Cuando hablamos de iD Software nos vienen rápidamente a la cabeza los nombres de John Carmack y John Romero como estandartes de la compañía tejana. Sin embargo, no hay que olvidar que la fundación de tan ilustre compañía contaba con otros dos miembros: Adrian Carmack que, a pesar de su apellido, no tenía relación familiar con John; y Tom Hall, que entró como diseñador de juegos y del que hablaremos en esta ocasión.
Tom Hall, oriundo de Wisconsin, nació el 2 de Septiembre de 1964. Sería en su tierra natal donde conseguiría los conocimientos en el mundo de los ordenadores, ya que se sacaría el título de informática en la Universidad de Wisconsin-Madison.
Iniciaría su carrera en 1987 en Softdisk, donde hacía funciones de editor de la revista y la de programador, desarrollando programas de forma mensual. Sería en la revista electrónica donde conocería a John Carmack, John Romero y Adrian Carmack, fundando poco después, en 1991, iD Software.
Dentro de la compañía era uno de los principales diseñadores de videojuegos, participando activamente en el desarrollo de la saga Comander Keen, Wolfenstein 3D, Spread of Destiny y Doom. Sería este último título el que desataría una lucha de egos entre él y John Carmack sobre cómo desarrollar el juego. La disputa se resolvió con la salida de Tom Hall que ficharía por Apogee en 1993.
Iniciaría su andadura en la compañía con el desarrollo de Duke Nukem II, pero en poco tiempo tendría la oportunidad de desarrollar sus ideas de lo que era un FPS. De esta manera, fue uno de los principales responsables de Rise of the Triad y, ya con la compañía renombrada como 3D Realms, de Duke Nukem 3D. Posteriormente empezaría a trabajar en el desarrollo del motor gráfico de Prey, tarea que se vió interrumpida con su salida de la compañía en 1996.
¿La razón de esta salida? Volver a reunirse con su antiguo compañero John Romero y fundar junto a Todd Porter y Jerry O’Flaherty la compañía Ion Storm. Tom Hall sería partícipe del tortuoso periplo de la compañía, a pesar de no participar directamente en el fiasco de Daikatana, Tom Hall seria el principal responsable de Anachronox que, aunque no llegaría a las cotas de fracaso del juego de Romero, tampoco cumpliría las expectativas.
Romero y Hall decidirían reinventarse fundando en 2001 Monkeystone Games junto a Stevie Case y Brian Moon. Esta compañía se centró en el desarrollo de videojuegos para dispositivos móviles, con los títulos Hyperspace Delivery Boy!, Congo Cube y Red Faction. La salida de la compañia de Moon y Case provocó que Romero y Hall no continuaran en el proyecto y pasaran a trabajar en Midway Games.
Se ve que ser uno más en una compañía tan grande no iba con Tom Hall y pronto dejaría de estar en plantilla para pasar a ser consultor independiente. Tampoco duraría mucha en esta situación , pasando a trabajar en KingsIsle entertainment y Loot Drop. Actualmente se encuentra dentro de la plantilla de la desarrolladora de videojuegos de móviles PlayFirst.
En este vídeo, Tom Hall y John Romero hablan del desarrollo de los FPS clásicos, centrándose en Doom:

Hace tiempo hablábamos de
El título del juego tuvo una cierta controversia al inicio de la saga. Cuando el videojuego fue publicado, alguien advirtió a Apogee que Duke Nukem era el nombre de uno de los villanos de la conocida serie de animación Capitán Planeta. Este hecho provocó que en la versión 2.0 del juego, el título fuese renombrado a Duke Nukum. Sin embargo, de forma posterior, se comprobaría que el nombre de dicho villano no ha sido registrado por la empresa responsable de la serie de animación, por lo que para títulos posteriores de la saga se recuperaría la denominación de Duke Nukem.
El juego se emplaza en 1997 (seis años después de la publicación del título) y nos presenta al villano Doctor Protón que quiere hacerse con el control de la Tierra gracias a su ejército de techbots. Ante tal peligro, la CIA decide contratar a nuestro protagonista para detenerlo. La estructura del juego estaba definida por el sistema de distribución shareware: el primer capítulo, emplazado en las ruinas de Los Angeles, era gratuito, mientras que el segundo (en la base secreta lunar del Doctor Protón) y el tercero (donde Duke Nukem persigue al Doctor Protón a través del tiempo) debían comprarse aparte.
El juego se nos presenta como un plataformas bidimensional con la capacidad de usar armas, lo que le da una dosis de acción que es el complemento perfecto para la jugabilidad. Destaca en el juego, la falta de linealidad del desarrollo de los niveles, siendo el objetivo de cada uno encontrar la salida, para lo que tendremos que ir consiguiendo y usando diferentes objetos. Este sistema de juego, que no centra el objetivo en acabar con todos los enemigos, sería alabado por la prensa de la época y Apogee lo volvería a utilizar en títulos posteriores como
Esta destacada jugabilidad fue el principal factor de éxito del título, ya que técnicamente estaba bastante limitado. El estilo gráfico era el estándar usado por Apogee por aquella época, salvando las limitaciones técnicas con un diseño desenfadado e incluso cómico. No obstante, el apartado gráfico no hace mella en la jugabilidad, ya que la respuesta del control es muy precisa y las animaciones tienen una gran fluidez. El sonido si es realmente pobre, sin banda sonora y con un catálogo de efectos muy estándar.














