Waku Waku Sonic Patrol Car (1991)

Desde que en 1930 James Otto Hahs diseñara un caballo mecánico para su hijo y terminara comercializando su idea, la historia de las máquinas infantiles accionadas por monedas han acompañado a varias generaciones en tiendas, centros comerciales y parques infantiles. Con la llegada de los videojuegos la popularidad de este tipo de máquinas empezó a menguar y se vieron obligadas a evolucionar con los avances tecnológicos de cada época incorporando pantallas y mandos interactivos.

El juego que hoy nos ocupa es un buen ejemplo de ello, ya que aunaba a este tipo de máquinas con los videojuegos de forma totalmente directa. Tan solo seis meses después del lanzamiento de Sonic The Hedgehog y gracias a la gran popularidad que obtuvo su protagonista, SEGA empezó a comercializar Waku Waku Sonic Patrol Car. Se trataba de una máquina infantil accionada con monedas con forma de coche que incorporaba una pantalla con un videojuego, con el objeto de aumentar el intervalo de edad en el que el erizo azul podía popularizarse.

Waku Waku Sonic Patrol Car nos presenta a Sonic como agente de policía que sale a patrullar. Durante el servicio, el Doctor Robotnik aparece expulsando a vehículos fuera de la carretera a base de golpes y Sonic tendrá la misión de detenerlo.

Los controles se limitan a un volante, una palanca y un botón de acción. Como es habitual en este tipo de máquinas, la partida tiene una duración determinada al introducir la moneda durante la cual el coche se estará moviendo y dependerá de la habilidad del niño el nivel de interacción con el videojuego. Mientras el Doctor Robotnik hace de las suyas, se puede accionar la sirena y empezar una persecución. En la pantalla veremos el coche patrulla desde un punto de vista cenital y se podrá desplazar hacia los lados gracias al volante para esquivar al tráfico. Pasado un rato hace acto de aparición el Doctor Robotnik y se podrá activar el salto del vehículo para atacarlo. Dependiendo de la habilidad en esta persecución Robotnik escapará o no y finalmente se nos mostrará una calificación, aunque la partida siempre tendrá la misma duración.

Evidentemente estamos ante un videojuego simple de forma intencional debido al público al que se dirige, pero con una buena idea que expande y mejora la oferta de este tipo de máquinas en aquella época. Por otro lado, gráficamente nos encontramos con un juego simple (montaba una placa SEGA AM1) pero suficiente como para reconocer a los personajes protagonistas y se incorporaron voces digitalizadas para terminar de mejorar la experiencia.

La máquina fue comercializada de forma oficial de forma exclusiva en Japón, pero gracias al mercado de reventa traspasó dichas fronteras e incluso se ha llegado ver alguna en funcionamiento en centros comerciales en fechas relativamente recientes. La falta de datos al respecto y el tipo de máquina que es, hace difícil medir el nivel de éxito de la misma, pero es de suponer que, con la popularidad que obtuvo el personaje de SEGA a inicios de los 90, una infinidad de niños debió de subirse a esta máquina.

En este vídeo podéis ver cómo es el juego:

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