Muchos son los fanáticos del clasicazo Ivan «Ironman» Stewart’s Super Off Road, donde su sencillez de manejo, su apropiada curva de dificultad y su endiablado dinamismo daban como resultado un título muy divertido a pesar de su sencillez. Sin embargo, los que creyeran que se trataba de una idea totalmente original estaban muy equivocados ya que, tanto en jugabilidad como en en la mecánica de mejorar el vehículo, ya habían salido títulos similares.
Hoy nos acercamos a uno de sus predecesores más interesantes: R.C. Pro-Am que, de la mano de Rare, llegó a la NES en 1987 con distribución de Nintendo y a la Mega Drive con distribución de Tradewest en 1992 bajo el título de Championship Pro-Am.
Como punto original, R.C. Pro-Am ofrecia el manejo de vehículos de radiocontrol, algo que nos nota a primera vista en el videojuego, si no fuera por la aparición gráfica de antenas receptoras, pero que justifica perfectamente su concepción totalmente arcade.
El juego nos presenta diversos circuitos en los cuales veremos carreras de cuatro vehículos desde una vista isométrica, cada uno de ellos con diversas características de terreno (aunque las diferencias son nimias), número de vueltas y longitud. Aunque, evidentemente, el trofeo será mejor mientras mejor sea nuestro puesto, el único requisito para pasar al nivel siguiente es quedar entre los tres primeros. Ante esto, hay que tener en cuenta que no es el que en tercer lugar cruce la meta, sino que, como en Super Off Road, es el que se encuentre en tercera posición en el momento en el que el líder de la carrera cruce la línea de meta.
Durante el recorrido podemos encontrarnos todo tipo de items que tendrán un efecto de mejora en el coche, como es el caso de recoger neumáticos, aceleración o velocidad punta, lo que quedará de forma permanente mientras utilicemos ese vehículo. Así mismo, también podremos conseguir misiles y bombas con los que atacar a los enemigo, o incluso invulnerabilidad ante ellos. Pero no todo son ventajas, ya que las manchas de aceite, los muros móviles o los charcos se interpondrán en nuestro intento de llegar a la meta.
Según vamos consiguiendo pasar carreras, iremos formando la palabra «Nintendo» y cuando ésta esté terminada, pasaremos a una categoría superior de vehículo, con mejores características pero reseteándose las posibles mejoras que habíamos conseguido.
Técnicamente es un videojuego que destaca mucho en cuestiones de fluidez y velocidad en el caso de la 8 bits de Nintendo, ya que a pesar de contar con un scroll y no con una vista general del circuito, no tiene problemas de rendimiento a la hora de mover el juego. En la versión de Mega Drive, a pesar de que mantiene su divertido control, las mejoras gráficas no justifican el salto de generación y resulta un poco anacrónico dentro de su catálogo.
En lo que se refiere a secuelas, en 1991 apareció una versión para Game Boy bajo el título de Super R.C. Pro-Am y en 1992, con los últimos coletazos de la NES se lanzó R.C. Pro-Am II.
En este vídeo podéis ver cómo es el juego:

El título que hoy analizamos se encuentra dentro de ese grupo de juegos que son toda una rareza en su concepción, pero que, sorprendentemente, funcionan razonablemente bien en el mercado. A priori, mezclar las franquicias de
Tan bizarra mezcla de personajes y sagas no podía tener un argumento menos raro. Dark Queen, principal enemiga de Battletoads realiza un pacto con Shadow Boss, archienemigo de los hermanos Lee en Double Dragon. Juntos pretenden aunar fuerzas y hacerse con el control del Universo. Como no podía ser de otra manera, tanto las ranas mutantes como los hermanos Lee crean su propia alianza para ir en contra de esta amenaza.
Battletoads & Double Dragon: The Ultimate Team cuenta con siete niveles, lo que no quiere decir que nos encontremos ante un videojuego precisamente corto ya que, aparte de cada nivel tiene una longitud considerable, nos encontramos con uno de los shoot’em up considerados más complicados en su época. El juego nos permite elegir entre los dos protagonistas de Double Dragon y los tres de Battletoads. En este título, la elección del personaje es más relevante que de costumbre, ya que conservan muchas de las características de los videojuegos originales, tan diferentes uno de otro.
Aunque se conservan enemigos de ambas franquicias, el estilo está claramente inclinado por Battletoads. De hecho, al carecer el proceso de desarrollo de ninguna conexión con los creadores del Double Dragon original, existen algunas inconsistencias con el primer título, pero ninguna que afecte a la jugabilidad. Los gráficos siguen el patrón de Battletoads tanto en animaciones como en personajes y escenarios, por lo que nos encontramos con un resultado tan positivo como en el título original. Esto se hace más patente en las versiones de NES y Game Boy, donde nos encontramos con un nivel técnico muy superior a la media de los juegos de dichas plataformas.
