga, que serán pruebas «picantes» pensadas para realizarse con nuestra pareja de juego.
La Colmena cuenta con varios niveles que según, vaya avanzando la partida los retos se volverán más y más subidos de tono. Para pasar al siguiente nivel hay que caer en la casilla central del casino y vencer a la croupier de La Colmena en alguno de sus juegos: póker, ruleta, black jack, dominó, master mind o jack-pot.
Como podéis suponer por lo explicado, La Colmena no supone nada al mundo de los videojuegos a nivel jugable y tampoco lo pretendía. El principal punto a favor del juego se encontraba en la colaboración de Alfonso Azpiri, mítico ilustrador que ya había colaborado con compañías españolas en el diseño de numerosas portadas para los juegos.
En esta ocasión, no se limita a la carátula, sino que el juego se basa en su excelente trabajo y su experiencia en el área erótica. Cada una de las pruebas se encuentra ilustrada con uno de los dibujos de Azpiri, ayudando a La Colmena a tener un valor añadido respecto a juegos de tablero con el mismo público objetivo. No obstante, el trabajo del genial Azpiri no fue suficiente para que La Colmena alcanzara unas ventas importantes en una compañía que pegaba sus últimos coletazos. Ese mismo año, Opera Soft cerraría sus puertas.
Terminamos el repaso de las grandes compañías de la Edad de Oro del Soft Español con Aventuras AD. Aunque era dependiente de
Sus orígenes se remontan a 1988. Hasta esa fecha las aventuras conversacionales (aventuras basadas en texto) solo habían sido creadas en España por
La llegada tardía al mercado del software de Aventuras AD provocó que solo pudiéramos disfrutar de seis títulos, todos ellos de gran calidad y una buena acogida por un tipo de jugador minoritario pero muy fiel. Tras La Aventura Original (que era una versión del videojuego británico Adventure de Crowder y Woods) llegaría en 1989
En 1990 llegarían dos títulos La Aventura Espacial ambientado en el futuro y en el que los programadores experimentaron bastante y Cozumel, que inicaría la trilogía Ci-U-Than ambientada en el caribe de primera mitad del siglo XX y protagonizada por el explorador Doc Monro. Esta trilogía se completaría con Los Templos Sagrados en 1991 y Chichen Itza en 1992. Esta última aventura es para muchos la más completa de la compañía pero su lanzamiento coincidio con el peor momento de la crisis del software para 8 bits. Aunque se especuló con la posibilidad del reciclaje de Aventuras AD hacia las aventuras gráficas,
Los juegos de Aventuras AD solían constar de dos cargas o partes, para acceder a la segunda había que introducir la contraseña que se proporcionaba al finalizar la primera. Se hizo un gran esfuerzo en la parte gráfica (mucho más de lo que era habitual en este tipo de videojuegos), habiendo imágenes en casi todas las localidades, siendo diferentes para cada plataforma aprovechando al máximo las posibilidades de cada máquina.
Con el impulso de la compañía surgieron dos clubes de aficionados: Year Zero Club en Vigo y Club Aventuras AD en Valencia. Surgieron muchos fanzines y reunieron cerca de un millar de socios que publicaban sus propios juegos, llegando a una producción de 300 entre 1988 y 1992. Con el declive de la compañía la actividad bajo bastante en estos clubs hata 1997 cuando el Club Aventuras AD fue rescatado a través de Internet, siendo actualmente una comunidad muy activa y a la que podeis acceder mediante su página web que está en la sección de enlaces.
Al igual que
De esta manera, como apoyo en la distribución a Made in Spain y de nuevos productos, nace Zigurat en 1987. La gran cantidad de productos que se sacan hacen que los programadores fundadores se vayan dedicando más a la supervisión que a la programación por lo que Made in Spain desaparece poco a poco. La excepción en esta situación estaba en Paco Menéndez, que no muy atraido por la distribución se iría a
A partir de ahí Zigurat arropó a todo tipo de compañías independientes (Gamesoft, Arcadia, Truesoft, Turbo 16, etc) y consiguió distribuir muchos juegos que sin su ayuda no hubieran visto la luz. Destacó en juegos deportivos, gracias en parte a la gran cantidad de licencias de deportistas que consiguió: Emilio Sánchez Vicario Grand Slam, Carlos Sainz Campeonato Mundial de Rallies,
La decadencia de la compañía vino con títulos como Kong’s Revenge y Piso Zero, con una calidad muy inferior a lo mostrado anteriormente por la compañía, lo que desembocó en el cese de la actividad. Este cierre no fue definitvo y a principio de los 90 la compañía se reconvirtió en Gaelco, dedicándose principalmente a máquinas recreativas con títulos tan conocidos como
El origen de esta compañía está en el rastro madrileño en 1987. Los jóvenes programadores Javier Cano y Emilio Martínez estaban intentando vender un juego sobre geografía llamado Map Game y captaron el interés de un representante de la distribuidora Erbe, que además de este juego, les publicó Ramón Rodríguez y Las Tres Luces de Glaurung (este último proyecto junto a José Manuel Muñoz). Este equipo humano decidió fundar Topo Soft.
Topo Soft llegó a la escena del videojuego bastante más tarde que el resto de compañías, pero no tardó en hacerse un hueco importante gracias a la calidad de sus trabajos. Los primeros juegos fueron Spirit, Survivor, Cracy 5, Whooper Chase y Stardust. pero sería con Desperado cuando llegaría el primer gran éxito. Este juego sería una conversión de
Pero el año del salto al éxito sería 1988, sobre todo con un videojuego que resultaría ser el superventas de ese año. Se trata de
Pero llegaría 1990 y empezaría la crisis en el sector. las compañías empezaron su esfuerzo para adaptarse a los 16 bits y Topo Soft fue de las que lo hizo con mayor empeño. Lanzaría Viaje al centro de la Tierra, un juego con un equipo humano detrás sin precedentes en España que intentó entrar en el mercado estadounidense pero que no contó con el éxito esperado. Tras este vendría
Tras las ventas insuficientes de sus últimas producciones, Topo Soft gastó su últimos cartuchos con una apuesta arriesgada. La compañía consiguió los derechos de Gremlins 2: The new Bach, esforzándose en realizar un buen juego de plataformas y con el apoyo de la distribuidora Elite. Pero la creciente piratería, la mala suerte y la crisis que soportaba el sector en España, hicieron imposible que pudieran hacer frente a las producciones extranjeras que triplicaban los recursos. Como otras muchas compañías, Topo Soft no tuvo más remedio que echar el cierre.

Tras este vendrían otros grandes títulos como Cosa Nostra,
Pero sería en 1988 cuando sacarían su gran obra:
Tras ese bombazo vinieron otros juegos más modernizado adaptándose al mercado como
Pero la compañía terminaría desapareciendo en 1992, tras el lanzamiento de Olympic Games’92 y