Battletoads & Double Dragon: The Ultimate Team recibió buenas críticas en todas las plataformas, pero especialmente en las versiones de 8 bits, donde fue destacado como uno de los mejores títulos del año. El público también contestó bien a la oferta ya que, a pesar de su alta dificultad, se trata de un juego realmente divertido y con un destacado modo de dos jugadores. Por último, destacar que en 2008 UGO Networks le otorgó el puesto undécimo en la lista de los mejores «crossovers» de la historia del videojuego.
Battletoads fue publicado en Junio de 1991 por Tradewest. Su desarrollo fue llevado a cabo por
La sencillez es la principal característica del argumento. Las dos ranas antropomórficas protagonistas, Rash y Zitz, deben rescatar a sus amigos Pimple y la princesa Angélica de las garras de Dark Queen emperadora del planeta Ragnarok. Para ello contarán con la ayuda del profesor T. Bird y de su nave espacial conocida como The Vulture. En una grandiosa campaña de marketing, esta historia también fue publicada en forma de comics, lo que ayudó a dar a conocer el videojuego.
El sistema de juego se caracterizaba por su diversidad ya que, aunque la mayoría de los niveles se desarrollaban como un típico beat’em up bidimensional, también existían otro tipo de niveles. Entre ellos destacaban aquellos en los que teníamos que manejar algún tipo de vehículo y esquivar diversos obstaculos, y aquellso que se encontraban en 3D y teníamos que atacar directamente a la pantalla. Por otro lado había algunos niveles que estaban más cercanos al género de plataformas. En definitiva, un videojuego bastante completo en lo que a sistemas de juego se refiere.
En el apartado técnico nos encontramos con uno de los juegos de NES más sorprendentes. La calidad de sus gráficos era bastante superior a lo que se solía ver en esa máquina, destacando la variedad y fluidez de los movimientos. Los personajes estaban muy bien definidos y los escenarios contaban con mucha variedad y estaban repletos de detalles, aprovechando al máximo la potencia de la máquina.
La recepción por parte de la prensa especializada fue muy positiva, con grandes puntuaciones en las revistas del sector, en buena parte favorecido por una gran campaña de promoción. El público también lo aceptó de una forma considerable, a pesar de su gran dificultad. Su velocidad y su variedad de sistemas de juego lo convierte, posiblemente, en uno de los juegos más complicados que ha visto la 8 bits de Nintendo. Esta dificultad no era para nada progresiva y desde el primer momento nos encontramos con un gran reto.
En el mismo 1992 se lanzaría una versión para
Este videojuego de tan rocambolesco nombre (fue más conocido como Super Off Road) fue publicado originalmente para máquinas recreativas en 1989 por Tradewest Inc., siendo su diseño llevado a cabo por la compañía Leland Corporation. En este título se cogía una modalidad de carreras de coches no muy conocida en Europa, pero bastante popular en EEUU, lo que también hace que no esté muy presente en el mundo del videojuego. Poco más o menos consisten en carreras de 4×4 en circuitos cerrados similares a los de motocross. Una de las leyendas de esta modalidad es Ivan Stewart (también conocido como Ironman), piloto del que consiguieron las licencias para dar nombre al videojuego.
Para empezar introduciremos nuestras iniciales y nuestro país. Contaremos con una cantidad de dinero que se irá incrementando según vayamos consiguiendo buenos puestos en las carreras. Este dinero será utilizado paramejorar el coche tanto en suspensión, dirección, motor, nitros… Todas estas mejoras se realizarán antes de cada carrera. Esta posibilidad de actualizar los coches fue pionera y después sería seguida por otros videojuegos de conducción.
El juego consta de ocho circuitos: Sidewinder, Fandango, Wipeout, Blaster, Huevos Grande, Cliffhanger, Big Dukesy Hurricane Gultch. A estos hay que darles cuatro vueltas y se van alternando. A su vez, en cada participación varia el sentido en el que se recorría el circuito. La carrera termina cuando llega el primero de los vehículos, quedándose los demás coches con la posición que tuvieran en ese momento. Durante la carrera pueden aparecer en el circuito dinero o nitros. El dinero aumenta los ingresos de la carrera y los nitros nos dan una ayuda extra de potencia que puede ser esencial en momentos puntuales. El videojuego exige quedar el primero para no perder vidas (aunque hubo algunas conversiones que solo exigían quedar entre los tres primeros).
El control es muy sencillo, tan solo hay que acelerar y girar a los lados, usando excepcionalmente los nitros. La vista que proporciona el juego permite ver perfectamente lo que ocurre en la carrera. El circuito tiene todo tipo de obstáculos como charcos, rampas, etc… que conseguirán incordiarnos en nuestro objetivo. La calidad de nuestros contrincantes es muy variable, mientras que Ivan Stewart (coche blanco) es un hueso duro de roer, los otros contrincantes son notablemente más débiles y en contadas ocasiones superarán a Ironman.
Técnicamente no destaca especialmente, ya que sus gráficos aunque cumplían no son un alarde de diseño y su sonido tampoco destaca especialmente. Sin embargo esto es suplido estupendamente con una gran jugabilidad que proporciona muy buenos ratos. Las máquinas recreativas que implementaban el juego permitían hasta 3 jugadores simultáneos (sólo en la versión de